El PNV apelará a sus competencias para eximir a BBVA, Kutxabank e Iberdrola del impuestazo de Sánchez
Así pagaremos el impuestazo a banca y energéticas: más comisiones, tipos más altos y luz más cara
Sánchez anuncia que el impuestazo a las eléctricas se ampliará a los bancos para recaudar 7.000 millones
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El PNV pretende apelar a las competencias forales del País Vasco en materia tributaria para dejar fuera de los nuevos impuestos a la banca y a las empresas energéticas a las tres grandes entidades que tienen su sede fiscal en esa comunidad: Kutxabank, BBVA e Iberdrola. O al menos, para suavizar el impuesto para que sea lo menos dañino posible. Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación, que añaden que el mayor perjudicado por el nuevo tributo sería la heredera de las antiguas cajas vascas, que tendría que pagar cerca del 20% de su beneficio, según los cálculos preliminares.
De hecho, el portavoz del partido nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban, ya advirtió este miércoles a Pedro Sánchez de que debe respetar las competencias autonómicas y de que el nuevo impuesto debe «desarrollarse con garantías para no repercutirlo en el consumidor, evitar la doble imposición, los efectos a modo de hipotéticas deslocalizaciones o la merma de la inversión público-privada». Según algunas fuentes, representantes del PNV ya han mantenido un primer contacto con el Gobierno para tratar el asunto.
Las tres Haciendas forales del país Vasco (Vizcaya, Guipúzcoa y Álava) tienen competencias exclusivas para la normativa y la gestión tributaria, aunque deben coordinarse con la política fiscal del Estado en el marco del concierto económico. Por tanto, el Gobierno central no puede obligarlas a aplicar un nuevo impuesto si las Diputaciones -controladas por el PNV- no están de acuerdo.
Varias fuentes sostienen que la intención de los nacionalistas es que el impuesto no llegue a aprobarse o, al menos, suavizar todo lo posible el impacto de la medida, de forma que no suponga un grave quebranto para las cuentas de las entidades financieras y las energéticas. Ahora bien, eso implicaría la imposibilidad de alcanzar las previsiones de recaudación de Sánchez, de 1.500 millones al año en el caso de la banca y de 2.000 millones anuales en el de eléctricas, gasistas y petroleras.
Posible conflicto de competencias
En caso de que el Ejecutivo central mantenga esa exigencia, el PNV se negará a aplicar el impuesto en el País Vasco e incluso plantearía un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional, siempre según las fuentes.
Como ha informado OKDIARIO, el Gobierno no avisó a los bancos ni a las energéticas de los nuevos impuestos, si bien varios ministros habían avisado de la intención de imponer el que afecta a las segundas (no así el que impondrá a los primeros, que fue una sorpresa para todo el mundo y provocó el desplome del sector en Bolsa).
Es más, las fuentes consultadas aseguran que no lo sabían ni siquiera en el Ministerio de Hacienda, donde han puesto a trabajar a los técnicos a toda máquina para desarrollar unos impuestos capaces de recaudar las cantidades anunciadas por el presidente del Gobierno. Esta improvisación quedó de manifiesto cuando María Jesús Montero dijo inicialmente que se aplicaría a las empresas que ganen más de 1.000 millones y luego su propio departamento matizó que se refería a facturar más de 1.000 millones.
Eso también da problemas, porque los bancos no tienen facturación como tal, y tendrá que tomarse otra variable como el margen bruto o el margen neto. Y luego está la cuestión del hecho imponible, es decir, el concepto que se va a gravar. En las energéticas se supone que son los beneficios «extraordinarios» derivados de la subida del precio de las gasolinas, el gas y la luz, pero está por definir cómo se calcularán.
¿Cómo se calcula el beneficio extraordinario de la banca?
Y está mucho menos claro todavía en el caso de la banca. Según Sánchez, gravará el beneficio extraordinario derivado de la subida de tipos de interés. Dejando aparte que el BCE todavía no ha empezado a subir los tipos y que los bancos no tienen facturación, tampoco se sabe cómo se puede calcular cuál es ese beneficio. Por eso, Hacienda está trabajando con un mix de beneficio bruto (una especie de recargo al impuesto de Sociedades, que para la banca ya está en el 30% frente al 25% general) y de cuota de depósitos.
Y aunque se supone que se referirá a los resultados en España, tampoco está claro, porque en el debate parlamentario el presidente citó el beneficio total obtenido por las entidades en todos los países en que están presentes.
Sobre la base de ese hipotético mix, algunas de las fuentes calculan que Kutxabank sería una de las entidades más perjudicadas, ya que tendría que pagar entre 55 y 60 millones por este impuesto cuando este año se prevé que obtenga un beneficio de entre 250 y 300 millones. El PNV no está dispuesto a que «su» caja sufra un quebranto de esa magnitud, y por eso va a enfrentarse al Gobierno con el arma de sus competencias fiscales.
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