Economía

El escandaloso rescate del Gobierno: 40 millones para Vivanta y cero euros para los dentistas autónomos

La ayuda de 40 millones fue concedida tres días antes de que expirara el plazo del fondo de la SEPI y en el último Consejo de Ministros en el que podía aprobarse.

En España el 95% del entramado empresarial está formado por pymes y autónomos, los cuales aportan el 62% del PIB nacional y crean alrededor del 90% del empleo. Ante estas cifras, podemos afirmar que son estos pequeños empresarios los que cada día abren la puerta de sus negocios y se juegan su patrimonio –a veces incluso personal– para contribuir a la riqueza y el progreso de país.

Es decir, si el 95% de las empresas de España son pequeños empresarios y autónomos, y crean la mayor parte de los empleos, también podemos afirmar que se trata, sin duda, de empresas que son estratégicas e imprescindibles para el país.

Sin embargo, lo cierto es que en el rescate que el Gobierno ha hecho a través de la SEPI con dinero público hace apenas unas semanas no ha figurado ningún pequeño empresario o autónomo, sino cinco empresas consideradas “estratégicas” que, curiosamente, están todas ellas participadas por un mismo fondo de capital riesgo: Portobello Capital.

Las cinco compañías en cuestión que se van a rescatar con el dinero de todos –aunque ya se sabe que el dinero público, según Carmen Calvo, “no es de nadie”– son Isastur (40 millones) e Imasa (35 millones), la cadena de clínicas dentales Vivanta (40 millones) y las turísticas Meeting Point (31 millones) y Blue Sea (25 millones).

Pero, además, a todo ello debemos sumar que se trata de un rescate in extremis y a última hora, lo cual hace que el proceso de regar con dinero público sea aún más opaco, ya que el pasado 1 de julio se dejaron de conceder estas ayudas a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (Fasee) que estaba dotado de 10.000 millones de euros, aunque hasta la citada fecha apenas se habían entregado 3.255 millones de euros para el rescate de firmas estratégicas de país.

Llegados a este punto, hay varias preguntas por responder, sobre todo, cuáles son los criterios del Gobierno para elegir qué empresas rescatar o no, qué sectores son estratégicos o no y cómo ha sido el proceso de análisis para llegar a la conclusión de que las compañías rescatadas son estratégicas.

Falta de transparencia y opacidad en el proceso

Una falta de transparencia que se incrementa teniendo en cuenta que las cinco compañías rescatadas por la SEPI están participadas por el mismo fondo Portobello. Y que, además, el Grupo Vivanta, una cadena de clínicas dentales también participada por el fondo de capital riesgo constituida en 2017 tras la compra de Unidental, Láser 2000, Dr. Senís, Plénido y Avandent, haya sido considerada estratégica cuando, tal como apuntas fuentes del sector, no cumple con algunos de los requisitos que piden desde el Fasee como la falta de solvencia económica antes de la pandemia, ya que, según una nota de la SEPI, “en 2019 se pasaron de unas ventas de 32 millones a 148 millones de euros”. Sin embargo, decía en la misma nota para justificar el rescate, que “la pandemia supuso una drástica caída de la demanda en el sector dental, llegando prácticamente al 100% en el periodo de confinamiento inicial”.

En este sentido, tanto el PP como VOX, han registrado preguntas parlamentarias para exigir explicaciones al Ejecutivo de Pedro Sánchez por la ayuda de 40 millones de euros que se ha dado a Vivanta de una forma “totalmente arbitraria y escandaloso”, según apuntan fuentes del sector.

“¿Qué motivos han movido al Gobierno de España para declarar el Grupo Vivanta como empresa estratégica y concederle dicha ayuda?”, reza la pregunta del PP con el Real Decreto Ley 25/2020 que regula estas ayudas sobre la mesa. A esta pregunta se suma la petición de que la SEPI presente toda la documentación y el análisis que le ha llevado a la concesión de esta millonaria ayuda a una única cadena de clínicas dentales y no al resto de clínicas dentales regentadas por autónomos y pymes, las cuales, alegan desde el sector de la odontología, también se han visto afectadas por la falta de pacientes y, por tanto, también falta de ingresos.

Rescate para una sola empresa

Y no se trata de nada baladí, ya que según datos del Consejo General de Dentistas, en este momento hay 23.000 clínicas de dentistas autónomos que están teniendo problemas de solvencia, no sólo porque la pandemia ha frenado su crecimiento y facturación, sino porque la inflación por encima del 10% va a provocar que muchas de estas clínicas cierren.

En este sentido, el mismo consejo se queja de este rescate de 40 millones a una sola empresa: Vivanta. “No es un reparto justo en absoluto, todas las clínicas dentales de autónomos no reciben ayudas de ningún tipo, a pesar de estar al borde de la quiebra. Sin embargo, sí que se lo dan a una empresa participada por un fondo de capital riesgo que invierte en diversos sectores sin especialización”, detallan desde el Consejo General de Dentistas.

Desde el mismo Consejo, además, piden al Gobierno más vigilancia sobre las cadenas de clínicas dentales porque son los establecimientos que más quejas tienen por parte de los profesionales del sector que trabajan bajo la condición de falsos autónomos, sino también por parte de los pacientes que “se quedan sin su dinero y sin sus dientes o tratamientos dentales iniciados”, tal como sucedió con los casos de Dentix o IDental, dos cadenas que cerraron sus puertas y dejaron a miles de personas en la estacada.