El Covid y las políticas erróneas con los sectores más afectados hunden la competitividad de España

Pedro Sánchez indultos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

España ha perdido tres posiciones, hasta situarse en el puesto 39 de un total de 64, en la lista de los países más competitivos del mundo, según el último ‘Ranking de Competitividad Mundial’, que elabora anualmente la escuela de negocios suiza IMD y que sitúa este año a la cabeza a Suiza, por delante de Suecia, Dinamarca, Países Bajos y Singapur.

Registra su peor posición desde 2014 por la falta de recursos frente a la pandemia y el desarrollo de políticas erróneas con determinados sectores, así como por cuestiones estructurales a mejorar, como el impulso de la digitalización y la investigación, o la mejora de la calidad del empleo y del paro juvenil.

La última edición de esta clasificación, publicada este jueves, recoge el profundo empeoramiento de España en dos de los grandes indicadores analizados, tales como el rendimiento económico, donde cae al puesto 42 desde el 31 que ocupó un año antes, a raíz de la posición rezagada que ocupa España en aspectos como el desempleo juvenil (62º), crecimiento real del PIB per cápita (62º) o la resiliencia de la economía (56º).

España también retrocede este año en el indicador de eficiencia gubernamental, al pasar de la posición 44 a la 49, como consecuencia de una percepción muy negativa con respecto al sector público, especialmente en lo relativo a finanzas públicas, legislación sobre desempleo, creación de empresas y adaptabilidad de las políticas gubernamentales.

Por otro lado, España mejora tres posiciones en el ámbito de la eficiencia empresarial, al subir al puesto 39 desde el 42, con mejoras en aspectos como activos del sector bancario, donde sube al puesto 17 desde el 20, o la productividad laboral, donde escala al puesto 19 desde el 22.

Además, mantiene el puesto 25 en el acceso a los servicios financieros.

En el punto de infraestructura, España mantiene el puesto 26 que ocupa desde el año 2019, destacando los subindicadores relativos a la esperanza de vida al nacer (4º), la enseñanza secundaria (9º), el índice de educación universitaria (10º), el índice de cobertura sanitaria universal (13º), la calidad de vida (14º), la velocidad del ancho de banda de Internet (16º) y los acuerdos medioambientales (17º).

Según los expertos del IMD, los principales desafíos que tiene que solucionar la economía española están relacionados con preservar y fortalecer el sector empresarial; mejorar el clima empresarial para reactivar la inversión; impulsar la digitalización y la investigación científica, y mejorar la empleabilidad de los trabajadores, repensado políticas de empleo en el marco del diálogo social.

En lo relativo a la eficiencia empresarial y a pesar de los avances conseguidos, los resultados del informe recogen la necesidad de mejorar en la transformación digital y en el uso del ‘Big Data’ por parte de las empresas.

Asimismo, señalan la necesidad de aplicar reformas económicas y sociales, desarrollar la capacidad para atraer y retener talento, aplicar una legislación científica y mejorar en habilidades lingüísticas.

España baja, Alemania, Reino Unido, Portugal, Grecia o Italia suben  

La caída de España contrasta con la mejora de la gran mayoría de los países del entorno como Alemania (15º), el Reino Unido (18º), Bélgica (24º), Francia (29º), Portugal (36º), Italia (41º) o Grecia (46º).

El ranking, que este año incorpora el análisis de un nuevo país (Botsuana), estudia la prosperidad y la competitividad de las economías de 64 países a través de cuatro grandes ámbitos: rendimiento económico, eficiencia gubernamental, eficiencia empresarial e infraestructura.

A nivel global, Suiza encabeza la clasificación tras ascender desde la tercera posición, gracias a la inversión internacional, el empleo y aspectos relacionados con la educación, las finanzas públicas y el marco institucional.

En el segundo lugar se sitúa Suecia, que sube cuatro puestos respecto al ranking de 2020 como consecuencia de su buen desempeño económico, principalmente en economía nacional y empleo.

Completan los cinco primeros puestos Dinamarca (3º), Países Bajos (4º) y Singapur (5º), que cede el primer puesto por la pérdida de empleos, la falta de productividad y el impacto económico de la crisis sanitaria.

En este sentido, el informe apunta que las economías más competitivas destacan por factores como la inversión en innovación, actividades económicas diversificadas y políticas públicas de apoyo.

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