A Vodafone no le salen las cuentas del fútbol
El consejero delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra, ha asegurado que, si no cambia el modelo actual, no le salen «las cuentas» del fútbol, porque se ha llegado a la situación «absurda» de que sale más rentable incluso perder a todos los clientes que pagan por ese contenido.
En un encuentro con la prensa en el marco del Mobile World Congres (MWC), Coimbra ha expresado su deseo de encontrar «una solución» que les permita seguir teniendo el fútbol para sus clientes y ha abogado por «alinear los costes mayoristas con los costes minoristas», es decir, lo que cuestan los derechos del fútbol con lo que pagan los clientes.
El modelo actual, de costes mínimos garantizados, «no cuadra», por lo que ha expresado su deseo de cambiarlo.
«Y si no es posible, si la gente que tiene los derechos dice que no, que estos son los costes y si me los pagas bien, los tienes, y si no, no los tienes, pues lo que hemos dicho es que hemos llegado a una situación» donde no hay un retorno positivo del negocio, ha añadido.
Ha insistido en que las cuentas son «muy sencillas» y explicado que si Vodafone, por ejemplo, tuviera unos 400.000 clientes que pagan por fútbol, con una factura media de 80 euros y un margen bruto del 50 %, el ingreso anual sería de 192 millones de euros.
«Si dejo de tener fútbol, y todos los clientes se van, en el peor de los escenarios se perderían 192 millones al año, cuando los costes superan los 200 millones anuales. Aún así, en un escenario tan malo y extremo, no salen las cuentas», ha explicado.
«Hemos llegado a la situación absurda de que aunque se pierdan todos los clientes de golpe, sale más rentable», ha añadido el directivo, que ha insistido que «si no cambia el modelo actual», no le salen «las cuentas».
Ha subrayado que le encantaría encontrar un modelo «más equilibrado», porque «el actual no encaja» y ha reiterado que «las cuentas son clarísimas».
En caso de que alguna compañía de internet estuviese dispuesto a comprar los derechos del fútbol, Vodafone estaría «encantada» de actuar como distribuidor.
La estimación con la que trabaja Vodafone es que los clientes tendrían que pagar entre 50 y 60 euros al mes para cubrir los costes, cuando en la actualidad abonan 20.
Ha reconocido que le cuesta ver una situación en la que no se emita el fútbol en los hogares, por lo que ha insistido en que «de una forma u otra» hay que encontrar una solución, pero lo que no puede ser es que ellos paguen «la fiesta» y otros la disfruten.
«Hasta aquí hemos llegado y pedimos otro modelo para que esto cuadre», ha concluido.
También Orange y Telefónica han criticado en reiteradas ocasiones la inflación sufrida por los costes del fútbol.
El consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilà, dijo esta misma semana que había una posibilidad «genuina» de que la operadora no renovase el contrato con Mediapro para ofrecer la Liga de Campeones, mientras que el consejero delegado de Orange España, Laurent Paillassot, aseguró que si otra operadora tenía el fútbol, su compañía también lo tendría.
Vodafone, al igual que Orange y Telefónica, cuenta con la Liga lo que queda de temporada y la siguiente, aunque de la Liga de Campeones esta es la última temporada.
Temas:
- Vodafone España
Lo último en Economía
-
El Gobierno vasco se abre al apoyo de la Sepi en la compra de Talgo por Sidenor
-
Adiós a Taylor Swift: una mujer de 30 años sin estudios la desbanca como la multimillonaria más joven del mundo
-
La realidad económica golpea a Trump: 15 días para elevar el techo de deuda que prometió que no subiría
-
Arriaga Asociados formaliza acuerdo con Pemberton y sale del concurso de acreedores
-
El Congreso aprueba la ley que exime del IRPF al salario mínimo y el pago único a los mutualistas
Últimas noticias
-
Andalucía estalla ante el enésimo ninguneo de Sánchez: «¡Basta ya! Todo va para Cataluña»
-
El enigmático mensaje de Pedri que ilusiona y hace soñar a España con ganar el Mundial de 2026
-
El Gobierno vasco se abre al apoyo de la Sepi en la compra de Talgo por Sidenor
-
LS2 gana la batalla legal frente a Shark
-
La peligrosa degradación institucional