La subida de costes podría complicar la lucha contra la inflación

El precio de los combustibles se dispara en plena ‘operación salida’ por el alza del petróleo

Precio gasolina

El precio del petróleo ya ha comenzado a aumentar, e incluso podría alcanzar los 90 dólares por barril durante 2024, lo que complicaría sensiblemente la lucha contra la inflación emprendida por los bancos centrales de Estados Unidos, la UE y Reino Unido, según un informe de Bank of America a cargo de Francisco Blanch, responsable global de materias primas y derivados. Este analista estima un precio de 90 dólares por barril para 2024 y advierte de que el encarecimiento del crudo es ya un hecho.

El efecto indirecto de tal incremento es el coste de venta al público de los carburantes, que está influido en gran medida por el agotamiento del ‘stock’ de los productos refinados coincidiendo con el aumento de la demanda en la época estival del año. De hecho, el precio medio de la gasolina y del gasóleo ha mantenido su tendencia al alza durante la semana pasada y vuelve a encarecerse hasta el 0,8%, lo que le lleva a sumar tres subidas consecutivas. De esta manera, el precio se consolida en máximos desde principios de mayo, llegando en estas cotas progresivas hasta la operación salida de agosto, que arrancó el viernes 28 de julio y finaliza este lunes.

En concreto, el precio medio de la gasolina se situó la semana pasada en los 1,615 euros el litro. Por su parte, el precio medio del diésel también ha encadenado su tercera semana consecutiva de subidas (0,82%) para alcanzar los 1,465 euros el litro, un nivel que no marcaba igualmente desde la primera semana de mayo.

Según Bank of America, las claves de las próximas tensiones en el mercado del petróleo están en Rusia, a la que la debilidad del precio le está afectando en los esfuerzos bélicos; en la OPEP, movilizada para evitar un colapso de los precios, y en la propia acción de EEUU, que tiene que reponer reservas. De acuerdo con el analista Francisco Blanch, el aumento de las tasas de interés en todo el mundo ha frenado la demanda agregada global y contenido el crecimiento del consumo de petróleo a lo largo del proceso. Para hacer frente a la nueva situación, la OPEP ha puesto en marcha una nueva estrategia proactiva para frenar los suministros antes de un posible colapso en los precios del petróleo.

El tercer pilar de equilibrio para el mercado petrolero es China, que ha salido de la pandemia de Covid más débil de lo que se pensaba debido al lastre de la fabricación y de los bienes raíces. El frágil crecimiento en China ha añadido una presión al alza limitada en los precios mundiales de la energía, incluso aunque los indicadores de movilidad han seguido mejorando. Además, Rusia ha puesto en funcionamiento más petróleo de lo esperado en el mercado marítimo este año debido a las sanciones, que finalmente se han diluido.

Según el equipo de investigación de Bank of America, los mercados financieros creen que las tasas de interés de Estados Unidos podrían alcanzar su punto máximo este trimestre. Además, la OPEP ya ha implementado recortes de producción de crudo bastante significativos en los últimos meses. Y adicionalmente, los incentivos para que Rusia reduzca el suministro en apoyo de los precios del petróleo han llegado. Los grandes descuentos forzados por el límite del precio del petróleo finalmente han comenzado a afectar a la capacidad del gobierno ruso para recaudar impuestos del crudo, tensando el esfuerzo de la guerra en Ucrania y creando grietas significativas en las cadenas de mando militar. Como resultado, Rusia ahora se está tomándose en serio la reducción de las exportaciones al mercado petrolero para frenar los diferenciales entre el Bren y el crudo producido en los Urales.

El efecto colateral del escenario a corto y medio plazo de las materias primas es que las presiones inflacionistas se reproduzcan, obligando a los bancos centrales a continuar subiendo las tasas de interés. «Un aumento en los precios de las materias primas podría reavivar un incremento de los tipos de interés y reiniciar así la batalla entre el petróleo y el dinero», elevando los riesgos de recesión, opinan los analistas de Bank of America. De cualquier manera, el aumento de la capacidad excedentaria de la OPEP podría actuar como un límite a los precios del petróleo y representar una cierta contención de dichos riesgos, lo que supondría un cierto alivio para la economía mundial.

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