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Los astrónomos no se lo pueden explicar: reciben una señal de radio desde el más allá

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En un rincón lejano del universo, un objeto ha comenzado a emitir una señal de radio tan extraña como fascinante, desafiando el conocimiento establecido sobre los comportamientos de las fuentes celestes. En lugar de brillar constantemente como lo hacen la mayoría de las estrellas, este cuerpo celeste se ilumina brevemente durante dos minutos y luego se desvanece durante más de cuarenta, repitiendo este ciclo sin aparente explicación. Este fenómeno se ha registrado gracias a una inesperada coincidencia de observación entre el radiotelescopio ASKAP, situado en Australia, y el observatorio espacial de rayos X Chandra de la NASA.

Este hallazgo, publicado recientemente en la revista Nature, ha llamado la atención de la comunidad científica por tratarse de la primera vez que se detecta simultáneamente emisión de radio y rayos X en una fuente de este tipo, clasificada como Objeto Transitorio de Radio de Largo Periodo (LPT, por sus siglas en inglés). Esta categoría de objetos, apenas conocida hasta hace unos años, plantea un desafío a los modelos actuales de física estelar y podría revelar nuevas formas de materia extrema en el universo.

Una señal de radio desconocida en el universo

El objeto en cuestión ha sido bautizado como ASKAP J1832-0911. Se encuentra ubicado a unos 15.000 años luz de la Tierra, dentro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Lo extraordinario de este objeto no es sólo su comportamiento rítmico y perfectamente sincronizado, sino también el hecho de que emite rayos X y ondas de radio al mismo tiempo, cada 44 minutos. Hasta ahora, ningún otro objeto con estas características había mostrado una emisión de rayos X tan clara y coordinada.

Según explican los investigadores, este hallazgo fue posible gracias a una conjunción poco común de circunstancias. Mientras el radiotelescopio ASKAP escaneaba el cielo en busca de fuentes de radio transitorias, el Observatorio Chandra, con un campo de visión mucho más reducido pero capaz de detectar rayos X con gran precisión, observaba por azar la misma región del firmamento. Esa coincidencia permitió a los científicos correlacionar ambas señales, lo que representa una rareza en la investigación astronómica.

El Dr. Ziteng (Andy) Wang, investigador principal del estudio y miembro del Centro Internacional para la Investigación en Radioastronomía (ICRAR), destacó la dificultad de detectar un objeto tan esquivo: «Fue como encontrar una aguja en un pajar. La mayor parte del cielo escaneado por ASKAP nunca coincide exactamente con las observaciones de Chandra, y sin embargo, esta vez tuvimos suerte».

Lo que convierte a ASKAP J1832-0911 en una pieza tan enigmática es que su naturaleza no encaja dentro de las categorías conocidas de objetos celestes. No actúa como una estrella de neutrones, ni como una enana blanca tradicional. Su intensidad luminosa, especialmente en rayos X, y la regularidad con que emite ambas formas de energía apuntan a un fenómeno físico hasta ahora no explicado.

Miguel A. Pérez-Torres, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coautor del estudio, explicó que este tipo de comportamiento no puede ser atribuido a los mecanismos de emisión habituales en objetos conocidos. «Estamos ante un sistema que posiblemente esté gobernado por campos magnéticos extremádamente intensos o por condiciones físicas que simplemente no habíamos considerado hasta ahora».

Desde su identificación en 2022, los objetos transitorios de radio de largo periodo (LPT) han representado una clase exótica dentro de la astronomía. Apenas se han documentado una decena de estos objetos en todo el cielo conocido, lo que evidencia tanto su rareza como la dificultad de detección. Se caracterizan por emitir pulsos de energía en intervalos largos y predecibles, una propiedad que los diferencia de otros objetos como los púsares, que suelen emitir a escalas de milisegundos.

La profesora Nanda Rea, del ICE-CSIC y del IEEC, y segunda autora del artículo, considera que el hallazgo podría abrir la puerta a una nueva etapa de observación astronómica. «La emisión sincronizada en radio y rayos X sugiere que podríamos estar ante una población oculta de objetos similares. Este tipo de emisión dual nos ofrece una herramienta única para buscar y estudiar más casos».

Otro aspecto intrigante es la energía que emite ASKAP J1832-0911. Los rayos X tienen una energía mucho más alta que las ondas de radio, lo que implica que el objeto está liberando cantidades significativas de energía en cada pulso. Este hecho obliga a los investigadores a reconsiderar modelos teóricos sobre el comportamiento de objetos compactos como las estrellas de neutrones o las enanas blancas.

Entre las hipótesis que se barajan, los científicos sugieren que podría tratarse de un magnetar en una fase evolutiva avanzada. Los magnetares son un tipo de estrella de neutrones con un campo magnético descomunal, capaz de deformar incluso la estructura del espacio-tiempo circundante. Otra posibilidad sería una enana blanca con un campo magnético anormalmente elevado, lo que también rompería los límites de lo que actualmente se considera posible para estos objetos.