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Los grandes bancos europeos aumentaron el 25% su rentabilidad durante el primer trimestre del año

La gran banca europea se ha subido al carro de los beneficios tras la vuelta a una política de tipos de interés positivos. Las grandes entidades del sistema europeo, supervisadas por el Banco Central Europeo (BCE) ha cerrado el primer trimestre del ejercicio con un aumento del 24,48% en su tasa de rentabilidad sobre recursos propios. Esa subida sitúa la ratio que mide el beneficio sobre el capital acumulado de las entidades en el 9,56%, frente al 7,68% que consiguieron en todo el año pasado.

Tras esa cifra media, según destaca el propio MUS, hay diferencias importantes en función del tamaño del mercado en el que operan: a mayor tamaño menor margen. De modo que la estadística elaborada incluye fluctuaciones que oscilan entre el 2,56 % correspondiente a las entidades de desarrollo y promocionales y el 19,37 % de «los prestamistas de mercados pequeños».

El servicio de supervisión bancaria de la institución que preside Christine Lagarde, conocido como Mecanismo Único de Supervisión (MUS, formado por el propio BCE y los bancos centrales de cada país) explica que esta rentabilidad es consecuencia de dos factores: el aumento en el resultado de explotación de las entidades y la reducción de los deterioros de valor y las provisiones realizadas. Como consecuencia de ello, se deriva la mejora en el resultado agregado de los bancos que han visto aumentar el 24% los ingresos netos por intereses en términos interanuales.

Además, las entidades se benefician también de la estabilidad que han conseguido mantener en su coste del riesgo (calculado como proporción entre las dotaciones para insolvencias sobre el total de créditos) que, en el primer trimestre de este ejercicio se mantiene en el 0,46% frente al 0,47% del último trimestre de 2022.

Los grandes bancos europeos han mejorado la proporción de préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés) el 1,32%. La NPL agregada del primer cuarto del año se sitúa en el 2,24% frente al 2,27% del trimestre anterior.

Además, los llamados préstamos en vigilancia especial (aquellos que muestran un importante aumento del riesgo) bajan el 3,22% para situar su indicador en el 9,31% (el 9,62% en el trimestre anterior).

La institución con sede en Fráncfort (Alemania) destaca también cómo, en el primer trimestre del presente ejercicio, el margen de intermediación de las grandes entidades europeas (la diferencia entre los intereses que paga el banco y los que le cobra a quien se lo presta) ha crecido el 8,82% hasta situarse en una tasa del 1,48% (el trimestre anterior quedó en 1,36%). No obstante, el BCE señala «importantes diferencias estructurales entre países».

La sombra de la crisis se aleja

Al hilo de las crisis de bancos como el estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) o, incluso de Credit Suisse (ambos desaparecidos), afectados por un problema común: la salida en tromba de los depositantes, el BCE ha analizado también la situación de liquidez de la gran banca europea.

La ratio de cobertura de liquidez, o LCR por sus siglas en inglés (Liquidity Coverage Ratio) se ha mantenido estabilizada durante el primer cuarto del año al situarse en el 161,27%, frente al 161,32% del trimestre anterior y el 167,39 % del mismo periodo de 2022. La LCR mide el perfil de riesgo de liquidez de un banco; es decir, que cuenta con activos de alta calidad y libres de cargas, que pueden convertirse fácil y rápidamente en efectivo, sin una pérdida de valor significativa, en los mercados financieros.

Por el lado del capital, la banca europea goza de buena salud aunque, en eso, también, varía según los países y las dimensiones del banco.

Las ratios de capital agregada de las entidades supervisadas directamente por el BCE han aumentado en el primer cuarto del año. El BCE analiza tres indicadores. La ratio CET 1, la principal para el banco emisor, es la que mide el capital básico de los bancos (acciones ordinarias y reservas), al que se añaden las participaciones preferentes y los instrumentos híbridos. Este indicador se sitúa en el 15,53%; lo que supone una mejora del 0,97% con respecto al último trimestre del año pasado. Esta ratio es fijada anualmente por la Supervisión Bancaria del BCE de forma individual para cada entidad.

El Banco Central Europeo señala también que las ratios de CET1 agregadas oscilaron entre el 12,71 % en España y el 22,56 % en Estonia. Aunque, dada la diferencia entre las características de la banca de unos y otros países, la proporción no refleja adecuadamente la situación de capital de los diferentes sistemas bancarios.