Economía
En el mes de septiembre

Las tiendas de alimentación ya notan la caída del consumo: reducen sus ventas un 5% en septiembre

Pese a que la electricidad y los combustibles fueron los principales responsables de que la inflación llegase a alcanzar los dos dígitos en España, los alimentos son ahora los que mayor aumento de precios están experimentando. Un encarecimiento de insumos básicos que ya ha empezado a notarse en el consumo: las pequeñas tiendas de alimentación han experimentado un descenso de sus ventas del 5% sólo en el mes de septiembre.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas del comercio minorista han crecido un 0,5%, tres décimas menos que el mes anterior. Sin embargo, este descenso es mucho más acusado en el sector de la alimentación, que pese a la caída del mes de septiembre, han aumentado sus ventas en un 8,3% en lo que va de año. Sin embargo, esta ralentización del consumo hace que los pequeños comercios comiencen a preocuparse por el cierre del año. Y es que, a esta reducción del consumo se suman los costes desbocados, y la poca capacidad que tienen para trasladarlos a los precios.

Por ejemplo, en una pastelería el precio del aceite de girasol se ha incrementado un 103%, las harinas se han encarecido un 80%, el coste de la mantequilla se ha duplicado y el de los huevos y el azúcar ha subido hasta un 100%, ha detallado el gremio de pasteleros artesanos. Al aumento del precio de las materas primas se suma el incremento en el precio de la energía, que está teniendo un gran impacto en la factura de la luz para la mayoría de estos comercios, triplicando su precio en muchos casos.

Un alza de costes y una reducción de beneficios que está mermando considerablemente los márgenes de las empresas, que en muchos casos se ven obligados a presentar un concurso de acreedores, que en caso del comercio al por menor se ha disparado un 118% en comparación con septiembre del pasado año. En lo que va de 2020, casi 2.000 pequeños comercios han quebrado, aunque desde el sector apuntan que lo peor está por llegar.

Desplome del consumo

La pérdida de poder adquisitivo de los hogares como consecuencia de la inflación ha incrementado su incidencia en el consumo privado en relación a la primera parte del presente ejercicio: la tasa de ahorro de los hogares se ha reducido hasta niveles próximos a la media de los últimos años, lo que significa que muchas familias ya no disponen de un colchón de liquidez para compensar la pérdida de capacidad de compra de sus ingresos. Algo que, según los últimos datos de Funcas, se va a traducir en una reducción del 40% del gasto en consumo final de los hogares en 2023, pasando de 65.000 millones en 2022 a menos de 40.000 millones el próximo año.

Asimismo, la situación de incertidumbre económica y las elevadas tasas de inflación recortaron las expectativas de consumo de los hogares un 24% en el tercer trimestre en relación al mismo trimestre de 2021 y un 32,6% sus posibilidades de ahorro, según el indicador de confianza de los consumidores del mes de septiembre publicado recientemente por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).