España
Eugenio Zambrano, agente de la Guardia Urbana

Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona: «Colau es culpable de la violencia contra los policías»

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Los incidentes del sábado por la noche en Barcelona protagonizados por radicales, en los que una furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona ardió con un agente dentro, han acabado con la paciencia de los policías de Barcelona, que durante todas las protestas ocurridas sobre todo en la Ciudad Condal por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, han estado a merced de una falta de apoyo institucional que les ha hecho tener la sensación de que han perdido el principio de autoridad. «No importa el motivo y menos todavía el signo político que uno tenga. Lo que lleva sucediendo estos días en Barcelona y especialmente lo que sucedió el pasado sábado, es terrorismo».

Eugenio Zambrano es portavoz de la Central Sindical Independiente de Funcionarios, CSIF, pero después del sábado Zambrano es mucho más que eso. Zambrano no sólamente es agente de la Guardia Urbana de Barcelona, sino que además su unidad es la de los Antidisturbios del Ayuntamiento de Ada Colau, o como se les llama desde el complejo que les genera tener este tipo de unidades policiales en el consistorio, la Unidad de Refuerzo de Emergencia y Proximidad, la UREP. O sea, que Zambrano podía haber estado dentro de esa furgoneta cuando unos violentos radicales la incendiaron durante los incidentes del pasado sábado por la noche.

Hace dos semanas, el 16 de febrero, cientos de violentos salían a las calles de varias ciudades en Cataluña para protestar por el encarcelamiento del delincuente condenado de forma reiterada por varios delitos, Pablo Hasél. Esa noche se vivieron escenas de auténtica tensión y violencia en Cataluña, pero si hubo un lugar donde los agentes de policía llegaron a temer por su propia seguridad fue en la comisaría de Vic.

Hasta allí llegaron cientos de violentos radicales que literalmente reventaron la comisaría a pedradas tratando de acceder a unas instalaciones que en ese momento sólo estaban protegidas por agentes de seguridad ciudadana de la localidad gerundense. «No le pegaron fuego a la comisaría porque a nadie se le ocurrió», explicaba al día siguiente de los incidentes una fuente perteneciente a los Mossos d’Esquadra a OKDIARIO.

Violencia apoyada por políticos

Los días fueron pasando, las manifestaciones se extendieron a otras ciudades y el sábado los radicales de Barcelona estaban ante la comisaría de la Guardia Urbana en Las Ramblas. El hecho de que llegaran hasta allí ya es un error según Zambrano, quién, desde primera hora de este lunes en El Programa de Ana Rosa Quintana y luego sucesivamente en todas sus intervenciones, ha querido no sólo responsabilizar a «otros» de esta situación, sino también hacer autocrítica como parte de ese cuerpo policial: «El dispositivo preparado en Las Ramblas careció de la contundencia preventiva y no reactiva como finalmente ocurrió. Nunca se tuvo que dejar que esta masa violenta, que estos terroristas llegase a su objetivo, que era asediar y dañar la comisaría de la Guardia Urbana».

Zambrano tiene claro que los violentos radicales ya no se conforman con destruir mobiliario urbano o lanzar piedras a los policías. Buscan una pieza de caza mayor y lo peor es que a su parecer cuentan con diferentes apoyos, ya sea por acción o por omisión, que les ha hecho perder cualquier respeto al principio de autoridad. «Lo que iban buscando era cobrarse la vida de un policía. Este terrorismo está siendo alimentado por los propios partidos políticos. Unos lo hacen directamente y otros callan o hablan de manera ambigua sobre estos acontecimientos».

Pero si alguien es responsable para Zambrano y los policías que representa es aquella que mayor autoridad tiene sobre el cuerpo de la Guardia Urbana: Ada Colau y su gobierno municipal, a quien pide que se dé cuenta de que la policía local de Barcelona existe y que tiene una unidad antidisturbios que puede actuar contra los radicales, le guste a ella o no. «Nosotros estamos sometidos al imperio de la Ley y tenemos que intervenir. No podemos permitir los asaltos a los comercios, el incendio de mobiliario, no podemos permitir que los ciudadanos tengan miedo ni que los que tengan que correr y esconderse seamos los policías».

Y cuando Colau asuma que tiene una unidad antidisturbios en su Ayuntamiento, y que esa unidad debe intervenir, sólo le faltaría dotarles de equipamiento necesario. «Necesitamos herramientas para enfrentarnos a esta amenaza de terrorismo urbano para estar a la altura de Mossos o Policía Nacional. Necesitamos lanzadoras, pistolas eléctricas, espray de pimienta o cámaras unipersonales para no tener que entrar en el cuerpo a cuerpo con gente que usa ácido, cohetes o bolas de acero». Zambrano pide responsabilidad a los políticos, pero también a los mandos policiales a los que pide que se rebelen contra los criterios políticos. El sábado un agente se libró de morir quemado por radicales en Barcelona y se recupera del impacto psicológico que le supuso el trance. Los detenidos por este incidente tendrán enfrente a CSIF como acusación popular. Un paso más para evitar que el siguiente episodio de violencia tenga ya daños irreparables.