Economía

Incentivar fiscalmente los planes de pensiones de empresa aumentaría el PIB español un 8,5%

El sistema de pensiones español requiere de reformas que garanticen sus sostenibilidad a largo plazo. En ese sentido, un estudio elaborado por VidaCaixa y la Fundación Edad&Vida señala que la implantación de planes de empresa permitiría incrementar el Producto Interior Bruto (PIB) un 8,5%.

De cara al año 2030, España se convertirá en el país más envejecido de la Unión Europea, por lo que se antoja necesario una reforma estructural de los planes de pensiones. Cada vez más expertos abogan por la implementación de planes privados a través de aportaciones tanto de las empresas empleadoras como de los propios trabajadores.

Introducir medidas que incentiven fiscalmente el ahorro para la jubilación a través de las empresas mejoraría el PIB español en un 8,5%. Así lo confirma el estudio presentado por la Fundación Edad&Vida y VidaCaixa, en el que se plantea la viabilidad económica de implantar un modelo de pensiones mixto que combine el modelo actual y un sistema de capitalización complementario a través de la empresa.

Ese modelo mixto se enmarca dentro de las reformas que casi todos los países miembro de la OCDE han realizado para desarrollar el llamado segundo pilar del sistema de pensiones, el que se financia a través del ahorro colectivo vía empresas.

España ya ha tenido que aplicar medidas correctoras a su actual sistema de pensiones, como es el caso del retraso en la edad de jubilación. En los próximo años, otros mecanismos como la tasa de sustitución (cuantía de la pensión en relación al último salario) seguirán decreciendo a menos que se incremente notablemente las cotizaciones.

El nuevo modelo, en cambio, permitiría mantener el sistema público sin necesidad de incrementar las cotizaciones o reducir la tasa de sustitución. «El desarrollo del segundo pilar permitiría que se extendiera el acceso al ahorro a largo plazo, reduciendo así la presión sobre el sistema público de pensiones», explica María José  Salcedo Cruz,  directora del Área de Investigación de ICEA.

El desarrollo del segundo pilar permitiría «diversificar el riesgo y reducir la vulnerabilidad de cada uno de los pilares de ahorro a la inflación, los cambios poblacionales o los impactos financieros», señala José Antonio Iglesias, vicepresidente de Edad&Vida y Subdirector General Comercial de VidaCaixa.

El estudio recoge que teniendo en cuenta la estructura demográfica prevista por el INE para 2025, la implantación de este modelo mixto tendría un impacto positivo de entre el 8,5 y el 8,6% en el PIB. Además, el empleo mejoraría un 2,2%, la tasa de ahorro alcanzaría el 23% y el índice de bienestar el 9,9%.

«La aplicación de estos cambios, por su profundidad estructural, supondría asumir costes de transición. Sin embargo, retrasar la introducción de medidas que modifiquen el modelo actual o no introducir ninguna, podría suponer una reducción del 6,3% del PIB en el largo plazo», concluye el informe.