Formación y empleo

La falta de profesionales cualificados, de oferta formativa y vocaciones amenaza la competitividad de las empresas logísticas

El auge del comercio electrónico y la digitalización impulsan la búsqueda de candidatos para cubrir las necesidades del sector

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Jornada laboral de cuatro días: qué hacen los trabajadores en su día libre

La logística se ha colado en los últimos años en la lista de sectores con mayor demanda de profesionales. La globalización, la digitalización de los procesos de almacén y la explosión sin precedentes del comercio electrónico (según datos de la CNMV, en el segundo trimestre de 2022 creció un 33%) han contribuido al renacer de una actividad esencial.

“El sector logístico se ha convertido en los últimos años en uno de los dinamizadores de empleo más importantes de nuestro país. Lo demuestran los datos de afiliación a la Seguridad Social, que a cierre de 2022 señalaban más de un millón de afiliados y afiliadas durante el año, lo que supone un 5,3% del empleo total”, confirman desde Amazon.

A pesar de estas cifras, el sector logístico también es uno de los que más dificultades tiene para cubrir esas posiciones que continuamente está ofreciendo en el mercado. ¿Las razones? Por un lado, porque el sector aún resulta bastante desconocido y despierta escaso interés entre los jóvenes, que básicamente lo asocian con labores de transporte y almacén, amén de unas duras condiciones de trabajo. Por otro, porque “los avances tecnológicos y la digitalización están transformando el sector, lo que se traduce en la necesidad de nuevos perfiles profesionales y de una mayor profesionalización en todos los puestos”, explica José Manuel Tojo, director de Servicio de Eurocen.

Y es que la transformación digital y la especialización en la ejecución de los procesos se ha traducido en la exigencia de una mayor cualificación en los perfiles que se sitúan en la base de la industria logística y, por ende, en una escasez de candidatos en el mercado, añade Tojo. Responsables de Planificación, ingenieros de procesos, técnicos de gestión de stock o responsables de sostenibilidad, entre otros, requieren una mayor especialización tanto en el manejo de herramientas tecnológicas, como en el conocimiento de procesos logísticos (picking, copacking…). Sin embargo, añade el responsable de Eurocen, la oferta formativa no se ha adaptado a estas nuevas exigencias, lo que genera una brecha crítica que afecta a la competitividad de las empresas.

Con poca oferta en lo que respecta a las titulaciones oficiales, “son las empresas logísticas las que se encargan de formar a sus trabajadores con programas propios, o tiran de profesionales de otros países para cubrir algunos puestos”, coincide Abel Alonso, business manager en HAYS España. En su opinión, el déficit de perfiles cualificados afecta no tanto a la alta dirección como al transporte, el almacén y la distribución, que resultan “menos atractivos, poco profesionalizados y a veces no cuentan con las mejores condiciones posibles”.

Abel Alonso se refiere a un conjunto de factores que explican este déficit de trabajadores, que van desde la percepción negativa que tienen los jóvenes hacia el sector hasta la dificultad y el coste de obtener, por ejemplo, el carnet para el transporte de mercancías: “Un carnet básico no baja de mil euros; para cargas de más de 3.000 kilos se exige tener más de 21 años, el carnet B previo, todo el ciclo de prácticas y demás”, detalla. Y a eso hay que añadir las formaciones específicas de cargas cuando son peligrosas… ¿Los sueldos? En transportistas nacionales se sitúan entre los 20.000 y los 25.000 euros, mientras que en los internacionales dependerá de factores como el área o la tipología de carga.

Más allá del transporte, preparadores de pedidos, mozos de almacén, carretilleros frontales y carretilleros retráctiles son los puestos que más demandan las empresas del sector, explica Laura Dragone, directora de Adecco Logística y Transporte, trabajos para los que se requieren habilidades en el manejo de la maquinaria de almacén (traspaleta, apilador) y en los que la flexibilidad y la adaptación resultan claves. “Se demandan perfiles polivalentes que sean capaces de adaptarse a todos los procesos de almacén”, resume.

Un sector crítico y cada vez más sofisticado

En los últimos años la función logística ha pasado de ser considerada de mero soporte (el almacén y los camiones) a convertirse en una función de primer nivel en el comité de dirección de muchas compañías. Se han agrupado los procesos de planificación, aprovisionamiento, logística y transporte bajo el mismo paraguas de la llamada “cadena de suministro” (supply chain), hasta el punto de que ahora ya no compiten las compañías, sino que lo hacen sus cadenas de suministro, que son quienes deben lograr aportar valor a sus clientes en forma de un servicio con la calidad requerida y al mínimo coste.

En el caso de Amazon, por ejemplo, existen hasta más de 60 funciones diferentes en cada centro logístico, entre las que se incluyen responsables de compras, responsables de informática, analistas financieros, responsables de control de calidad, responsables de salud y seguridad laboral, ingenieros y técnicos de robótica, recogedores, empaquetadores o directores generales.

De esta forma, junto al dominio de las nuevas tecnologías, las compañías buscan también perfiles con una mayor preparación teórica y un mayor conocimiento de las herramientas utilizadas en la cadena de suministro. Por otro lado, la internacionalización del sector hace que el dominio de idiomas, especialmente inglés, alemán y francés, se convierta en un valor añadido muy importante para encontrar trabajo en estas posiciones.

Habilidades de comunicación y de gestión de relaciones internas y externas, capacidad para comprender y analizar datos para usarlos en la toma de buenas decisiones y capacidad de soportar la presión en momentos de crisis y poder gestionarlas forman parte del pertrecho de habilidades imprescindibles para desenvolverse en las cadenas de suministro, cuyos profesionales ahora precisan conocer no solo las necesidades del canal físico habitual, sino también la de los canales en línea. Una nueva dinámica de multicanalidad o, en ocasiones, de omnicanalidad, que cada vez requiere de una mayor profesionalización.

Alejandro Magno decía que los responsables de la logística de su ejército eran los primeros que sufrían su ira cuando una campaña fallaba. Como entonces, la logística de hoy mueve las mayores cifras de la historia y su importancia crece cada día, convirtiéndose en un factor crítico de los sistemas económicos.  Su eficacia condicionará en muchas ocasiones la elección del consumidor ya que índices de devoluciones, pérdidas o retrasos marcan la competitividad de las empresas actuales. Todos estos elementos tienen un reflejo en el mercado laboral, que abre nuevas posibilidades en una especialidad que hasta hace muy poco pasaba relativamente desapercibida para los ofertantes y demandantes de empleo, y que en la actualidad representa un enorme desafío para las empresas.

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