Economía
Acuamed depende del ministerio de Teresa Ribera

El presidente de Acuamed da 45 millones de obra a la empresa en la que su hermano es director de Clientes

Acuamed, empresa pública que preside Francisco Baratech, ha adjudicado una segunda obra a Ferrovial Construcción

El Consejo de Administración de Acuamed, empresa pública dependiente del ministerio de Teresa Ribera, ha adjudicado por 45 millones de euros una segunda obra, la ampliación de la desaladora de Águilas, a una Unión Temporal de Empresas (UTE) en la que participa Ferrovial Construcción, compañía en la que trabaja el hermano del presidente de Acuamed, Francisco Baratech. Baratech ya firmó la adjudicación en abril pasado de otra obra a Ferrovial Construcción, la ampliación de la desaladora de Torrevieja por 80 millones, como publicó este diario. Antonio Baratech es un alto cargo en Ferrovial Construcción, director de Clientes.

Fuentes de Ferrovial explicaron a este diario que en la UTE participa también Cadagua, filial de agua de la constructora, y que es Cadagua quien dirige los concursos. Además, señalaron que Antonio Baratech sólo entra en contacto con las empresas cuando ya son clientes, no antes, y que ya había comunicado internamente a Ferrovial el nombramiento de su hermano como presidente de Acuamed en julio de 2017.

La polémica rodea estas adjudicaciones, la primera desaladora de Alicante y la nueva de Murcia. Esta segunda obra consiste en la ampliación y gestión de la desaladora de Águilas. La UTE participada por Ferrovial Construcción y Cadagua -junto a Sacyr Agua- ha obtenido la mejor puntuación en la parte técnica, 29 puntos -el segundo, Dragados, recibió 23 puntos-, y ofertó 37,6 millones -sin IVA-, la segunda más económica de todos los aspirantes -hubo una más barata, 34 millones, de Lantania y Sando-.

La puntuación técnica ha sido la clave, según apuntan fuentes internas de Acuamed. Se trata de criterios subjetivos, que han plasmado en los informes cargos técnicos de Acuamed de la delegación de Murcia. Se da la circunstancia de que en el proceso de adjudicación ha participado también Eva Muñoz, ex empleada de Ferrovial Cadagua que pasó a principios de 2023 a trabajar en la delegación de Murcia de Acuamed.

En su labor en Acuamed, Muñoz ha intervenido directa o indirectamente en la preparación de concursos de licitación relacionados con la ampliación de las dos desaladoras, Alicante y Murcia. Entre otros, los proyectos Ampliación de la Redacción del proyecto constructivo de la desaladora de Águilas y la Asistencia técnica a la dirección de Obras y Coordinación de Seguridad y Salud de las obras de ampliación de la desaladora de Alicante.

Además, el superior de Muñoz es Jaime de Miguel, gerente territorial de Acuamed en Murcia, que permanece como investigado en el llamado caso Acuamed en 2017. Tras las dos polémicas adjudicaciones a Ferrovial Construcción-Cadagua por más de 110 millones de euros, Jaime de Miguel ha sido trasladado a la delegación de Acuamed en Valencia, dejando Murcia.

Las dudas en el sector no acaban aquí. Porque la licitación del concurso se hizo el 18 de julio y el plazo para presentar la oferta finalizaba el 26 de agosto. «Es decir, 26 días laborales coincidiendo con periodo vacacional. No hay tiempo para preparar con rigor una oferta de este calibre, hablamos de más de 1.500 páginas de proyecto», explican fuentes del sector. Hay que recordar que Ferrovial Cadagua construyó y gestiona la desaladora.

Además, la apertura de las ofertas se hizo el 4 de septiembre pasado, y el día 17 de septiembre, 14 días después, se publicaron las puntuaciones. «¿Cómo es posible que en tan reducido plazo de tiempo un sólo técnico firmante del informe pueda analizar con detalle y equidad toda la cantidad de información contenida en las ofertas de 7 licitadores?», se preguntan en el sector. En Murcia es época de fiestas locales los días 9 y 10 de septiembre.

Las dudas sobre esta adjudicación de nuevo de Baratech se unen a la anterior, la de Torrevieja (Alicante). Como publicó este diario, Acuamed adjudicó el contrato de ampliación de la desaladora a Ferrovial Cadagua y Sacyr dejando fuera a Acciona, empresa que construyó la infraestructura y la estaba gestionando. En este caso, Acuamed no le dio el contrato a la constructora que la levantó y la gestionaba, como sí ha hecho en Águilas (Murcia).

Acciona impugnó el concurso, sin suerte. Antes de esto, Acciona había denunciado públicamente a Acuamed por una deuda de 90 millones de euros en la factura de la electricidad de las desaladoras. Estas infraestructuras consumen mucha electricidad, energía que se disparó por la invasión de Ucrania. La falta de fondos de Acuamed -vende el agua a los regantes más barato de lo que le cuesta- generó esa deuda que Acciona hizo pública.

La impugnación quedó en nada y Ferrovial Cadagua ya está gestionando la desaladora de Alicante y continuará gestionando la de Murcia.