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Unicaja Banco borra de su organigrama a los directivos de Liberbank: sólo queda en su cúpula el 13%

En el nivel más alto de la entidad únicamente permanecen dos, y con poderes recortados

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

En las guerras de poder, suele ocurrir que el vencedor pretende borrar cualquier rastro del perdedor. Es lo que está ocurriendo en Unicaja Banco, donde los ganadores (el bando malagueño) han acometido una limpieza radical de los directivos procedentes del derrotado (Liberbank). Ha sucedido tras la defenestración del anterior consejero delegado, Manuel Menéndez. El presidente, Manuel Azuaga, y su recién nombrado CEO, Isidro Rubiales, han reducido del 47% al 13% la proporción de directivos procedentes de la entidad absorbida.

De esta forma, se han hecho realidad los temores de los directivos procedentes de esa entidad (que a su vez fue la fusión de Cajastur, Caja Cantabria, Caja Extremadura y Caja Castilla-La Mancha) que adelantó OKDIARIO.

En su reunión del 31 de octubre, el consejo de administración de Unicaja Banco aprobó un nuevo organigrama con 15 directivos de primera línea, de los que sólo dos proceden de Liberbank: Jesús Ruano y Severino Méndez, ambos con muchos menos poderes de los que tenían hasta ahora. Es decir, la proporción de directivos de Liberbank sobre el total se queda en el 13%, cuando antes eran nueve sobre 19 directivos (se ha reducido la cúpula), es decir, el 47%.

Esta decisión se ha tomado después de la salida del fondo Oceanwood, que vendió su 7% en agosto, y del empresario mexicano Ernesto Tinajero, que ha vendido su 2,95% esta semana. El grueso de esa participación ha sido adquirida por Tomás Olivo, como adelantó este medio, lo que le convierte en el segundo accionista de Unicaja con el 9%.

Las salidas de estos inversores financieros -que defendían una gestión más profesional y no buscaban guerras internas- significan que la Fundación Unicaja (primer accionista con el 30%) ya no tiene ninguna oposición interna. Esta Fundación se guía por criterios más sociales y políticos que económicos.

Directivos fulminados

Entre los directivos fulminados por Azuaga y Rubiales se encuentra el anterior director de negocio, Jonathan Velasco, del que dependían las áreas comerciales y gestión de activos. Era responsable de que la maquinaria comercial de Liberbank y fue nombrado para ese cargo en la entidad fusionada porque las métricas de productividad por empleado -la dinámica comercial- eran mucho mejores en dicha entidad que en Unicaja en solitario. De momento, su cargo ha quedado vacante, «pendiente de designación».

Otra ejecutiva que tendrá que abandonar su cargo es Marta Suárez, hasta ahora directora de objetivos y seguimiento de negocio. Tanto ella como Velasco fueron boicoteados por los directivos provenientes de Unicaja desde el principio, según fuentes internas de la entidad. También ha sido defenestrado Juan Pablo López, el director de relaciones con inversores, un puesto clave en una empresa cotizada. Además, era uno de los investor relations más reputados de la banca española.

Respecto a los dos que se quedan de momento, a Jesús Ruano le han quitado muchos poderes: era responsable de participadas, inmuebles y banca corporativa, y ahora se queda sólo con esta última competencia (banca de empresas). Ruano había hecho un trabajo muy importante en la venta de carteras de activos tóxicos del banco fusionado. Asimismo, había reorganizado los acuerdos de seguros, una actuación que ha conllevado que Santa Lucía alcance el 5% del capital. 

Esta purga de altos cargos no ha sido comunicada oficialmente mediante una nota de prensa, como se puede apreciar en la web corporativa de Unicaja. Según las fuentes consultadas, «quedaría mal con la imagen que vendió Isidro Rubiales de conciliador y pacificador en sus primeros días en el cargo de CEO». Así, Rubiales se reunió en agosto con la mayoría de los directivos para darles tranquilidad y asegurarles que lo que quería era tender puentes y construir, pero ha dado un giro radical. Asimismo, las fuentes aseguran que la paralización comercial de Unicaja continúa a día de hoy.