Según van pasando los años, el cuerpo y la mente sienten los cambios. Ya no se trata sólo de perder fuerza física o agilidad, sino que hay alteraciones que afectan directamente al cerebro: se piensa con más lentitud, cuesta recordar nombres o citas, y ese deterioro cognitivo que muchos temen empieza a dar señales.
Ante esta realidad, no se trata de rendirse ni de resignarse, sino de cambiar el enfoque. Pensar en lo que sí se puede hacer, en qué ejercicios y actividades ayudan a mantener la mente despierta. Y aquí es donde Sanitas propone una idea simple, efectiva y, lo curioso, es que pocos la mencionan.
Esta es la actividad cognitiva que más ayuda a partir de los 65 años, según Sanitas
A diferencia de lo que muchos creen, la clave no está en los sudokus, el ajedrez ni en las aplicaciones de entrenamiento mental. Está en algo mucho más sencillo: recordar palabras, o repetir palabras.
Funciona por una razón simple, al repetir palabras en voz alta, o intentar recordarlas al cabo de unos minutos, el cerebro refuerza las conexiones entre neuronas. Ese gesto tan sencillo tiene un impacto directo en la memoria, la atención y la agilidad mental. Nada de teorías complicadas, decir las cosas en alto ayuda a fijarlas mejor. Cuanto más se practica, más se fortalece esa vía de acceso a la información.
Lo más efectivo es espaciar los ejercicios. Por ejemplo, decir una lista de palabras hoy y volver a repasarla al día siguiente. Este tipo de repetición activa la memoria a largo plazo, que es la que se deteriora primero con la edad. Y al trabajarla, se ralentiza su desgaste.
Además, no requiere tecnología ni ayuda externa. Basta con usar palabras que ya se conocen o que se han leído.
Estas son algunas ideas prácticas para aplicarlo:
- Lee un pequeño texto y trata de repetirlo con tus palabras.
- Haz una lista de la compra mental, ciérrala, y recítala sin mirar.
- Escoge cinco palabras nuevas al día y repítelas cada mañana durante una semana.
- Haz juegos de palabras, como sopas de letras o crucigramas, pero sin obsesionarte.
- Habla con alguien sobre lo que has leído o visto, sin leerle el resumen. Así entrenas memoria y expresión a la vez.
Cómo ayuda el ejercicio cognitivo a prevenir el deterioro, según Sanitas
Lo importante de estos ejercicios no es que entretengan, sino que activan mecanismos reales dentro del cerebro. La neuroplasticidad, ese término que suena técnico, no es más que la capacidad del cerebro para adaptarse, crear rutas nuevas y reforzar las que ya existen.
Este tipo de práctica mejora la atención sostenida y la memoria de trabajo. Eso se ve cuando una persona mayor puede seguir una conversación sin perder el hilo, recordar una cita médica sin depender del móvil, o preparar una receta sin releer cada paso.
Por otro lado, y esto es algo que a menudo se olvida, estas actividades tienen un efecto directo en el estado de ánimo. Estimular la mente con algo que se domina, que se disfruta, refuerza la autoestima. Y si encima se hace en compañía (como ocurre en muchos programas de cuidado domiciliario o centros de día de Sanitas) se combate el aislamiento, que es una de las causas más comunes de depresión en mayores.