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Economía
Carta de Hacienda

Más de 80.000 afectados: la carta de Hacienda que jamás querrás recibir

Una carta que puedes recibir si Hacienda detecta algún fallo en el borrador que has preparado

Hay cartas que nadie quiere encontrar en su buzón. Entre ellas, una de las más temidas es la que llega con el membrete de la Agencia Tributaria y un mensaje claro: tu declaración de la renta necesita una revisión. Aunque muchas personas ya han cumplido con su cita anual con Hacienda desde que arrancó la campaña el pasado 2 de abril, el verdadero quebradero de cabeza para más de 80.000 contribuyentes podría comenzar a partir del 1 de julio, cuando comiencen a enviarse la temida carta de Hacienda, de la que te ofrecemos a continuación, todos los detalles.

Presentar la declaración de la renta no siempre significa que ya hayamos cumplido con Hacienda. A veces, un simple descuido, una deducción mal aplicada o un cruce de datos que no cuadra puede ser suficiente para recibir la conocida como carta del miedo de Hacienda. A pesar de que estas comunicaciones no son automáticamente una sanción, sí suponen un aviso de que algo no encaja. Es por ello, que el simple hecho de recibir este tipo de notificación puede generar cierto nerviosismo entre los contribuyentes. Sin embargo, antes de entrar en pánico pensando que tal vez seas una de las 80.000 personas que vaya a recibir esta carta, debes saber que el objetivo de Hacienda con estas cartas no es castigar de primeras, sino dar la oportunidad de corregir errores.

Por eso, conviene entender bien en qué consisten estas notificaciones, cómo actuar si se recibe una, y sobre todo, cómo evitar estar entre los más de 80.000 ciudadanos que recibirán esta desagradable sorpresa en su buzón.

La carta de Hacienda que jamás querrás recibir

Las notificaciones de Hacienda que se envían tras la campaña de la renta no siempre implican una infracción. La mayoría se emiten como parte de un control rutinario que busca asegurar que los datos fiscales presentados por los ciudadanos coinciden con los que maneja el organismo público. La Agencia Tributaria no busca iniciar un proceso sancionador de entrada, sino abrir la puerta a que el propio contribuyente revise y, si es necesario, corrija su declaración.

A partir del 1 de julio, cuando la campaña de la renta haya concluido, Hacienda comenzará a enviar estas comunicaciones. Se prevé que este año afecten a más de 80.000 personas, debido a errores, inconsistencias o posibles incumplimientos. Estas cartas son una especie de aviso preventivo: ofrecen al ciudadano la posibilidad de revisar su declaración y regularizar la situación sin que medie, en principio, ninguna multa. Pero eso no significa que se puedan ignorar: responder correctamente y a tiempo es clave para evitar males mayores.

Tipos de notificaciones que nos pueden llegar de Hacienda

No todas las cartas de Hacienda tienen la misma gravedad ni exigen la misma respuesta. Es fundamental distinguir entre los distintos tipos de notificación para saber cómo actuar en cada caso. Algunas, como las cartas informativas, no requieren respuesta, mientras que otras implican obligaciones legales inmediatas.

Un requerimiento, por ejemplo, aparece cuando hay discrepancias claras entre la declaración presentada y los datos fiscales que maneja Hacienda. En este caso, es obligatorio responder y aportar la información que se solicite. Si no se hace, se puede enfrentar una sanción. Más preocupante aún es recibir una propuesta de liquidación, que implica que Hacienda cree que se ha pagado menos de lo debido, o el temido aviso de inicio de inspección, que supone la apertura formal de una investigación fiscal.

Además, si se detecta una infracción, Hacienda puede enviar directamente un expediente sancionador, lo que inicia el procedimiento para imponer una multa económica. También pueden llegar una providencia de apremio, cuando existe una deuda que se pretende cobrar, o incluso una diligencia de embargo, si no se ha regularizado la situación y Hacienda decide actuar directamente sobre los bienes o cuentas del contribuyente.

Qué hacer si recibes una carta de Hacienda

Recibir una de estas notificaciones no significa que todo esté perdido. Lo más importante es no entrar en pánico y actuar con rapidez y claridad. Lo primero es leer bien la carta para entender qué tipo de comunicación es y qué se solicita exactamente. A partir de ahí, hay varias vías de actuación dependiendo del caso.

Una opción es presentar una declaración complementaria, es decir, corregir los datos que pudieran estar equivocados o incompletos. También se puede aportar documentación adicional que justifique la declaración inicial si se considera que los datos eran correctos. En caso de tener que pagar una cantidad que no se puede asumir de inmediato, existe la posibilidad de solicitar un aplazamiento o fraccionamiento del pago.

Lo importante es no dejar pasar el tiempo. Aunque Hacienda suele dar unos días o semanas para reaccionar, los plazos son estrictos, y si se superan sin respuesta, las consecuencias pueden escalar rápidamente.

Las sanciones que nos puede poner Hacienda

Si el contribuyente no corrige el error o no responde a tiempo, Hacienda puede imponer sanciones económicas que varían en función de la gravedad de la situación. Las multas por declarar fuera de plazo pueden oscilar entre el 50 % y el 150 % del importe debido. Incluso si el error se debe a un descuido (como un pago que no se hizo por falta de fondos en la cuenta) los recargos pueden ir del 10 % al 20 %.

Además, presentar la declaración correctamente pero fuera de plazo también puede derivar en una multa fija, que ronda los 200 euros. Por eso, más allá del susto inicial, lo realmente caro puede ser no actuar con rapidez y diligencia.

Errores más comunes que pueden encender las alarmas de Hacienda

Aunque cada declaración es un mundo, hay ciertos fallos que Hacienda detecta con más frecuencia. Uno de los más habituales son los desajustes entre los datos que presenta el contribuyente y los que Hacienda recibe de bancos, empresas o notarios. Si hay discrepancias, se puede entender como un intento de ocultar información.

También se vigilan especialmente los movimientos de dinero sin justificar. Ingresar o retirar grandes cantidades en efectivo sin una razón clara puede levantar sospechas, incluso si no hay intención de fraude. Por otra parte, olvidarse de declarar ayudas recibidas o aplicar deducciones indebidas son errores que pueden parecer menores, pero tienen consecuencias fiscales importantes.

Especial atención deben prestar los autónomos y las empresas, ya que Hacienda cruza las declaraciones trimestrales y anuales para comprobar que todo cuadra. Cualquier incoherencia entre modelos puede derivar en una notificación. Y a diferencia de otros ciudadanos, los autónomos están obligados a declarar, independientemente de lo que hayan ingresado.

En conclusión, la declaración de la renta es una cita anual con la que la mayoría de los ciudadanos ya está familiarizada. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el proceso no siempre termina al pulsar el botón de enviar. A veces, un pequeño error puede desembocar en una de esas cartas que nadie quiere recibir.