XVIII Congreso Nacional del PP

El Rajoy más duro contra el independentismo: «No es la poda amable de un jardinero, es una amputación»

Mariano Rajoy
El líder del PP, Mariano Rajoy, en la clausura del XVIII Congreso Nacional del partido.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Mariano Rajoy ha centrado su triunfal discurso de clausura del  XVIII Congreso Nacional del PP en avisar sobre la independencia, y sus consecuencias.

«No es la poda amable de un jardinero, es una amputación», ha advertido. Rajoy se ha dirigido así a los catalanes «que han sido engañados en su buena fe, a los que se les ha ofrecido como posible lo que no lo es y a los que se les ha ocultado las consecuencias que causaría la separación de Cataluña».

Rajoy, que este sábado fue reelegido como líder absoluto de su partido-con el apoyo del 95,65 por ciento de compromisarios-ha revalidado también su compromiso con la unidad española.

«España va a seguir siendo España y lo sabemos porque el auténtico garante es el pueblo español. Nadie nos va a separar», ha avisado.

Así, el presidente del Gobierno se ha fijado un «cambio de dinámica» para»ocuparse de lo que es un problema real en Cataluña».  Un plan de tres ejes, que  ha ido enumerando: recuperar las instituciones «para que vuelvan a estar al servicio de todos los catalanes y no solo del independentismo»,  «reconstruir la cohesión interna de Cataluña» y en tercer lugar, buscar un espíritu de concordia que aleje los extremismos. Porque la independencia, ha insistido, «pone en riesgo muchas cosas, sobre todo el modelo económico y social de Cataluña».

Rajoy avisó sobre las falacias de los independentistas que, dijo, solo buscan eliminar la soberanía y «saltarse la ley a la torera». Reiteró sus mensajes frecuentes-«Sobre el cumplimiento de la ley y la Constitución no es posible discusión alguna»- y advirtió también, en un mensaje velado a otras formaciones, que la Constitución no es inamovible, pero la reforma sí puede ser aplazable.

«Se puede cambiar la Constitución, pero solo sí así lo deciden todos los españoles, yo no lo recomiendo», afirmó. Una aseveración que ahonda en las resistencias de Rajoy a abordar en este momento una reforma de la Carta Magna.

En otra advertencia, el presidente dejó claro que su Gobierno no negociará nada que lapide la Constitución.»No vamos a tratar ni comerciar sobre un proceso que pasa por encima de la Constitución y nadie puede pretender que seamos cómplices de esa arbitrariedad». Y añadió, por si quedasen dudas: «No vamos a admitir un referéndum que busca romper España».

Diálogo sin «contrarreformas»

La otra prioridad para Rajoy es encajar el nuevo tono de una legislatura que le obliga a acuerdos. El presidente se reafirmó en la disposición al diálogo, pero, como ya hizo en el discurso de su investidura, avisó de sus límites. Ninguna «contrarreforma».

El líder del PP hizo una llamada a la «responsabilidad» de todas las formaciones y les reclamó «sensatez» para una legislatura estable.

Rajoy reveló una llamada del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, apenas unas horas antes. «Le dije que no apriete mucho», desveló. A la clausura han asistido Miguel Gutiérrez y Begoña Villacís, en representación de este partido, además de delegados de Foro Asturias, Partido Aragonés, UPN y Coalición Canaria y Ciudadanos. Rajoy se refirió a todos ellos en sus alusiones iniciales: «Para que vean que somos colegas y, generalmente, bien avenidos, aunque alguna vez podamos tener algún problema”.

 

 

 

 

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