Economía
en pleno frenazo económico

La deuda de Sánchez con pymes y autónomos marca récord desde que llegó a Moncloa: 1.600 millones

A las puertas de una grave desaceleración económica, recesión técnica a partir de octubre según pronostica el BBVA, la Administración central acumula a 1 de junio el récord en facturas sin pagar a sus proveedores, generalmente pequeñas y medianas empresas y autónomos. Según los datos de Hacienda, el Gobierno acumula 1.583 millones de euros sin pagar a cierre de mayo, la cifra más alta desde que Pedro Sánchez llegó al poder en junio de 2018. La Administración central y sus diferentes empresas dependientes han elevado además hasta casi 55 días el tiempo que tarda en pagar a sus proveedores, al límite de lo permite la ley, 60 días.

La deuda de Sánchez con pymes y autónomos ha ido creciendo en lo que va de año hasta marcar este récord a 1 de junio. «Se trata de deuda con pequeños proveedores y autónomos que en muchos casos dependen de esa liquidez para seguir con su actividad», se quejan desde una patronal.

Como suele ser habitual, el gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif, es el organismo más ‘moros0’ y debe más de 168 millones de euros, mientras que RTVE se encuentra de nuevo entre los más retrasados en sus pagos y tiene una deuda de más de 49,8 millones de euros.

En junio de 2018, cuando Sánchez alcanzó el poder tras la moción de censura contra Mariano Rajoy -que salió adelante gracias al apoyo del PNV- la deuda de la Administración central con sus proveedores era de 600 millones de euros, cifra que se ha multiplicado por más de tres a 1 de junio de este año.

Desaceleración e inflación

El incremento de las facturas sin pagar de Sánchez se produce en medio de un alza de la inflación que está disparando los costes para las empresas. Esto les está haciendo sufrir y dificultando su evolución, lo que se suma a la falta de ayudas directas del Gobierno y al retraso en la ejecución de los fondos europeos, que apenas llega al 8% en los primeros cinco meses del año sobre lo presupuestado.

Además, el verano será bueno para la economía por el turismo, que ha regresado a la cifras previas a la pandemia, pero a partir de octubre todos los expertos ya anuncian una fuerte desaceleración que podría acabar en recesión, sobre todo si Rusia corta definitivamente el suministro de gas a Europa.

De hecho, todos los organismos han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía española para este año y, sobre todo, para 2023. Agravado también por la subida de los tipos de interés realizada por el Banco Central Europeo (BCE), que alcanzará como mínimo un 1% a final de año. Más dificultad para las empresas para conseguir créditos, mientras Sánchez paga sus facturas con más retraso.