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Ni subida del SMI ni del PIB: los españoles pierden un 2% de poder adquisitivo hasta diciembre

La semana pasada la Comisión Europea advirtió que España está a la cola en materia social

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y del Producto Interior Bruto (PIB) de la que presume el Gobierno de Pedro Sánchez no se está traduciendo en un aumento del poder adquisitivo de los españoles. Los datos oficiales muestran, de hecho, que la capacidad de compra de los ciudadanos ha disminuido un 2% hasta diciembre. Según los datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, la variación salarial pactada en convenios colectivos fue del 10% desde 2022 hasta la actualidad. Sin embargo, la inflación acumulada en ese periodo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), fue del 12%.

Por tanto, en términos generales, en los últimos años los españoles han perdido poder adquisitivo, algo que no se ha visto compensando con la subida del salario mínimo. Los sueldos suben menos que los precios, por lo que, en el cómputo global, los ciudadanos salen perdiendo.

Así, el crecimiento económico del que presume Sánchez también sigue sin influir en la economía de los ciudadanos, algo que va en línea con las advertencias de la Unión Europea, las cuales muestran como el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) no se ha traducido en bienestar para el español de a pie.

En ese sentido, la semana pasada la Comisión Europea puso sobre la mesa que España está a la cola de la Unión Europea en materia social y alertó de que existe una situación «crítica» en indicadores como el abandono escolar, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social, tanto general como infantil, o el impacto de las prestaciones sociales (salvo pensiones) en la reducción de la pobreza.

No es de extrañar, por tanto, que los españoles estén menos satisfechos con su vida que la media de los países europeos, algo que ha reflejado un estudio elaborado por el portal estadístico de la Comisión Europea, Eurostat. Además, lo hacen con una nota más baja que países como Estonia, Rumanía, Polonia o Eslovaquia. Cierto es que, en términos generales, todos los europeos dan un notable, pero España se encuentra a la cola.

El poder adquisitivo de los españoles

Mientras la media de los ciudadanos de la Unión Europea puntúan su satisfacción con la vida con un 7,3 sobre 10, los españoles lo hacen con un 7,2. Esto se encuentra lejos del 7,8 de los finlandeses, del 7,7 de los belgas, los rumanos o los eslovenos y del 7,6 de los polacos, neerlandeses e irlandeses.

En ese sentido, llama la atención que países como Rumanía, que se encuentra en un momento de inestabilidad política y no ha vivido el crecimiento económico que sí ha experimentado España, presenten unos niveles de percepción sobre la calidad de vida más altos. En términos generales, «los residentes de la UE calificaron su satisfacción con la vida en una media de 7,3 puntos en una escala de 0 (muy insatisfecho) a 10 (muy satisfecho)», explica Eurostat.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España.

Cuando entró Sánchez en el poder, en el año 2018, los españoles estaban en la media de la UE. Sin embargo, España ha perdido posiciones en dicho ránking y ahora se encuentra en la cola, algo que deja ver la insatisfacción de los ciudadanos con su vida.

Según el portal estadístico, el nivel de satisfacción se ve influido por «numerosos factores, como la edad, el nivel de estudios, la situación familiar y económica». En ese sentido, tal y como advirtió la Comisión la semana pasada, España suspende en algunas variables como el abandono escolar o el riesgo a la pobreza, algo que puede estar impulsando a la baja la nota española si se compara con la europea.

Pero tampoco es de extrañar que los factores económicos impulsen a la baja la satisfacción de los españoles, pues han perdido poder adquisitivo al no ver compensadas sus retribuciones con la alta inflación que ha sufrido España en los últimos años.