`
Economía
Mercadona

Desde que descubrí el limpiador mágico de Mercadona no se me ha resistido más una sola mancha

El borrador mágico que arrasa en Mercadona por menos de 1,50 euros

Eliminar manchas es algo que puede resultar lo más sencillo del mundo, o todo lo contrario. Una tarea que si utilizas los productos adecuados puede resolverse en cuestión de minutos. Algo que de hecho me sucede cada vez que utilizo el limpiador mágico de Mercadona. No hay mancha que se me resista y lo cierto es que sirve para eliminarlas todas. Ya sea que las tengas en la ropa, los muebles o incluso, el calzado y hasta las paredes.

Me estoy refiriendo al Borrador mágico de Mercadona. Todo un hallazgo que te hace la vida más fácil, y que desde descubrí, tengo siempre a mano. No es un producto más de limpieza: es esa herramienta práctica que sientes que te saca de un apuro una y otra vez, sin apenas esfuerzo. Reconozco que al principio me costó creer que una simple esponja pudiera quitar esas manchas imposibles que llevaban meses acompañándome: rozaduras en las paredes, marcas de los peques en las puertas o manchas de humedad que parecían eternas. Pero bastó una prueba para comprobar su eficacia. Una pasada suave y adiós mancha. Así, sin más. Desde entonces, lo he probado en múltiples superficies y el resultado siempre me deja con la misma sensación: ¿cómo no lo conocí antes?

¿Qué es el limpiador mágico de Mercadona y cómo funciona?

El Borrador mágico de Mercadona es un estropajo especial compuesto por dos caras: una blanca y una roja. La parte blanca es la que se encarga de eliminar la suciedad más difícil, mientras que la cara roja se utiliza después para retirar cualquier posible residuo que haya quedado. Su uso es muy sencillo: basta con humedecer bien la esponja, escurrirla hasta que no gotee y frotar suavemente sobre la zona a tratar. Cuando la mancha desaparece, se repasa con la parte roja para terminar de limpiar. Eso sí, es importante hacer antes una prueba en una zona pequeña, ya que se trata de un producto ligeramente abrasivo.

Está fabricado con espuma de poliuretano y melamina, lo que le da ese efecto de limpieza profunda. Y aunque parezca una simple esponja, su eficacia está precisamente en esa textura que actúa como una especie de lija suave, capaz de quitar manchas difíciles sin dañar la mayoría de superficies. No está pensado para limpiar muebles de madera barnizados, pantallas, vitrocerámicas o superficies demasiado delicadas, pero para todo lo demás… es sorprendente.

Ideal para las manchas de los niños

Uno de los momentos en los que más se agradece tener a mano este producto es durante la vuelta al cole. Las paredes y puertas se convierten muchas veces en el lienzo improvisado de los más pequeños: ceras, lápices, rotuladores… nada se salva. El Borrador mágico consigue eliminar esas marcas fácilmente, sin necesidad de usar productos agresivos. Y no solo sirve para eso: también puedes limpiar mochilas que han sobrevivido a campamentos y excursiones, estuches llenos de manchas y hasta las zapatillas deportivas que necesitan un buen repaso antes de volver a clase.

Las zonas blancas de la goma de la suela, la puntera o las partes sintéticas que tanto cuesta mantener limpias quedan como nuevas con un poco de paciencia y el Borrador mágico bien escurrido. En mi casa ya forma parte del kit de supervivencia escolar, junto con las etiquetas, los uniformes y las libretas nuevas. Todo lo que acumula suciedad a lo largo del curso, y que antes parecía difícil de recuperar, ahora tiene solución.

Un imprescindible en la limpieza diaria del hogar

Pero el verdadero potencial del Borrador mágico de Mercadona se revela en la limpieza del hogar. Es especialmente eficaz en zonas de mucho uso o de paso, como rodapiés, esquinas, puertas y paredes, donde suelen acumularse roces, marcas de calzado o incluso restos de carritos. Frotas un poco con la parte blanca, repasas con la roja, y la diferencia se nota al instante. También funciona muy bien con manchas de humedad en paredes y techos, siempre que no haya pintura muy sensible, ya que la melamina puede levantar capas finas si se frota con fuerza.

Otro uso que me ha sorprendido gratamente es en muebles de polipiel, como sillas o sofás. Las típicas marcas de roce o manchas puntuales desaparecen con unas pasadas. También en interruptores, que muchas veces acaban amarilleando o acumulando la grasa de los dedos con el tiempo. Incluso en las juntas de los azulejos o en la base de la plancha de ropa, donde se forman marcas por el uso, este limpiador actúa con una eficacia que no esperaba de un producto tan simple. Cuanto más lo usas, más aplicaciones le encuentras.

Precauciones y consejos de uso

Como ocurre con cualquier producto de limpieza, conviene seguir ciertas recomendaciones para evitar problemas. El Borrador mágico no debe usarse sobre la piel ni ingerirse, y se debe mantener fuera del alcance de los niños. Al ser microabrasivo, es fundamental hacer una pequeña prueba en una esquina antes de usarlo por completo, especialmente en superficies pintadas, barnizadas o muy delicadas. Su poder de limpieza es tan alto que, si no se usa con cuidado, puede llevarse parte del acabado o del color.

Por otro lado, aunque muchos lo usan seco, lo ideal es mojarlo bien y escurrirlo antes de aplicarlo. Así se activa su textura especial y se reduce el riesgo de dañar la superficie. No hace falta aplicar mucha presión; de hecho, con movimientos suaves suele ser suficiente. Y aunque es reutilizable, con el tiempo va perdiendo consistencia, por lo que conviene reemplazarlo cuando empiece a deshacerse o perder eficacia.

Una solución económica, práctica y efectiva

Por solo 1,45 euros el paquete de tres unidades, el Borrador mágico Bosque Verde se ha convertido en uno de mis imprescindibles. No solo por su precio, que es realmente asequible, sino por todo lo que aporta en el día a día. En un mundo lleno de productos específicos para cada cosa, encontrar uno que sirva para tantas y lo haga bien, es todo un alivio. No soluciona todos los problemas, pero resuelve muchos pequeños dramas cotidianos que antes me obligaban a resignarme o a frotar durante horas.

Desde que lo descubrí, mi forma de limpiar ha cambiado. Ahora sé que no hay que dar por perdida una pared manchada, unas zapatillas sucias o un interruptor amarillento. Con un poco de agua y esta sencilla esponja, el resultado es casi inmediato. Si todavía no lo has probado, te animo a hacerlo. A veces, lo mágico no está en el nombre, sino en lo útil que puede ser algo tan sencillo.