Ya no puedes estar tranquilo: sale a ver una procesión y la Guardia Civil impide ‘in extremis’ la okupación

Por muchos consejos que se den para evitar la okupación, la aparición de nuevos casos demuestra lo difícil que es estar tranquilo en España si eres propietario por culpa de los okupas.
Unos okupas han vuelto a protagonizar un caso muy llamativo en el Aljarafe sevillano. Si no hubiera sido por la rápida intervención de la Guardia Civil podría haber terminado en tragedia.
Los vecinos vienen de ver la Semana Santa y evitan una okupación
Los hechos ocurrieron en la calle Camino del Algarrobillo de la localidad de Gines durante el Martes Santo. Aprovechando las fechas unos vecinos salieron de casa para ver las procesiones.
La sorpresa se la encontraron al regresar a la vivienda. Por suerte pudieron percatarse de que unos okupas estaban intentando forzar la puerta de una casa cercana.
Su rápida intervención fue clave, para que la Guardia Civil pudiera evitar la okupación en el momento y sin necesitar ninguna orden judicial, lo que dejó sin opciones a los okupantes.
Llamaron a la policía que a los pocos minutos se personó en la vivienda y los pilló con las manos en la masa. Al no haber pasado 48 horas pudieron tratarlo como un allanamiento y expulsarlos.
¿Cuál era el perfil de los okupas? Las mafias podrían estar detrás
La apariencia de los okupas ha hecho pensar a la Guardia Civil que quienes intentaron allanar la casa no eran precisamente personas necesitadas. Entre su vestimenta se podían observar varias joyas de gran valor.
Eso hizo pensar que realmente se trataba de una mafia organizada, que se dedica a entrar por la fuerza a viviendas deshabitadas para luego vender las llaves.
Este es uno de los tipos de okupación más peligrosos, ya que no sólo afecta a los propietarios sino que puede provocar grandes quebraderos de cabeza a los vecinos.
Los okupas aprovechan las vacaciones para entras en las casas
Este no ha sido un caso aislado, sino que por la geografía española se repiten okupaciones similares. Por ejemplo, el Heraldo de Aragón narró unos hechos parecidos en pleno casco histórico de Zaragoza.
El dueño de la vivienda se había ido unos días de vacaciones aprovechando el puente de mayo, concretamente el 30 de abril. Cuando regresó a su casa a las 12:45 se encontró con una sorpresa desagradable.
A los pocos minutos, la policía se personó en el lugar de los hechos y, con el mismo juego de llaves que le facilitó el propietario, pudieron abrir la puerta. Eso demostró que los okupas no eran los más inteligentes, ya que no cambiaron la cerradura.
Ese indicio les hizo pensar que había sufrido un robo, pero al entrar en la casa no había ni una sola señal de que hubieran estado buscando objetos de valor ni notaron que faltaba alguna pertenencia.
Los agentes de policía fueron recorriendo una a una las habitaciones y en una de ellas resolvieron el misterio: dos hombres jóvenes estaban profundamente dormidos en una de las salas.
Los okupas estaban tan tranquilos que fueron los mismos agentes los que tuvieron que despertarlos y trasladarlos al salón para poder cachearlos e identificarlos.