No vas a volver a encender un radiador: esta es la mejor alternativa para no pasar frío sin arruinarte

No vas a volver a encender un radiador: esta es la mejor alternativa para no pasar frío sin arruinarte. Estando en pleno invierno, es posible que te plantees cómo calentar tu casa sin gastar demasiado dinero ni contaminar el medio ambiente. Una opción que cada vez gana más adeptos es el suelo radiante, un sistema de calefacción que consiste en instalar tuberías o cables bajo el pavimento, por las que circula agua caliente o electricidad, respectivamente. El calor se transmite de forma uniforme por toda la superficie del suelo, creando una sensación de confort térmico muy agradable.

Pero, ¿es el suelo radiante la mejor opción para tu hogar? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene frente a los tradicionales radiadores? ¿Qué necesitas para instalarlo? A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre el suelo radiante, para que puedas decidir si es la mejor alternativa que estabas buscando para calentar tu casa y que no tengas que volver a encender un solo radiador.

La alternativa del suelo radiante frente a los radiadores

¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir entre suelo radiante o radiadores?
A la hora de elegir el sistema de calefacción más adecuado para tu vivienda, hay varios factores que debes tener en cuenta, como el clima, el aislamiento, el uso y el presupuesto.

El clima

El suelo radiante es más eficiente en climas fríos y húmedos, ya que permite mantener una temperatura constante y confortable en toda la estancia, sin crear corrientes de aire ni condensación. Los radiadores, en cambio, son más adecuados para climas templados y secos, donde se necesita un calentamiento rápido y puntual de las zonas más frías.

El aislamiento

El suelo radiante requiere un buen aislamiento térmico de la vivienda, tanto en las paredes como en el techo y las ventanas, para evitar pérdidas de calor y optimizar el rendimiento. Los radiadores, por el contrario, pueden funcionar con un aislamiento menor, aunque también consumirán más energía.

El uso

El suelo radiante es ideal para viviendas de uso habitual y continuado, donde se busca un confort térmico permanente y homogéneo. Los radiadores son más convenientes para viviendas de uso ocasional o intermitente, donde se necesita una respuesta rápida y flexible a las variaciones de temperatura.

El presupuesto

El suelo radiante tiene un coste de instalación más elevado que los radiadores, ya que implica una obra más compleja y una modificación del pavimento. Sin embargo, a largo plazo, el suelo radiante puede suponer un ahorro de hasta el 30% en la factura energética, ya que funciona a una temperatura más baja y aprovecha mejor el calor generado.

Qué se necesita para instalar suelo radiante

Para instalar suelo radiante en tu vivienda, necesitas contar con los siguientes elementos:

• Un generador de calor: puede ser una caldera, una bomba de calor, una estufa de pellets o cualquier otro sistema que produzca agua caliente o electricidad. El generador de calor debe estar dimensionado adecuadamente para cubrir la demanda de calefacción de la vivienda, teniendo en cuenta el tamaño, la orientación, el aislamiento y el clima de la misma.
• Un circuito de tuberías o cables: se trata de los conductos que distribuyen el agua caliente o la electricidad por debajo del suelo. Las tuberías o cables se colocan sobre una capa de aislamiento térmico y se cubren con una capa de mortero o de otro material que permita la transmisión del calor. El circuito debe estar diseñado de forma que garantice una distribución uniforme y eficiente del calor por toda la superficie del suelo.
• Un termostato: es el dispositivo que regula la temperatura del suelo radiante, según las preferencias del usuario y las condiciones ambientales. El termostato puede ser individual o centralizado, y puede estar programado para adaptarse a las diferentes horas del día y a las diferentes estaciones del año.

Ventajas y desventajas del suelo radiante

El suelo radiante tiene una serie de ventajas y desventajas que debes conocer antes de decidirte por este sistema de calefacción. Estas son algunas de las más importantes:

Ventajas

• Ofrece un confort térmico óptimo, al calentar el ambiente de forma uniforme y desde abajo hacia arriba, sin crear zonas frías ni calientes.
• Ahorra energía, al funcionar a una temperatura más baja que los radiadores y aprovechar mejor el calor generado.
• Reduce las emisiones de CO2, al consumir menos combustible fósil o electricidad.
• Mejora la calidad del aire, al evitar la circulación de polvo, ácaros y alérgenos, y al mantener una humedad relativa adecuada.
• Aumenta el espacio útil, al no ocupar espacio en las paredes ni interferir con la decoración.
• Aporta valor añadido, al ser un sistema moderno, innovador y sostenible, que puede revalorizar la vivienda.

Desventajas

• Tiene un coste de instalación más alto que los radiadores, al requerir una obra más compleja y una modificación del pavimento.
• Tiene una inercia térmica mayor que los radiadores, lo que significa que tarda más en calentar y en enfriar, y que necesita una programación adecuada para evitar un consumo innecesario.
• Limita la elección del pavimento, al necesitar un material que sea compatible con el suelo radiante, que tenga una buena conductividad térmica y que no se dilate ni se contraiga con los cambios de temperatura.
• Puede provocar molestias en los pies, si la temperatura del suelo es demasiado alta o si se usa un calzado inadecuado.

Como ves, el suelo radiante es una buena alternativa a los radiadores, pero como todo tiene sus pros y sus contras, y no es una solución válida para todos los casos. Por eso, antes de decidirte por este sistema de calefacción, te recomendamos que consultes con un profesional que te asesore sobre la viabilidad, el coste y el rendimiento del mismo, y que te ofrezca un presupuesto personalizado y ajustado a tus necesidades.