EN AHORRO DE INTERESES POR SU DEUDA PÚBLICA

Francia y Alemania se han beneficiado más que España de la asistencia financiera del BCE

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Emmanuel Macron y Angela Merkel (Foto: AFP).

El programa de asistencia financiera del Banco Central Europeo (BCE) está beneficiando más a Francia y a Alemania que a España en términos de ahorro de intereses por las emisiones de deuda pública, a pesar de que uno de los objetivos principales de la autoridad monetaria era proporcionar un colchón a nuestra economía para poder financiar los déficits públicos de los últimos años a un coste menor que el que soportan las locomotoras europeas.

Las propias estadísticas del banco central alemán (el Bundesbank, organismo que ha pedido al BCE que retire los estímulos monetarios) confirman esta realidad. España se ha ahorrado en intereses una cantidad equivalente al 5,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) desde el año 2008, que fue cuando el BCE bajó los tipos de interés para, posteriormente, aprobar un programa de compra de deuda pública y privada que redujo el coste de financiación de los países de la eurozona y de las empresas.

Sin embargo, en el caso de Francia el ahorro en intereses en términos relativos es del doble, con un 10,1% acumulado desde que comenzó la Gran Recesión, una tasa que alcanza el 7,7% en el caso de Alemania. Por su parte, el ahorro medio en la eurozona del coste de financiación de los Estados miembro es del 9%, cuatro décimas por encima del ahorro contabilizado en las cuentas públicas españolas.

Y es que España es un caso muy particular en lo que al impacto de la asistencia financiera del BCE se refiere, ya que de los 19 países de la eurozona ocupa el lugar número 11 en ahorro de intereses desde 2008, cuando el BCE inició una década monetaria con los tipos de interés al 0%. El país que más se ha beneficiado en términos relativos ha sido Grecia, con un 21,2% de ahorro acumulado, seguido por Chipre (12,3%), Italia (10,41) y Holanda (10,2%).

El caso de Portugal es similar al de España, ya que el ahorro en intereses acumulado desde 2008 es del 5,9% según los datos recopilados por el Bundesbank y que ha publicado en España la web especializada Invertia.

La intervención que realiza el BCE en el mercado de deuda continuará, al menos, hasta 2018, lo que seguirá distorsionando los precios de los activos de renta fija y retrasando el necesario desapalancamiento del sector público europeo. El porcentaje de deuda pública sobre PIB es del 100% en el caso de España y, tal como ha señalado el ministro de Economía, Luis de Guindos, nuestro país sufrirá cuando el organismo que dirige Mario Dragui decida retomar la ortodoxia monetaria.

En su última reunión de julio el consejo de gobierno del BCE contradijo a aquellos analistas que esperan que el proceso de retirada de estímulos (el denominado tapering) comience este año y confirmó que las compras netas de bonos continuarán al ritmo actual de 60.000 millones de euros mensuales hasta el final de diciembre de 2017, o incluso hasta una fecha posterior “si fuera necesario”.

Las compras netas se llevan a cabo paralelamente a la reinversión del capital principal de los valores adquiridos en el marco de este programa que van venciendo. Sólo si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras “fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación”, el consejo de gobierno prevé ampliar el volumen y/o la duración de este programa.

Las actas de la citada reunión  muestran que hubo un debate en el seno del banco central sobre la conveniencia de retirar del comunicado final la mención al mantenimiento del programa de compra de deuda, en lo que se denomina, técnicamente, las medidas “no convencionales” de política monetaria.

El hecho de que la inflación esté lejos del 2%, que es el objetivo que se marca el BCE, fue el factor que inclinó la balanza a favor de aquellos miembros del máximo órgano de dirección del BCE que temen que la retirada de los estímulos provoque un tsunami en las endeudadas economías europeas.

Servicios de estudios como el de BBVA consideran que la primera subida de tipos de interés de la eurozona de la última década se podría registrar a finales de 2008, aunque otras entidades, como Andbank, aplazan el repunte a 2019.

Aunque la mayor parte de las dudas que existían sobre la evolución política de la UE se han disipado, con el éxito de Emmanuel Macron en las elecciones francesas, todavía existen riesgos asociados a la inestabilidad de Italia y a la pérdida de fuerza de Theresa May en Reino Unido en los albores del proceso de salida de la Unión Europea (UE), el conocido como Brexit.

Los datos económicos favorables podrían continuar en Europa hasta el final del año, “lo que empujará al BCE para que abandone su política de estímulos de forma gradual”. “Las siguientes medidas implicarán una reducción del sesgo expansivo [el citado tapering)] cuyo debate probablemente se intensificará durante el segundo semestre de 2017 y según nos acerquemos al 2018, periodo en el que podrían surgir problemas de escasez de activos elegibles para el programa de compra del BCE”, señala Marian Fernández, responsable de macroeconomía en Europa de Andbank.

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