Economía
Riesgo España

El mercado exige el interés más alto desde 2014 para prestar dinero a España por el récord de deuda

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El nuevo récord histórico de deuda pública que batió el Gobierno de Pedro Sánchez en junio, con 1,57 billones de euros, ha tenido su repercusión en el mercado. La rentabilidad del bono español a 10 años, la referencia internacional, ha alcanzado la zona del 3,75%, un nivel que no se veía desde hace casi 10 años: en enero de 2014.

Esta rentabilidad es lo que exigen los inversores a cambio de prestar su dinero al Tesoro para cubrir el déficit público. Cuanto mayor es el riesgo percibido para su inversión, mayor es el rendimiento que piden para la misma. Y cuanto más alta es la deuda de un país, mayor es la percepción de ese riesgo.

Esto significa que desde 2014 el mercado no había considerado que el riesgo de invertir en España fuera tan alto. Entonces, veníamos de la crisis de la prima de riesgo por el derrumbe de las cajas de ahorros, que casi forzó la salida de España del euro y se superó con el rescate financiero de España y el famoso «whatever it takes» del entonces presidente del BCE, Mario DraghiEn lo peor de esa crisis, en el verano de 2012, el rendimiento del bono a 10 años llegó a alcanzar el 6,75%.

Hasta ahora, el fuerte aumento de la deuda pública durante el Gobierno de Sánchez no se había trasladado al mercado porque el BCE compraba buena parte de la deuda que emitía España, una práctica que viene desde la citada crisis financiera y que se intensificó con la pandemia. Pero ahora el banco central está reduciendo sus compras y el Tesoro debe colocar los bonos en el mercado que, lógicamente, demanda una remuneración acorde con el riesgo que asume.

Gasto descontrolado

Dicho incremento de la deuda es todavía más preocupante por cuanto se produce con los ingresos del Estado en máximos históricos -tanto por las subidas de impuestos como por el crecimiento económico- y con la llegada de 30.000 millones de fondos europeos. Es decir, se debe al descontrol del gasto público, que supera con creces esa recaudación de Hacienda y genera un déficit que debe cubrirse con deuda.

Según el Banco de España, el grueso del crecimiento de la deuda pública es culpa del Estado, ya que ayuntamientos y comunidades autónomas registran incrementos mucho más moderados. Dentro de esa deuda estatal hay que incluir la de las pensiones, cuyo gasto se ha disparado con la subida del 8,5% aprobada por el Gobierno para este año. Pero Sánchez está disfrazando la deuda de la Seguridad Social mediante préstamos del Estado, que es el que se endeuda. De esta forma, parece que el problema de las pensiones no es tan grave como es en realidad.

Además, está el aumento del gasto público habitual en las campañas electorales. Aquí Sánchez también ha batido todos los récords, con un aumento de la deuda de 900 millones al día en el mes de junio, como informó ayer OKDIARIO.

Hasta ahora, Bruselas ha tenido bastante manga ancha con los desmanes de Sánchez, pero todo tiene un límite. Los países centrales, encabezados por Alemania, exigen la vuelta de las reglas fiscales suspendidas durante el covid, algo que pretende evitar nuestro Gobierno. Si finalmente vuelven a estar en vigor, la única solución que le quedará es un recorte drástico del gasto, para el que las promesas que está haciendo a sus socios para lograr la investidura no parecen el mejor camino.