Crisis del coronavirus

Casi un millón de contagiados más desde que Sánchez no da explicaciones al Congreso sobre la tercera ola

Pablo Iglesias
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez ha esquivado los momentos más críticos de la tercera ola sin dar explicaciones en el Congreso de los Diputados sobre su cuestionada gestión. Su última intervención fue el pasado 16 de diciembre, cuando dio cuenta de la gestión del estado de alarma y defendió sus medidas, que se han revelado claramente ineficaces. Sánchez, incluso, se jactó entonces de que la incidencia acumulada se había reducido en las últimas semanas, pese al repunte en aquellos días. El estado de alarma, enfatizó el socialista, «está salvando vidas, empleos y empresas». Desde esa comparecencia, 969.829 personas se han contagiado, según datos de Sanidad. Las UCI de varias comunidades autónomas están al borde del colapso. 

Sánchez, pese a ello, se resiste a acudir a la Cámara baja. Aunque enero es inhábil a efectos parlamentarios, PSOE y Podemos sí impulsaron, por ejemplo, que se facilitasen en este mes los trabajos de dos comisiones que nada tienen que ver con la materia sanitaria: la de Justicia, para avanzar en su asalto al Consejo General del Poder Judicial, y la que investiga la ‘0peración Kitchen’. En ambos casos, el propósito es claro: presionar al Partido Popular.

Sin embargo, el presidente del Gobierno se escabulle de dar explicaciones ante el hemiciclo. De hecho, la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, con los votos de PSOE, Podemos y sus socios, rechazaron el lunes la iniciativa del PP para que el líder socialista compareciese de urgencia ante el Pleno de la Cámara y diese cuenta de la respuesta de su Gobierno ante la pandemia desbocada.

Sánchez, cabe recordar, ya intentó evitar las comparecencias en el Congreso al blindar el estado de alarma con una prórroga única, lo que le libraba de solicitar la autorización del Pleno. Sin embargo, tras las críticas, aceptó finalmente acudir cada dos meses. No lo hará hasta pasadas las elecciones del 14 de febrero. Ni siquiera el empeoramiento de la pandemia altera sus planes e intereses.

Sin preguntas de la prensa

A ello se suma que Sánchez ha dejado sus habituales comparecencias de fin de semana, en las que sí se admitían preguntas de la prensa. Desde el pasado 29 de diciembre, cuando presentó un informe de «rendición de cuentas» con el que presumió de la «transparencia» de su Ejecutivo, el presidente socialista no responde a los periodistas. Ni siquiera el pasado martes, en su pensada intervención desde la escalinata de La Moncloa, para anunciar los cambios en el Ejecutivo, se admitieron preguntas. En plena crisis sanitaria y económica, Sánchez guarda silencio.

Las últimas palabras de Sánchez en el Congreso sobre la pandemia poco o nada tienen que ver con la situación actual. Entonces, el socialista se mostraba «más convencido que nunca» de que España superaría «esta crisis devastadora». «Sólo de nosotros depende no abrir la puerta a la tercera ola en Navidad», avisó entonces, descargando la responsabilidad en los ciudadanos: «No podemos relajarnos ni bajar la guardia», avisó. También anunció que si había que endurecer medidas, se haría. Con el paso de las semanas, sin embargo, ha demostrado justamente lo contrario. El Gobierno sigue rechazando las peticiones de las comunidades autónomas para implantar medidas más severas, como un toque de queda más restrictivo o incluso confinamientos selectivos.

A todo ello, además, se añade la preocupación por el avance de la vacunación. A la lentitud de las primeras semanas se suma ahora la falta de suministro, que ha obligado a la Comunidad de Madrid y Cataluña a suspender la administración en el siguiente grupo prioritario, el de sanitarios y mayores de 80 años. Sanidad no preparó a las regiones para un eventual recorte de las farmacéuticas e incluso el ya ex ministro Salvador Illa cuestionó que algunos gobiernos regionales -como el de Isabel Díaz Ayuso- decidiesen hacer acopio de una reserva estratégica con estas miras.

Sánchez, en su última intervención en el Congreso, enfatizó «el principio del fin» gracias a la vacuna, e incluso aseguró que el Gobierno estaba trabajando «a pleno rendimiento» para que esas vacunas se encontrasen disponibles cuanto antes.

Además, desde aquella comparecencia hasta ahora, han surgido nuevas cepas del virus, que han levantado las alarmas por su mayor poder de propagación e incluso su mayor severidad. El Ejecutivo se resiste a adoptar, también en este caso, medidas más duras, al tiempo que admite que la cepa británica -un 70% más contagiosa y «más grave», según el propio Ministerio de Sanidad- ya representa el 30% de los positivos en algunas zonas y puede ser «dominante» a finales de febrero.

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