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Calificación crediticia

El Corte Inglés salva el ‘match ball’: S&P, Moody’s y Fitch mantienen su rating

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Corte Inglés ha conseguido que las tres grandes agencias de rating-Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch- mantengan su calificación de solvencia en vez de rebajársela como han hecho con otras cadenas de centros comerciales de todo el mundo. De esta forma, salva un match ball porque una rebaja habría encarecido notablemente su financiación tras las pérdidas históricas sufridas en 2020 a causa de la pandemia.

En los tres casos, las agencias califican al gigante español de la distribución con una nota por debajo del de inversión (es decir, el nivel más alto dentro del grado de especulación, conocido popularmente como ‘bono nasura’).

Este mismo jueves, S&P ha reiterado su calificación de BB+ porque «el desempeño de El Corte Inglés ha ganado momentum con el levantamiento de las restricciones y la aceleración de la recuperación económica, después de unas cifras más débiles de lo esperado en el ejercicio 2020 por la pandemia y el cierre de sus centros».

«En general, creemos que las condiciones operativas están mejorando rápidamente, y el grupo sigue dedicado a reducir su deuda, a perseguir una saludable generación de caja y a vender activos inmobiliarios para fortalecer cu cualidad crediticia», añade.

Ahora bien, mantiene a la empresa en perspectiva negativa porque «sus métricas seguirán débiles en los próximos 12-18 meses por el impacto retrasado de la pandemia y la incertidumbre sobre el ritmo de la recuperación, así como sobre la capacidad del grupo para vender activos no estratégicos y restablecer su rentabilidad y su flujo de caja, de tal forma que la relación entre deuda y Ebitda (beneficio bruto operativo) se sitúe por debajo de 4 veces a finales de su ejercicio 2022».

Venta de inmuebles y reducción de deuda

Hace unos días, Moody’s basaba su nota de Ba1 en «su posición de liderazgo en la mayoría de sus segmentos de negocio; el fuerte reconocimiento de marca y el elevado interés de marcas de terceros por operar en sus centros comerciales; en su gran cartera inmobiliaria libre de cargas con un track record demostrado de monetización exitosa de estos activos; y unas buenas perspectivas de reducción de deuda, así como el firme compromiso de mantener una política financiera más conservadora que en el pasado».

En el lado negativo, esta agencia subraya su concentración geográfica en el mercado español, la naturaleza cíclica y estacional de su negocio, sus márgenes inferiores a los de sus comparables, la alta dependencia de sus 10 mayores centros, el riesgo de la competencia de especialistas en comercio online y la debilidad de su gobierno corporativo por el bajo número de independientes en su consejo. Al igual que S&P, Moody’s muestra dudas sobre la fortaleza de su recuperación en los próximos 12 a 18 meses.

Por último, Fitch (que mantiene su calificación en BB+) reitera algunos de los argumentos de las otras agencias y añade las medidas de optimización de costes (se refiere al ERE puesto en marcha este año) y la mejora de su negocio digital para recuperar la rentabilidad tras el covid. Sus preocupaciones son el ritmo de la recuperación del consumo y de la reducción de la deuda, así como el riesgo de ejecución de su estrategia  de diversificación y de venta de inmuebles.