Según la declaración de la presidenta de Banco Santander

Orcel pidió a Botín amenazar a UBS con llevarle a los tribunales para forzarle a pagar su bonus

La presidenta de Banco Santander justifica la marcha atrás por el ERE de Popular y el entorno social

Asegura que adelantaron el anuncio del nombramiento por petición de UBS

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Ana Botín y Andrea Orcel en el juicio.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Ana Botín ha soltado hoy una carga de profundidad contra Andrea Orcel en el juicio que les enfrenta en Madrid (y que ha sido suspendido por tercera vez): ha asegurado que Orcel le planteó amenazar a UBS con llevar al banco suizo a los tribunales para forzarle a asumir parte del bonus que al final provocó la marcha atrás en su contratación por Banco Santander. Una amenaza que nunca se concretó. Asimismo, ha acusado a Orcel de ocultar desde entonces las cantidades percibidas de UBS y ha asegurado que fue la presión de esta entidad la que provocó que se anunciara el fichaje de Orcel antes de tiempo.

«Orcel me propuso plantear a UBS que iríamos por la vía legal porque entendía que estaba legalmente obligado a pagar parte de su bonus y, si utilizábamos esa vía, cederían. Los equipos del banco le ayudaron a preparar una carta, que Orcel mandaría a UBS, y pensaba que con esa carta flexibilizaría su postura, que era insuficiente para nosotros. No sabemos si la llegó a mandar pero entendemos que no», ha declarado la presidenta de Santander.

Esta novedad es muy relevante porque Santander justifica que no contrató a Orcel porque este no cumplió su compromiso de conseguir que UBS se hiciera cargo del bonus al que tenía derecho por los años trabajados en la entidad. Finalmente, UBS se negó, y Orcel exigió que Santander le pagara la cantidad máxima a la que se había comprometido, 35 millones. El hecho de que el propio Orcel sugiriera esta estrategia para forzar al banco suizo daría la razón al español porque sabía que legalmente era UBS el que debía abonar al menos parte del dinero y, aun así, no hizo nada para reclamárselo.

Botín ha cometido un error al decir que Orcel estaba obligado «contractualmente» a ello, lo que se contradice con la piedra angular de su defensa: que nunca llegó a haber un contrato, sino solo una carta oferta sujeta a condiciones que no se perfeccionó porque estas no se cumplieron, en especial la de que UBS abonara parte del citado bonus. Una contradicción que ha subrayado el abogado de Orcel en la vista.

De hecho, Orcel no solo no restó a los 35 millones los 13,7 que había cobrado de UBS desde el anuncio de su fichaje, sino que añadió otros 3 a la cifra por intereses y dividendos no cobrados, según la declaración de Botín.

El ERE de Popular y la moción de censura

Ante esta situación, el consejo de Santander tomó la decisión de dar marcha atrás en la contratación porque «sacaba nuevas cifras sabiendo que eran muy altas, en un contexto muy difícil en el banco por el ERE de Banco Popular y por el entorno social, reputacionalmente el riesgo era mucho mayor para el banco y nuestras expectivas de remuneración eran mucho menores en base a esa reducción».

El entorno social al que se ha referido Botín es la moción de censura que había llevado al Gobierno a Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos y otros partidos de izquierdas. Un nuevo Ejecutivo que no iba a ver con buenos ojos las cifras que pedía Orcel. La presidenta ha asegurado que la junta de accionistas de Santander tampoco lo habría aceptado, ya que los salarios habituales en banca de inversión -como el que pedía Orcel- son muy superiores a los que se pagan en banca comercial. «No nos podíamos arriesgar a que votaran en contra el 40% de los accionistas, como ha sucedido en algún caso reciente», en referencia al de CaixaBank.

El abogado de Santander también ha acusado a Orcel de ocultar al banco las cantidades que ha ido cobrando del bonus diferido de UBS en los años transcurridos desde la renuncia al fichaje, que cifra entre 20 y 30 millones. El italiano ha rebajado su petición de indemnización de 112 a 76 millones tras ser nombrado consejero delegado de Unicredit. Esta cantidad incluye dos años del salario que habría percibido en Santander a razón de 10 millones cada uno (inicialmente pedía tres o cinco años), la prima de fichaje de 17 millones y entre 18 y 29 millones -en función de la fiscalidad- por el bonus de UBS. El resto son los daños morales sufridos.

Otra cuestión que nunca se había aclarado es por qué se anunció tan pronto el fichaje de Orcel si solo se había firmado una carta-oferta y estaba sujeta a varias condiciones. Según Botín, esto se debió a que «nos pidió UBS hacerlo antes de lo que nos habría gustado, lo adelantamos un mes para acomodar a UBS, accedimos a su demanda».

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