Los gurús rebaten las mentiras de Sánchez en el debate: la economía crecerá poco más del 1,5% en 2024

Aunque el presidente Sánchez presumió en el cara a cara con Feijóo de que la economía española está creciendo a un ritmo del 5%, cuando pronunció esta cifra ya estaba incurriendo en una falsedad porque la actividad ha empezado a desacelerarse de manera apreciable desde comienzos del segundo semestre y así continuará a lo largo del ejercicio que viene, en el que el PIB aumentará poco más del 1,5% frente a más del 2% estimado para finales de este año.
Estas son las estimaciones de los analistas consultados por OKDIARIO, entre ellos la empresa Equipo Económico, que preside Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Hacienda con el ministro Cristóbal Montoro -que acaba de perfilar su último informe de coyuntura-, así como el servicio de estudios de la patronal CEOE, que lo tendrá listo para la semana próxima.
La economía española aceleró su crecimiento durante el primer trimestre de este año 2023, recuperando finalmente sus niveles de PIB prepandemia, siendo el último país de la eurozona en lograrlo y, por tanto, con una importante brecha temporal respecto a la media europea. En el segundo trimestre la economía española ha continuado expandiéndose, aunque a menor ritmo a medida que avanzaba el trimestre y con señales divergentes, siendo menos positivas las procedentes del sector industrial. Del mismo modo, el mercado laboral ha continuado presentando un robusto crecimiento en el primer semestre del año, si bien con un ritmo ralentizado en las últimas semanas, en parte por el adelanto de la campaña turística.
De acuerdo con los medios consultados, están emergiendo dudas razonables sobre el impacto que el complejo panorama económico europeo tendrá en la capacidad del sector exterior español y, en el mismo sentido negativo, destaca también el efecto del aumento de los costes de financiación sobre la demanda interna, especialmente sobre el consumo, afectando también a la demanda sobre el mercado inmobiliario. Como consecuencia, los analistas prevén una desaceleración de la actividad económica. Equipo Económico estima un aumento del PIB del 1,9%, de forma que se situaría solo ligeramente por encima de su crecimiento potencial. En el caso de CEOE, apenas se rebasará el 1,5%.
Las presiones inflacionistas se mantendrán elevadas durante este año y el que viene. Se prevé de manera general un crecimiento medio anual del IPC en torno al 3,7% en 2023 y del 3,5% en 2024, pero la inflación subyacente crecerá por encima del IPC general en 2023, y se mantendrá la intensidad del crecimiento de los precios en los sectores vinculados a la alimentación. Por otra parte, se estima que el dinamismo del mercado de trabajo será menos intenso en línea con la actividad, con un crecimiento del empleo en torno al 1,9% en 2023 y del 1,2% en 2024.
Por último, y a pesar del fuerte incremento de la recaudación, el déficit público se situará en torno al 4% en 2023 -acabó en el 4,8% el año anterior-, ante los elevados niveles de gasto estructural y las decisiones de fuerte gasto discrecional tomadas en los últimos tiempos. De acuerdo con los medios citados, el nivel de crecimiento va a ser insuficiente para afrontar los retos y desequilibrios que presenta la economía española, poniéndose de manifiesto la necesidad de adoptar un sólido conjunto de reformas en la próxima legislatura.
Entre los principales desequilibrios macroeconómicos a los que debe hacer frente la política económica en el corto plazo destaca el elevado crecimiento de los precios, superior al crecimiento del PIB. Para afrontarlo, resulta fundamental fomentar la competencia en los mercados y promover la apertura exterior, frente a las medidas restrictivas de la oferta y las relativas al control de precios, como las puestas en marcha en los últimos años.
Asimismo, la política fiscal deberá alinearse con la monetaria para garantizar la efectividad de la segunda en su objetivo de estabilizar los precios y no causar mayores desequilibrios, porque la falta de consolidación de las cuentas públicas es otro de los grandes desequilibrios de la economía española, poniéndose de manifiesto la necesidad de ejecutar un plan creíble de consolidación fiscal a medio-largo plazo, que garantice una senda factible de reducción de la deuda pública.
A nivel estructural, otro de los principales problemas de la economía española es el estancamiento de la productividad, que se une al hecho de que España sigue presentando la tasa de paro (12,7% en mayo) más elevada de toda la UE (cuya media se situó en el 5,9%), pese a que las empresas españolas en numerosos sectores apuntan a la falta de mano de obra cualificada. Ambos factores han derivado en un estancamiento en la renta per cápita real. Así, resulta especialmente apremiante la introducción de reformas de calado en el mercado de trabajo -que apuesten por su flexibilización, por un verdadero impulso de las políticas activas de empleo, por la revisión de los actuales sistemas de protección al desempleo en aras de la rápida reincorporación de los empleados-, en el sistema educativo y también en cuanto a otros elementos como es la consecución de la unidad de mercado, sobre todo para desactivar las causas estructurales que provocan ese elevado paro.