Opinión

Stargate II: la carrera por la superinteligencia artificial general

Proyecto Stargate, IA, Inteligencia Artificial

En el año 1978, durante la guerra fría, la inteligencia militar de los Estados Unidos puso en marcha el primer Proyecto Stargate para investigar el uso de fenómenos psíquicos en operaciones de inteligencia. La investigación concluyó que no se podía probar su eficacia de manera científica por lo que fue cancelado después de que un informe de 1995 de la CIA determinara que no tenía ninguna utilidad operativa en inteligencia.

La semana pasada el presidente Trump, anunció con este mismo nombre de stargate una nueva empresa que representa un claro ejemplo de geoeconomía estratégica. El principal objetivo de stargate consiste en construir una red de centros de datos de última generación en Estados Unidos para impulsar la innovación en inteligencia artificial, creando 100.000 nuevos empleos industriales posicionando a los Estados Unidos como el líder mundial en desarrollo de infraestructuras de centros de datos.

La nueva empresa de Delaware cuenta con una unidad operativa liderada por OpenAI encargada de la creación de una infraestructura masiva y centralizada con 20 centros planificados para 2029. Un primer data center está ya en construcción desde junio de 2023 ubicado en la ciudad de Abilene en Texas, la nueva California. Con una extensión de 354 hectáreas similar al Central Park de Nueva York, para el desarrollo de la Inteligencia Artificial superinteligente, AGI, a partir del año 2026.

Es un sistema computacional de vanguardia con una inversión de 7.000 millones de dólares en microprocesadores gestionado por Oracle que daría el poder computacional a Microsoft que a su vez usaría dicho poder para desarrollar la actividad de OpenAI. Este proyecto creará beneficios masivos y garantizará la capacidad estratégica de proteger la seguridad nacional de los EEUU y de sus aliados.

Stargate cuenta además con una segunda unidad liderada por SoftBank responsable de la captación del capital.

El proyecto, financiado exclusivamente por la iniciativa privada, nace de una colaboración entre la gran start up OpenAI envuelta actualmente en unas complejas negociaciones para segregar una nueva Public Benefit Corporation (PBC) y valorada en 157.000 millones de dólares, la entidad financiera japonesa SoftBank que llevan el liderazgo junto con Oracle y el fondo estatal de Abu Dhabi MGX con una inversión inicial prevista de 100.000 millones de dólares que podría llegar hasta los 500.000 millones de dólares en un periodo de 4 años. Otros participantes que han anunciado su incorporación al proyecto son Nvidia, ARM responsable del diseño de los microprocesadores y semiconductores, así como la plataforma de servicios en la nube Azure de Microsoft.

Por cierto, Microsoft que ya ha invertido 13.000 millones de dólares en OpenAI, acaba de anunciar cambios en su acuerdo con OpenAI para poder utilizar tecnologías de sus rivales para servicios en la nube buscando una mayor flexibilidad. En este mismo sentido, Microsoft que invertirá 80.000 millones de dólares en nuevas infraestructuras, puso en marcha en septiembre pasado un fondo de 30.000 millones de dólares para infraestructuras de inteligencia artificial gestionado por BlackRock bajo la denominación de Global Artificial Intelligence Infrastructure Investment Partnership (GAIIP).

El Proyecto Stargate

Stargate es un proyecto diseñado para liderar la carrera por la Inteligencia artificial general (AGI), donde se investiga la creación de un software con una inteligencia similar a la humana con la capacidad de autoaprendizaje permitiendo que dicho software pueda realizar nuevas tareas para las que no estaba inicialmente entrenado o desarrollado. Se anticipa que el Proyecto Stargate impulsará avances significativos en campos como la sanidad, incluyendo el desarrollo de vacunas personalizadas y tratamientos de cáncer basados en mRNA.

El controvertido anuncio se producía a las pocas horas de firmarse una orden ejecutiva presidencial sobre inteligencia artificial que daba 180 días para presentar un Plan de Acción para alcanzar el liderazgo de los EEUU sobre la IA y derogaba una orden de Biden del año 2023 sobre Safe, secure and trustworthy Development and use of artificial intelligence con una regulación excesiva en comparación con China. Dicha regulación ponía condiciones y límites éticos a la investigación científica y al desarrollo operativo de la Inteligencia artificial en los Estados Unidos obligando además a compartir los detalles sobre las pruebas de seguridad con el gobierno.

Los críticos con este megaproyecto adelantaron hace tiempo la mayor eficiencia de los modelos de IA alternativa, más «ligeros» y descentralizados, como el DeepSeek R-1, desarrollado en China. Este modelo de código abierto ha alcanzado una paridad de rendimiento con los sistemas de OpenAI a una fracción muy inferior de su coste, utilizando infraestructuras más pequeñas y chips más económicos que requieren menos inversión. Los críticos consideran además que un enfoque descentralizado será más eficiente y sostenible a largo plazo. Esta semana Wall Street parece darles la razón.

Sin embargo, un comunicado de Nvidia tras protagonizar la mayor destrucción de valor en bolsa de la historia, 600.000 millones de dólares o un 17% en una sola jornada, defiende que el éxito de DeepSeek demuestra la utilidad de sus unidades de procesamiento gráfico (GPU) y que se necesitarán muchos más para dar respuesta al crecimiento del grupo chino.

La compañía asiática ha utilizado para lanzar R1, su modelo de razonamiento de código abierto. En concreto ha utilizado 2.000 chips H800 de Nvidia. Son menos avanzados que los utilizados por las firmas norteamericanas, pero cumplen con las restricciones a las exportaciones impuestas por los EEUU en el año 2022. Dichos controles han forzado a DeepSeek a repensar cómo entrenar la IA para encontrar fórmulas innovadoras maximizando la potencia de cálculo con una menor inversión. Una terrible lección de innovación aprendida, una empresa emergente utiliza 2.000 chips «de segunda» de una gran compañía para restarle en bolsa 600.000 millones de dólares en un día.

La nueva carrera de las estrellas con China ya está aquí. Y de alguna manera todos estos movimientos están sentando las bases para poder salir victoriosos en esta materia tal y como en su día se consiguió vencer a la URSS en la anterior competición por la conquista del espacio. El país que sea capaz de desarrollar la inteligencia artificial general tendrá una impresionante ventaja militar y comercial sobre el resto.

En esta materia y a la vista de los acontecimientos que están ocurriendo en China y los EEUU, no hay que descartar que Europa vea la oportunidad de consolidar un mercado digital común, un mercado de capitales menos fragmentado y la mejora de la normativa actual para poder unirnos a la ola de innovación de la que estamos siendo testigos. La inteligencia artificial es parte de la solución a nuestra falta de productividad y competitividad.

La necesidad de mejorar la competitividad y rentabilidad de las empresas europeas señalada en los recientes informes Letta y Draghi, requiere la mejora continuada de la regulación europea actual. Una regulación recogida en el Digital Markets Act, el AI Act o el GDPR de protección de datos en una materia muy volátil que está cambiando tanto las reglas del juego como el propio tablero global donde Europa quiere competir. Eso si respetando la privacidad y las libertades individuales en la utilización de las nuevas tecnologías.

Sirvan como unos buenos ejemplos europeos enfocados en aprovechar la ola de innovación de la inteligencia artificial los casos del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Estocolmo.

El Ayuntamiento de Estocolmo está participando en las pruebas del agente de inteligencia artificial Operator de OpenAI, un computer using agent para la gestión personalizada, proactiva, interactiva y autónoma de los principales procedimientos administrativos de la ciudad en nombre de los ciudadanos convirtiéndola además en un catalizador para la innovación.

El segundo ejemplo es el anuncio del Gobierno de Aragón realizado en mayo del año 2024 de una importante inversión por parte de Amazon Web Services de 15.700 millones de euros equivalentes al 30% del PIB regional y de las mayores de Europa. Una inversión para ampliar hasta las 400 hectáreas sus centros de datos en Aragón, una extensión similar a la primera fase del proyecto stargate que la posiciona como un hub tecnológico. Esta infraestructura será clave en el desarrollo de la inteligencia artificial en España y en Europa.

Los centros de datos posibilitan el desarrollo acelerado de la inteligencia Artificial general, aquella que aspira a desarrollar sistemas de inteligencia artificial que sean tan capaces como los seres humanos en una variedad de tareas cognitivas. Parte de la reposición del talento humano que se jubila, se hará con la inteligencia artificial afectando positivamente al crecimiento de la productividad y del PIB.

Los defensores de Stargate argumentan que solo una infraestructura masiva puede garantizar el desarrollo de sistemas lo suficientemente potentes para resolver los mayores desafíos de la humanidad. Los grandes centros de datos requieren del uso de la última tecnología en semiconductores, una infraestructura tecnológica, grandes cantidades de energía, agua y un equipo industrial de refrigeración. En este sentido hay críticas y preocupaciones sobre la viabilidad y necesidad de un proyecto de esta dimensión, así como sobre su impacto ambiental debido al alto consumo de agua y de energía típica de los centros de datos, representando desafíos ambientales muy importantes.

El consumo de agua de un centro de datos puede variar significativamente dependiendo de varios factores como su tamaño, la tecnología de enfriamiento utilizada y la ubicación. Un centro de datos promedio puede consumir entre 11 y 20 millones de litros de agua por día, lo que es equivalente al consumo de agua diario de una ciudad con entre 30,000 y 50,000 habitantes. Los nuevos diseños de centros tienden a usar tecnologías de circuito cerrado para minimizar el consumo de agua.

El consumo de energía es la otra clave junto con las emisiones de carbono que actualmente representan el 2% del consumo mundial. Según datos de la Agencia internacional de la energía los centros de datos podrían representar el 21% de la demanda mundial de energía en el año 2030.

El traslado de los datos cuesta un 30% menos de lo que cuesta el traslado del gas y un 90% menos de lo que cuesta mover la electricidad. Los nuevos centros se van a construir donde se disponga de agua y donde se genere electricidad. Por eso muchas empresas adoptan energías renovables para alimentar sus centros de datos y así reducir el impacto medio ambiental. La necesidad de contar con una fuente de energía constante y confiable que no dependa del clima hace de que se vayan incorporando los reactores nucleares SMR, Small Modular Reactor. Ese es el caso de Oracle para el centro de Abilene en Texas sede de stargate cuyo consumo energético será de un gigavatio equivalente al consumo de 750.000 hogares y que cuenta con tres reactores nucleares SMR.

Para finalizar, recuerdo los tres principales peligros que puede protagonizar la inteligencia artificial sin una supervisión humana.

En primer lugar, peligra el equilibrio militar actual si los países siguen buscando un desarrollo de la inteligencia artificial con fines militares provocando incluso acciones militares preventivas, incluidas acciones de ciberseguridad tomadas por la propia IA con un gran potencial de escalada ante la incertidumbre creciente.

Segundo, dicha supremacía estratégica requiere de una gran velocidad que implica a su vez reducir los controles de seguridad por lo que podría generarse una IA no alineada con los objetivos humanos poniendo en riesgo la humanidad entera.

Y, en tercer lugar, dicha superinteligencia podría desbordar a las agencias de inteligencia y seguir una agenda propia controlando el armamento nuclear crítico, fabricando patógenos altamente eficientes o divulgando información que crease inestabilidad política distorsionando el panorama de la información y desafiando la propia verdad.

Todos estos puntos requieren de un acuerdo de usos limitados de la IA entre las grandes potencias, algo similar a la gestión del armamento nuclear en el apogeo de la guerra fría.

Periculum oportunitas intelligentiae machinarum

José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.

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