Economía
Formación y Empleo

Empresas más competitivas con plantillas en plena forma

La salud laboral repercute en una reducción de los costes, el absentismo o la rotación del personal, mientras mejora la productividad y el compromiso de los equipos con el proyecto empresarial

Más de 1,1 millones de personas faltan a su trabajo a diario en España

Estrés, ansiedad, depresión, problemas cardiovasculares y metabólicos, hipertensión, diabetes, fatiga crónica… La lista de enfermedades manifiestas o silenciosas en la población en general, y por ende entre los trabajadores, tiene consecuencias en la salud y la calidad de vida de las personas, pero también impacta directamente en las empresas.

El último informe sobre absentismo laboral elaborado por Randstad alerta del coste económico que representan las bajas laborales en España, con una pérdida de cerca del 5,6% de las horas de trabajo pactadas. Estos datos, correspondientes al tercer trimestre de 2022, indican que cerca de 900.000 trabajadores con baja faltan a diario, cifra que supera los 1,15 millones si contamos las bajas sin justificar. Lo que se traduce, en otras palabras, en que 883.465 (76,8%) se ausentaron por una incapacidad temporal y otros 267.094 (23,2%) faltaron pese a no estar de baja.

Motivos aparte, una buena salud de los empleados tiene beneficios relacionados con la reducción del estrés, una menor accidentalidad, la disminución de costes de atención médica, un menor absentismo laboral, un aumento de la retención de talento y una disminución de la rotación de personal. Todo lo cual redunda en la productividad y competitividad, en el clima laboral, la motivación, implicación y compromiso de los equipos en el proyecto empresarial.

Prevención y compensación

Así no es de extrañar que las organizaciones sean las primeras interesadas en velar por la salud de sus trabajadores, con medidas preventivas y programas de compensación que, junto al salario y otros beneficios, incluyen un “salario emocional” que contribuye a mejorar al bienestar de los empleados. En este contexto, se han puesto también en marcha diversos proyectos que ayudan a detectar y prevenir los problemas de salud en las plantillas.

Conocer el estado general de la salud física y emocional de la fuerza laboral de una empresa es el principal objetivo del proyecto Longevida, que ha investigado e identificado los principales parámetros que afectan a diario a la salud de las personas y ha creado un sistema propio de salud integrativa y preventiva. “Nos referimos a parámetros relacionados principalmente con la salud cardiovascular y metabólica, la capacidad que tiene el cuerpo de regular y procesar los nutrientes en la sangre de manera efectiva”, indica su consejero delegado, Javier Coterillo.

Según nos explica, los factores que influyen negativamente son, esencialmente, una dieta poco saludable, rica en calorías, harinas refinadas y azúcares; el sedentarismo crónico, provocado por un trabajo que requiere poco movimiento y ausencia de actividad física en tiempo de ocio; los desequilibrios hormonales, por la alteración en hormonas como la insulina, leptina o cortisol, que afectan a la capacidad del cuerpo a la hora de regular el metabolismo y con los que puede aparecer resistencia a la insulina, acumulación de grasa inflamatoria, fatiga adrenal por exceso de producción de cortisol, entre otros problemas… Y, cómo no, el estrés cronificado, que provoca un estado inflamatorio de bajo de grado, hace que el cuerpo trabaje en exceso y consuma demasiada energía y nutrientes para mantenerse en alerta.

“Todos estos factores los identificamos a través de una historia clínica muy específica y bajo un estudio 360º de salud física y emocional con aparatos medical device, que analizan más de 30 parámetros en unos minutos, y obtenemos una foto muy completa del paciente para trabajar posteriormente en los cambios de hábitos necesarios y revertir los parámetros alterados”, explica Coterillo.

“Detectar estos parámetros nos permite adelantarnos a posibles consecuencias muy comunes a las que no le ponemos a veces nombre pero que son la razón de no encontrarse bien física y emocionalmente: obesidad, ansiedad, depresión, fatiga crónica, infecciones de manera recurrente, síndrome metabólico (hipertensión, colesterolemia, diabetes…), alteraciones silenciosas que poco a poco se van sumando a tu día a día y merman tu energía, estado de ánimo, relaciones sociales, motivación…” añade.

Estrés y salud mental

La salud mental tiene un componente esencial en toda esta radiografía. Diferentes análisis apuntan que nueve de cada diez españoles afirman haber sufrido algún síntoma de depresión o ansiedad en el último año, y un reciente estudio de salud y estilo de vida de Aegon señala que casi un tercio de los españoles considera que su salud mental ha empeorado, aunque solo cerca de 7 de cada 10 no han tomado medidas al respecto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también han publicado cálculos sobre las pérdidas que ocasionan a las empresas las enfermedades o patologías relacionadas con la salud mental, ámbito en el que se estima que la ansiedad y la depresión provocan cada año (a nivel mundial) la pérdida de más de 12.000 millones de días de trabajo, con un coste para la economía global de casi un billón de dólares.

“El estrés es un enemigo frecuente y muchas veces silencioso de los trabajadores y de las empresas, ya que afecta negativamente tanto a nivel físico, como a nivel mental y emocional”, recuerda Ana Sánchez de Miguel, directora de Recursos Humanos de Cigna España, quien recuerda que, de hecho, “si no se le da la importancia adecuada puede derivar en el conocido burnout, que se manifiesta a través de un estado de agotamiento prolongado en el tiempo y llega a afectar al estado físico y mental de las personas”.

El estrés es la segunda causa más común entre las bajas laborales. A determinados niveles, los trabajadores “se empiezan a sentir quemados, cansados, desmotivados, su productividad y rendimiento bajan casi por completo e incluso desarrollan dolores musculares en el cuello, en la espalda, en las piernas, con taquicardias o dolores de cabeza”, relata De Miguel.

Conscientes de la importancia de la prevención, cada vez resulta más común ver cómo los departamentos de RRHH empiezan a incorporar dentro de los planes de salud nuevas herramientas enfocadas a la mejora del bienestar mental, emocional y familiar de las plantillas, batería de acciones en la que una de las medidas más demandadas pasa por la flexibilidad para conciliar la vida laboral y personal.

De hecho, el estudio “Cigna Wellbeing 360” indica que un 98% de los trabajadores considera muy importante disponer de tiempo para cuidar y disfrutar de su vida personal. “La experiencia me dice que aquellas personas que desatienden su vida personal frente a la dedicación laboral terminan sufriendo consecuencias en su estado de salud y bienestar”, advierte la directora de RRHH de Cigna España.

Este mismo estudio revela que ocho de cada diez españoles sufre niveles de estrés constantes, no estrictamente motivados por el trabajo, sino también por el coste de la vida actual, como señala el 42% de los encuestados; la incertidumbre acerca del futuro (36%); las finanzas personales, para un 29%, el mismo porcentaje que apunta a la elevada carga de trabajo y a los conflictos políticos actuales. Cabe señalar que los grupos que representan mayor porcentaje de estrés son las mujeres trabajadoras, los millennial y las personas trabajadoras con hijos.

La aseguradora ha diseñado una herramienta que, con la aplicación de algoritmos y la tecnología machine learning, permite medir los niveles de estrés a través de la voz. “Cigna StressWaves puede identificar diferentes patrones entre los datos que ha obtenido, como por ejemplo el tono de voz, el ritmo de la respiración, la elección de palabras y las pausas realizadas, para hacer predicciones”, explica Ana Sánchez de Miguel.

Para realizar este análisis, solo necesita que la persona hable durante 60 segundos. Después, cuando se completa la prueba, el trabajador recibe por correo una lectura en forma de animación que utiliza el color y el movimiento para visualizar el estrés y que se representa en cinco niveles: bajo, bajo-medio, medio, medio-alto y alto. “Con la incorporación de estas medidas los empleados se sienten más contentos y más comprometidos con la empresa, su productividad aumenta y el absentismo laboral se reduce de manera considerable”, destaca la responsable de Cigna.