El marido de la ministra Teresa Ribera enchufará a su protegida en la CNMC
Nuevo caso de nepotismo en el Gobierno. Después del escándalo por el nombramiento de la hija de Manuel Conthe como presidenta del FROB, el próximo movimiento se producirá en la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y Competencia). Allí, el marido de la ministra Teresa Ribera, Mariano Bacigalupo, va a colocar como directora general de Energía a su protegida, María Jesús Martín Martínez. No obstante, la presidenta del organismo, Cani Fernández, ha exigido que se haga mediante concurso público, por lo que podría saltar la sorpresa.
Según fuentes conocedoras de la situación, «todo el mundo da por hecho que la plaza se ha convocado ad hoc para Martín Martínez y que el concurso es una mera formalidad para cubrir las apariencias». Otras fuentes, en cambio, sostienen que «el concurso es una exigencia de la presidenta, que no ha transigido con la intención de Bacigalupo de colocar directamente a su protegida. Así que no se puede descartar que se presente alguien con más méritos y se haga con el puesto».
María Jesús Martín Martínez ya fue colocada por el matrimonio Bacigalupo-Ribera como directora general de política energética y minas en el Ministerio de Transición Ecológica de Ribera, pero su labor en el cargo causó un gran malestar. Según las fuentes «era una stopper, paralizaba todo por su inseguridad a la hora de tomar decisiones, se empeñaba en calcular ella misma hasta el quinto decimal como si fuera una funcionaria, y la dirección general estaba totalmente paralizada».
Finalmente, tuvo que abandonar la Dirección General (según algunas de las fuentes, debido a la situación de Abengoa, al borde del concurso como es sabido). Y entonces su protector le busca de nuevo acomodo en la CNMC, organismo donde había desarrollado el grueso de su carrera profesional (entre 1996 y 2018) antes de saltar al Ministerio.
La Dirección de Energía, clave para el precio de la luz y el gas
La plaza destinada a Martín Martínez es la Dirección de Energía, cargo que estaba vacante desde la marcha de Fernando Hernández Jiménez-Casquet a la Embajada de España en Tokio como Agregado Comercial. Hasta ahora, lo ocupaba interinamente su número dos, Santiago Muñoz, pero su avanzada edad ha sido la excusa para sacar la plaza a concurso.
Esta dirección ha sido la más importante de la CNMC en los últimos años, ya que ha sido la responsable de elaborar las circulares de ordenamiento de los sectores de electricidad y gas para rebajar las tarifas, que pusieron patas arriba al sector. Estas normas provocaron protestas y demandas de las principales compañías -con el sorprendente apoyo del Gobierno- porque implicaban un fuerte recorte de sus ingresos regulados.
El anterior presidente de la CNMC, José María Marín-Quemada, aguantó la presión, pero está por ver si Cani Fernández sigue sus pasos. Y todavía están pendientes algunas normas, como por ejemplo las que regulan si los puntos de acceso a la red eléctrica de las centrales de carbón que se cierren seguirán en manos de la compañía propietaria de la antigua planta o deberán sacarse a concurso, algo que también ha enfrentado al regulador con el Ministerio de Ribera.
Mariano Bacigalupo fue secretario del consejo de la CNMC con el Gobierno de Zapatero hasta 2012, cuando el nuevo Ejecutvo del PP le echó. Volvió como consejero en 2017, cuando se estableció un nuevo sistema por el que la mitad del órgano de gobierno debía renovarse cada 6 años. Está adscrito a la Sala de Supervisión (hay otra sala, la de Competencia), se hizo fuerte con la salida de Marín-Quemada y se ha destacado por proteger a la gente de la casa.
Cuando Pedro Sánchez decidió nombrar a su mujer ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, con cargo además de vicepresidenta cuarta del Gobierno, se levantó una gran polvareda: la esposa tendría que gestionar con el órgano donde es consejero el esposo la elaboración de estas normas y su aplicación. Pero al presidente del Gobierno le dio igual este evidente conflicto de interés, como suele ser habitual en su gestión.
Hijo del famoso magistrado prosocialista Enrique Bacigalupo
Mariano Bacigalupo es hijo del famoso magistrado Enrique Bacigalupo, que fue uno de los tres jueces del Tribunal Supremo que condenaron por prevaricación al también magistrado Javier Gómez de Liaño por el llamado caso Sogecable, en el que Gómez de Liaño había denunciado al grupo Prisa por apropiación indebida. Posteriormente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anuló el fallo del Supremo por considerar que Gómez de Liaño no había tenido un juicio justo.
Asimismo, Bacigalupo padre se destacó por librar a Felipe González de la imputación en escándalos como el de Filesa (financiación ilegal del PSOE) o los GAL (terrorismo de Estado). En 2011 dejó su puesto en el Supremo y pasó al bufete DLA Piper, donde llevó la defensa de Leo Messi cuando fue acusado (y posteriormente condenado) por fraude fiscal.
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