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La UE en alerta: Bruselas mira con lupa los anuncios de gasto y subidas de impuestos de Sánchez

La Unión Europea está en alerta ante las últimas decisiones de Pedro Sánchez. Bruselas mira con lupa los anuncios de gasto y subidas de impuestos del Gobierno español.

No se trata de avisos externos. Pero sí internos. Y es que “cuando se empiezan a citar partidas de gasto adicionales, se mencionan extensiones de servicios, subidas fuertes de impuestos a las empresas, y se hace todo de forma un tanto espontánea, la imagen de control del gasto puede no ser la mejor. Y eso puede asustar a los mercados”, comenta un alto cargo español en Bruselas.

La frase esconde más mar de fondo. Y es que la Comisión Europea acaba de revisar a la baja la previsión de crecimiento para España en 2018 hasta el 2,8%, frente al 2,9% que anticipó en mayo.

El Ejecutivo comunitario atribuye esta moderación sobre todo a un aumento mayor de lo previsto de los precios del combustible y a una menor contribución de las exportaciones por el entorno exterior “menos favorable”.

Las principales razones que expone Bruselas para explicar este recorte son el entorno global “menos favorable”, que resulta en una menor contribución de las exportaciones al crecimiento, y un crecimiento del precio del petróleo superior a lo esperado. Pero, al margen de ello, hay posicionamientos y anuncios del Gobierno de España que preocupan a Bruselas.

La razón es sencilla. La subida del Impuesto sobre Sociedades castigará la competitividad de las compañías españolas y su capacidad de crear empleo. El pacto de subida de sueldos alcanzado por la patronal, los sindicatos y el Gobierno, igualmente. Los incrementos de gastos en pensiones, sanidad y peajes, más de lo mismo.

Y todo ello tendrá que salir de impuestos porque el Gobierno de Sánchez no parece hacer ningún anuncio de recorte de gasto. Y todo ello repercutirá en el crecimiento. La propia ministra ha anunciado ya una escalada del déficit previsto hasta el 2,7%.

Y eso, en un momento en el que Bruselas ha pedido ya recortes adicionales a España y en el que el BCE pretende eliminar los estímulos monetarios, se puede convertir en un problema europeo. Porque si se retiran estímulos y los gobiernos se dedican a frenar adicionalmente la economía, el plan puede acabar mal.

Hay que recordar que la Comisión Europea ha pedido a España que el año que viene aplique ajustes estructurales por valor del 0,65% del Producto Interior Bruto (unos 7.300 millones de euros).

Y al año siguiente, más de lo mismo. Los ajustes, evidentemente pueden ser por la vía de aumentar ingresos (subidas de impuestos) o por la vía del gasto (recortes). Pero el resultado no es el mismo. Y el castigo a empresas y cotizaciones que se anuncia en España, debilitará más de lo previsto la economía. Y eso preocupa a escala europea.