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Giro de 180º en las pensiones: el cambio que afecta a estas personas a partir de este día

La forma en que se hace el cálculo de las pensiones en España va a vivir un cambio importante que afectará a muchos futuros jubilados. La Seguridad Social ha introducido una nueva fórmula que, de manera progresiva, modificará el número de años utilizados para establecer la base reguladora. Este cambio, que comenzará a aplicarse desde el 1 de enero de 2026, promete alterar la cantidad final que percibirán los pensionistas, para bien o para mal, según cada caso individual.

Hasta ahora, la norma establecía que la base reguladora de una pensión se calculaba teniendo en cuenta los últimos 25 años cotizados (equivalentes a 300 meses). Sin embargo, este sistema será reemplazado por un modelo mixto que pretende ajustarse a la realidad laboral de muchos trabajadores, especialmente de aquellos que han visto reducirse su salario en los últimos años de su carrera profesional por situaciones como quedarse sin trabajo más allá de los 50 o de los 55 años. De este modo, y con este cambio que se va a producir en el cálculo de las pensiones, se pretende que la cifra final que quede de pensión refleje una trayectoria laboral que sea la más justa y equilibrada para la persona jubilada.

Sin embargo, el cambio en las pensiones que viviremos en apenas unos meses, no ha estado exento de debate. Mientras que algunos expertos ven en esta reforma una oportunidad para mejorar las prestaciones de ciertos colectivos, los sindicatos han mostrado su preocupación. Consideran que ampliar el periodo de cómputo puede reducir la cuantía final, ya que hace tres décadas los sueldos eran más bajos y, por lo tanto, el promedio resultante tiende a disminuir. Sin embargo, la norma introduce un mecanismo para compensar esta posible desventaja.

El cambio en las pensiones que afecta a estas personas

El anterior ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, fue quien planteó esta modificación en el marco de la reforma de la Seguridad Social. Aunque en un principio se propuso pasar directamente de 25 a 30 años de cotización para establecer la base reguladora, la fuerte oposición de sindicatos y expertos obligó a diseñar una alternativa más flexible. Así, el nuevo modelo introduce una fórmula mixta en la que se podrán usar los últimos 25 años de cotización (como se hace en la actualidad) o bien un nuevo sistema que, una vez finalizado el periodo transitorio, utilizará 29 años de cotización, dejando fuera los dos con peores ingresos.

Esta transición será gradual. Desde el 1 de enero de 2026, el cálculo de la pensión se hará considerando 304 meses, dejando fuera los dos meses con menor cotización. En 2027, se ampliará a 308 meses, excluyendo los cuatro peores. En 2028, el cálculo se hará sobre 312 meses, excluyendo los seis con menor cotización, y así sucesivamente hasta llegar a 2037, cuando se complete la transición hacia el sistema definitivo.

¿Quiénes saldrán beneficiados?

El impacto de esta reforma dependerá en gran medida de la trayectoria laboral de cada trabajador. Para quienes hayan tenido carreras estables y salarios en ascenso, ampliar el número de años puede suponer una pensión ligeramente menor, ya que se incluirán más periodos con sueldos más bajos. Sin embargo, aquellos que han visto reducidos sus ingresos en la última etapa de su vida laboral podrían salir beneficiados. Esto ocurre, por ejemplo, en casos de despidos a partir de los 50 años, donde el retorno al mercado laboral se da con salarios inferiores.

De este modo, la medida pretende equilibrar las diferencias entre los trabajadores que tuvieron una carrera laboral ascendente y quienes se vieron perjudicados en sus últimos años de empleo. Al poder dejar fuera los periodos con peores cotizaciones, la nueva base reguladora podría ser más favorable para una parte de los futuros pensionistas.

El papel de la Seguridad Social

Una de las grandes novedades es que los trabajadores no tendrán que elegir qué sistema usar para el cálculo de su pensión. Será la propia Seguridad Social la que, mediante sistemas automatizados, determinará de forma automática qué fórmula resulta más ventajosa en cada caso. De esta manera, se busca evitar errores y garantizar que cada jubilado reciba la mejor pensión posible según su historial de cotización.

Un cambio progresivo pero inevitable

El nuevo modelo de cálculo comenzará a aplicarse a todas las jubilaciones que tengan lugar a partir del 1 de enero de 2026, y se desarrollará de manera escalonada hasta 2037. Esto significa que durante los próximos once años coexistirán dos fórmulas de cálculo, pero siempre se tomará la más favorable. Este sistema híbrido pretende dar tiempo tanto a los trabajadores como a las administraciones para adaptarse a la reforma.

El debate sobre las pensiones en España sigue abierto, pero este giro de 180º en el cálculo de la base reguladora marca un antes y un después. Para quienes estén cerca de la edad de jubilación, conviene informarse y planificar con antelación, pues aunque la Seguridad Social hará los cálculos, entender cómo se determinan las cifras finales siempre es clave para tomar decisiones con mayor tranquilidad.