España

El ‘policía’ que persiguió a Roldán tras la fuga que dejó en ridículo a Felipe González

Como director general de la Policía del último Gobierno de Felipe González, al actual secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares le correspondió protagonizar una época especialmente convulsa, en la que los españoles se desayunaban cada mañana con un nuevo escándalo: desde las escuchas ilegales del CESID, que provocaron la dimisión del vicepresidente Narcís Serra (luego colocado por el PSOE al frente de Caixa Catalunya, que llevó a la quiebra), a la guerra sucia del GAL (y la aparición de los restos de Lasa y Zabala, enterrados en cal viva) o la esperpéntica fuga del director de la Guardia Civil, Luis Roldán.

En aquel cargo Ángel Olivares tuvo una participación directa en las investigaciones judiciales sobre la guerra sucia de los GAL que instruyó el entonces magistrado Baltasar Garzón, quien había vuelto a la Audiencia Nacional tras acompañar a Felipe González en las listas del PSOE. El viaje de ida y vuelta de Garzón, de la judicatura a la política, y de nuevo a la Audiencia Nacional, culminaría años después, en 2012, al ser inhabilitado por autorizar escuchas ilegales a varios imputados del caso Gürtel con sus abogados.

Olivares estaba en su puesto de máximo responsable policial cuando se produjo la polémica operación que desencadenó la entrega y posterior detención del ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en 1994. Esta operación se llevó a cabo a través de la colaboración del espía Francisco Paesa, quien fue remunerado por ello con 300 millones de pesetas, tal y como publicó en exclusiva el periodista Manuel Cerdán. La investigación desarrollada por Cerdán en el diario El Mundo desmontaría en pocas horas la versión ofrecida por el ministro Juan Alberto Belloch, según la cual Roldán había sido detenido en Laos.