Las empresas españolas se adelantan al Gobierno para impulsar la fabricación nacional de semiconductores

Semiconductores
Semiconductores.

La Asociación Industrial de Semiconductores de España solicitará la semana que viene una reunión con la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para abordar la construcción de una planta de chips en territorio nacional de la mano de las grandes tecnológicas, que permitiría no depender de la fuerte concentración de las fábricas de estos componentes en el sudeste asiático y evitar embotellamientos en el suministro como el actual.

Según informó a OKDIARIO el presidente de este organismo, Danny Moreno, en dicho encuentro la asociación, además de mostrarle su interés y ofrecerle su apoyo para esta iniciativa, planteará al Gobierno propuestas sobre subsidios e incentivos fiscales que, a su juicio, necesita el sector para que este proyecto salga adelante.

Moreno indicó que la asociación está muy interesada en abrir un proceso de negociación con el ministerio con el fin de «que el Gobierno sepa y esté informado de nuestras capacidades en España». Si bien las conversaciones aún no han comenzado, Moreno asume que el interés del Gobierno sobre el proyecto es «muy firme», después de que haya manifestado su «ambición» para poder contar con fábricas de semiconductores.

España podría convertirse en un polo tecnológico en el campo de los semiconductores si prosperaran estas posibles negociaciones entre el Gobierno español y las empresas de este sector para atraer a gigantes tecnológicos como la taiwanesa TSMC  -que controla el 60% del mercado mundial de semiconductores- o la surcoreana Samsung, para que desplieguen sus recursos.

Como contrapartida, Moreno subraya que «el país tiene que compensar» con incentivos para que se produzca el desembarco de estas firmas, que aportan su tecnología y permiten que se reduzca la  dependencia extranjera en el abastecimiento de chips, una industria estratégica para la economía española.

«Hoy en día son una vedette, son los más deseados, traen tecnología e invierten una parte de sus recursos», argumenta Moreno.

Una vez que concluyan las conversaciones con el Gobierno, el camino más corto para que la construcción de una fábrica de semiconductores en España se convierta en una realidad será intentar que las grandes compañías de esta industria mundial se fijen en las bondades que ofrece España para que aterricen con su know how.

«Tenemos información del interés de ampliar las fábricas también a la comunidad europea» por parte de estas compañías asiáticas y de la estadounidense Intel, asegura Moreno.

España es «atractiva» porque cuenta con «industrias muy bien establecidas, como la automovilística, la de defensa o la aeronáutica», donde los chips son componentes clave, pero además posee personal preparado tecnológicamente, añade. En la actualidad, en España hay 47 universidades y centros de investigación dedicados exclusivamente a los semiconductores, según los datos de la asociación.

Otro incentivo para estas compañías es el nivel de vida de España, donde encuentran un estado del bienestar que no existe en otros países. «Eso cuenta muchísimo», afirma.

Además, el factor de los insumos que proporciona este país es también determinante. Por ejemplo, en los procesos químicos y ópticos que intervienen en la fabricación de los circuitos integrados por millones de componentes el agua es muy importante y en España es abundante, señala Moreno.

Se estima que el mercado de los semiconductores crecerá un 12,5 % en 2021, un año marcado por el desequilibrio entre la oferta y la demanda que ha provocado la escasez mundial de chips en el contexto de la pandemia, que originó cuellos de botella en el suministro de estos componentes tan demandados. La industria marcó un récord en el tercer trimestre de 2021, después de que se enviaran más unidades de semiconductores que en cualquier periodo desde que hay registros.

Europa representó en 2020 el 12% de la industria global, lo que ha llevado a la Unión Europea (UE) a pedir que aumente la producción de semiconductores para reducir la dependencia de algunos países del este de Asia. En este sentido, Moreno considera que España se convertiría en un polo tecnológico relevante en Europa si finalmente se procediera a la construcción de una planta de chips. El sector de semiconductores pasaría a ser la tercera mayor industria en importancia para la economía española por detrás del turismo y la automoción, prevé. Eso, no obstante, no será un proceso que se produzca de la noche a la mañana, ya que desde que se toma la decisión oficial hasta que la fábrica está operativa suelen pasar «entre tres y cinco años», calcula.

España se erigió este año en el país de la UE  más afectado por el impacto de la falta de abastecimiento de piezas en el sector de la automoción. Los expertos apuntan a que las fábricas de coches españolas han sufrido más la crisis de los semiconductores que las alemanas o las francesas, ya que los fabricantes automovilísticos están enviando piezas sólo a las plantas donde se producen los vehículos más competitivos en el mercado y con los que obtienen una mayor rentabilidad -media o alta gama-.

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