España

El antisorayista G-8 se reúne en casa de Margallo con una estrella invitada: la mujer de Rajoy

El antisorayista G-8 se ha vuelto a reunir. Y lo ha hecho con una invitada muy especial: la mujer del presidente del Gobierno, Elvira Fernández. La comida contó como anfitrión con José Manuel García-Margallo, uno de los más destacados miembros de este grupo de ministros o ex ministros, tan cercanos al presidente Rajoy, como conocidamente distanciados de las posturas de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

García-Margallo fue el encargado de convocar, de organizar y de ofrecer el local más discreto y acogedor para este almuerzo: su propia casa, a escasos metros de la sede del PP en Génova 13. Un inmueble muy cercano a la vivienda de Eduardo Zaplana y entre cuyos vecinos se encuentra el periodista Iñaki Gabilondo.

Fue hace dos semanas, el sábado 24 de febrero. Codillo como plato principal, un ambiente cercano y tranquilidad, ése fue el escenario para un encuentro en el que, pese a todo, se orilló el tema estrella de estas reuniones en el pasado: la vicepresidenta.

Allí se dieron cita viejos amigos de Gobierno: el propio ex responsable de Exteriores, García-Margallo, José Manuel Soria —ex ministro de Industria—, Rafael Catalá —ministro de Justicia en la actualidad—, José Ignacio Wert —ex ministro de Educación—, Ana Pastor —ex ministra de Fomento y presidenta del Congreso—. Y dos personas especialmente relevantes: la mujer del presidente, Elvira Fernández, y el verdadero objeto de la comida, el ex ministro del Interior Jorge Fernández, recientemente recuperado de su salud. No estaba presente, eso sí, la vicepresidenta del Gobierno.

El encuentro fue, simple y llanamente, una muestra de cariño al hasta hace bien poco responsable del Interior, Jorge Fernández, que acaba de recuperarse recientemente de una dolencia cardiaca. Un almuerzo para congratularse de que Fernández, ingresado a finales de enero tras sufrir un infarto que le llevó a la unidad coronaria del hospital de la Princesa de Madrid, se encontraba ya totalmente repuesto.

La cita transcurrió tranquila, recordando los buenos momentos y dificultades atravesadas en la pasada legislatura. Y felicitando a Jorge Fernández por su recuperación, después, no sólo de su infarto, sino de haber superado recientemente el cáncer de hígado que le diagnosticaron en marzo de 2016 y por el que ha tenido que atravesar varias intervenciones quirúrgicas y ser tratado con quimioterapia.

Porque la última etapa de Fernández, que pese a ello no abandonó ni su cargo, ni sus deberes como ministro, estuvo salpicada por un duro tratamiento de ocho meses de radioembolización hepática selectiva llevado a cabo en la Clínica Universitaria de Navarra, seguido de una operación, precisamente para sanar una lesión hepática grave, también en la reconocida clínica de Pamplona. Intervenciones que sólo conocieron los más cercanos y que en absoluto se dejaron ver en su labor al frente del Ministerio.

Elvira Fernández no dudó en acudir. Como homenaje y muestra de amistad por el ex ministro. Porque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había sido invitado. Pero ese día, el presidente tenía ya la agenda repleta: debía acudir a otro homenaje en Zaragoza, el que se ofrecía a la selección española de baloncesto y en el que Rajoy compartió acto con Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Española de Baloncesto, Sergio Scariolo, seleccionador nacional, y todos los jugadores de la selección. Un acto que estaba ya convocado y que resultaba imposible aplazar.