Interior convierte el despliegue policial en indefinido: teme revueltas y declaración de independencia

Montserrat del Toro
Mossos d'Esquadra ante la sede de la consellería de Economía de la Generalitat durante el registro ordenado por el juez Ramírez Sunyer con motivo del 1-O. (Foto: Efe)
Carlos Cuesta

El Ministerio de Interior teme enfrentamientos en Cataluña, agitación callejera y hasta una declaración unilateral de independencia, por mucho que el PEDeCAT diga que no se llevará a cabo. Por ello, aunque el dispositivo policial extra se planteó inicialmente hasta el 5 de octubre, lo cierto es que se podría ampliar «hasta recuperar la normalidad» dependiendo de las circunstancias y de la gravedad de los acontecimientos.

En estos momentos se encuentran desplazados más de 3.000 efectivos extra a tierras catalanas. La mayor parte de ellos se encuentran alojados en los famosos barcos del Puerto de Barcelona. Algunos otros en hoteles ante las fuertes necesidades de espacio para albergar un dispositivo de semejante magnitud.

El objetivo principal de todos ellos es el control del orden público y legalidad hasta la celebración del 1-O. Pero, desde el primer momento se planteó la extensión del dispositivo hasta el 5-O ante la evidencia de que, tras el día en el que está prevista la celebración del referéndum ilegal, también se generará una situación de tensión. Pero ahora ese escenario se ha ampliado. Interior es consciente de que una buena parte de las acciones tumultuarias y violentas desarrolladas estos últimos días han sido lideradas por los sectores más radicales. Y que éstos pueden seguir agitando las calles pasado ese día 5.

El Gobierno no descarta la declaración unilateral

Es más, desde el Gobierno ya no se descarta la posibilidad de que los partidos separatistas lacen una declaración unilateral de independencia. Saben que no es la opción preferida de PEDeCAT. Pero también saben que las tensiones internas y la más que probable demostración de que no han podido desarrollar el referéndum como hubiesen querido, puede llevar a la Generalitat a lanzar un paso más en su golpismo enloquecido y a declararse abiertamente en rebeldía plena.

Por todo ello, el Gobierno prefiere tener abierto y flexible el escenario de extensión del contingente policial. Especialmente tras comprobar que el cuerpo de los Mossos se encuentra en un permanente tira y afloja, no por los agentes, sino por sus mandos políticos. Y que en situaciones de emergencia, por lo tanto, no será lo más conveniente depender de condicionantes políticos.

Se trataría de un situación extrema. Y en esa tesitura, Interior prefiere saber que cuenta con mandos ágiles y de confianza.

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