Economía
La gran fusión bancaria del año

Goirigolzarri quiere mandar: se niega a ser un ‘presidente florero’ en CaixaBank-Bankia

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, no quiere ser un ‘presidente florero’ en la fusión con CaixaBank adelantada por OKDIARIO, sino que pretende conservar ciertas parcelas de poder pese a ser la entidad absorbida, según fuentes cercanas a la operación. Es lo que se está negociando ahora mismo, además de la ecuación de canje, que Goirigolzarri pretende que incorpore una generosa prima a sus accionistas.

«‘Goiri’ se niega a ser un presidente al estilo de Pedro Guerrero en Bankinter, una especie de embajador o relaciones públicas, la cara del nuevo banco para el público y los mercados. Quiere conservar parcelas de poder real y se lo ha planteado abiertamente a Fainé», explica una de estas fuentes.

De hecho, hay quien sostiene que Fainé, verdadero poder en la sombra de CaixaBank desde la Fundación La Caixa y artífice de la fusión, considera  a Goirigolzarri su sucesor tras el traumático ‘divorcio’ de su primer hereu in pectore, Juan María Nin. A Ambos les une una buena amistad labrada en buena parte en el consejo de la CECA (la confederación de las antiguas cajas de ahorros).

Dar poder a Goirigolzarri supone quitárselo a Gortázar

Pero estas pretensiones chocan con grandes obstáculos. Por un lado, CaixaBank es la entidad grande y absorbente, y, por tanto, es la que quiere gestionar el banco fusionado. Y darle poderes a Goirigolzarri implica quitárselos al propio consejero delegado de la entidad catalana, Gonzalo Gortázar. Por otro, el BCE insiste en un modelo de presidente no ejecutivo (en contra de la constumbre habitual en España) y un consejero delegado ejecutivo, modelo que también se quebraría si el presidente de Bankia también es ejecutivo.

Finalmente, los experimentos de bicefalia (copresidentes o co-consejeros delegados) en las fusiones bancarias en España siempre han fracasado, como ocurrió en los casos de Santander y Central Hispano (Emilio Botín y José María Amusátegui), de BBV y Argentaria (Emilio Ybarra y Francisco González) o de la propia Bankia (Rodrigo Rato y José Luis Olivas).

Para concluir, hay que buscar acomodo en primera fila al actual CEO de Bankia, José Sevilla, que goza de gran prestigio en el sector. Por tanto, nos encontramos ante una negociación compleja a varias bandas cuyo resultado resulta muy incierto. En principio, tendrá que haber una clara delimitación de las parcelas de poder de cada uno y unos mecanismos fluidos de comunicación para evitar contradicciones y enfrentamientos.

Negociación paralela a la ecuación de canje

Esta negociación se está llevando de forma paralela a la de la ecuación de canje, según las fuentes consultadas. Esta ecuación es la madre del cordero de todas las fusiones que se hacen con intercambio de acciones y no pagando en metálico (como esta), porque implica cómo se valoran las dos entidades en el reparto del capital de la nueva.

Si tomamos el tamaño del activo de ambas entidades (unos 442.000 millones de CaixaBank y 215.000 de Bankia), sale un reparto 67%/33% a favor de la entidad catalana. Pero si tomamos sus cotizaciones antes del subidón del viernes provocado por la información de OKDIARIO, la relación sería 77%/23% debido a que Bankia había caído mucho más en bolsa.

Además, para ‘vender’ mejor la operación políticamente, Goirigolzarri pretende que CaixaBank pague una prima sobre el valor de Bankia para que el FROB incremente el valor de su participación del 61,8% en Bankia. Prima que el fondo estatal de rescate sitúa en el 20%, según algunos medios. En conclusión, la relación de fuerzas se situará en algún punto intermedio entre el 65/35 y el 75/25, una horquilla muy amplia que se cerrará en los próximos días.