El dinero que debes ganar al mes según la OCDE para no ser considerado pobre
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En un mundo donde la desigualdad económica y las crisis globales impactan cada vez más en los presupuestos familiares, la pertenencia a una clase socioeconómica determinada se convierte en un tema crucial. En este contexto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) establece criterios claros para definir quiénes forman parte de la clase media, un grupo que históricamente ha simbolizado estabilidad y progreso. Pero, ¿cuánto dinero se necesita realmente para pertenecer a este segmento en España en 2025?
Con una renta mediana que alcanza los 1.790 euros mensuales en 2025, la OCDE establece que forman parte de la clase media quienes tienen ingresos entre el 75% y el 200% de esta cifra. Sin embargo, más allá de los números, pertenecer a esta clase implica retos significativos, especialmente en un entorno económico marcado por la inflación y el aumento del coste de vida.
Este artículo explora qué ingresos se necesitan para no ser considerado pobre, según los parámetros de la OCDE, y cómo factores externos afectan a la estabilidad económica de las familias. Por ello, aunque los ingresos son un indicador clave, la pertenencia a una clase social también depende de otros factores, como la ubicación geográfica, los gastos básicos y las expectativas económicas. Sin embargo, con casi un 60% de la población española dentro de los parámetros de clase media, el análisis de la OCDE refleja tanto las oportunidades como los desafíos de mantenerse en este grupo.
Los ingresos necesarios para ser parte de la clase media en España
Según la OCDE, en 2025 los ingresos necesarios para que se nos considere de clase media en España oscilan entre los 1.343 euros y los 3.581 euros mensuales. Esto se traduce en un rango anual que va desde los 16.116 euros hasta los 30.386 euros. Este cálculo se basa en la renta mediana, que para 2025 se fija en 1.790 euros al mes.
Aquellos que ganan menos de 1.343 euros mensuales son clasificados dentro de la clase baja, mientras que los que superan los 3.581 euros al mes forman parte de la clase alta. Este umbral no sólo define el nivel de ingresos, sino también las posibilidades de acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, educación y salud.
Los desafíos de pertenecer a la clase media en 2025
Ser parte de la clase media en España no depende únicamente de los ingresos. Factores como la ubicación geográfica, el tamaño del hogar y el aumento del coste de vida tienen un impacto crucial. En 2024, la inflación se situó en un 2,8%, afectando especialmente a sectores como la vivienda y la energía. Por ejemplo, el coste de la electricidad alcanzó su punto más alto en diciembre de 2024, con una media de 85,57 euros al mes, un reflejo de los desafíos económicos que enfrentan las familias.
Además, el precio de la vivienda sigue aumentando, con un incremento del 5% en 2024 y una previsión de 4,7% para 2025. Este encarecimiento no sólo afecta a quienes buscan comprar una casa, sino también a los que alquilan, obligando a muchas familias a destinar una parte significativa de sus ingresos al alojamiento.
¿Qué significa ser considerado pobre según la OCDE?
De acuerdo con la OCDE, cualquier persona que gane menos del 75% de la renta mediana es considerada parte de la clase baja. Esto implica que, en España, aquellos con ingresos inferiores a 1.343 euros mensuales no alcanzan los estándares necesarios para cubrir adecuadamente las necesidades básicas, como alimentación, vivienda y servicios esenciales.
Pero la pobreza no sólo está vinculada al nivel de ingresos, sino también a las condiciones de vida. En regiones con costes más elevados, incluso quienes superan este umbral pueden enfrentar dificultades para mantener una calidad de vida digna. Por otro lado, la pertenencia a la clase media conlleva desafíos como el acceso a oportunidades educativas y laborales que garanticen una estabilidad económica a largo plazo.
El impacto del coste de vida en la clase media
A pesar de estar dentro de los parámetros de la clase media, muchas familias enfrentan problemas para mantener su estabilidad financiera. En regiones donde el coste de vida es elevado, los ingresos dentro del rango medio pueden ser insuficientes. Factores como el acceso a la vivienda, el transporte público y los servicios básicos varían significativamente entre zonas urbanas y rurales.
Por ejemplo, en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, los alquileres y los precios de la vivienda están entre los más altos de Europa, lo que reduce considerablemente el poder adquisitivo de las familias. Incluso con ingresos cercanos al límite superior de la clase media, muchas personas deben recurrir a medidas como el ahorro limitado o el endeudamiento para llegar a fin de mes.
En definitiva, el análisis de la OCDE deja claro que los ingresos necesarios para no ser considerado pobre van más allá de los números. Aunque pertenecer a la clase media implica un rango de ingresos específico, los desafíos asociados con el aumento del coste de vida y la inflación afectan profundamente la estabilidad económica de las familias.
Si no se toman medidas para controlar los precios y garantizar un acceso equitativo a bienes y servicios básicos, la clase media podría enfrentar un deterioro progresivo. Esto subraya la necesidad de políticas públicas enfocadas en reducir la desigualdad y fomentar la estabilidad económica para todos los sectores de la población.