Cómo gestionar el síndrome postvacacional
Empezar con una carga de trabajo menos reducida
Marcar de forma clara las prioridades
Entre la última semana de agosto y la primera de septiembre vuelve la actividad normal a las empresas después de las vacaciones. En algunas personas, el llamado “síndrome postvacacional” puede afectar a su rendimiento de trabajo. Es tarea del emprendedor del proyecto o del departamento de Recursos Humanos conseguir que la vuelta al trabajo sea lo menos compleja posible por el equipo.
Algunas de las medidas que se pueden tomar para facilitar el regreso son las siguientes:
Facilitar un primer momento de encuentro. En el trabajo, las personas que componen los distintos equipos comparten muchos días y horas de trabajo. Ello genera unas dinámicas y rutinas que se rompen durante las vacaciones. Puede que algunos compañeros no se hayan visto durante un mes y, en caso de no haber quedado fuera, que ni tan siquiera hayan tenido un contacto. Es importante, para recuperar sensaciones y favorecer sinergias, permitir que todo el mundo se ponga al día sobre lo que ha hecho durante las vacaciones. Es una forma de facilitar conversaciones agradables y de recuperar el feeling entre compañeros.
Empezar con una carga de trabajo menos intensiva. Durante los primeros días no es adecuado sobrecargar a los grupos. Hay que programar las tareas de tal forma que sea posible realizarlas de una forma cómoda para que, así, todas las personas vayan ganando confianza.
Marcar de forma clara las prioridades. Cada trabajador debe de tener fijados aquellos objetivos clave a cumplir durante los primeros días. Por lo tanto, es imprescindible organizar las distintas tareas y establecer un orden de acuerdo con su urgencia temporal e impacto en el negocio.
Seleccionar las tareas menos desagradables para cada trabajador. En la actualidad, las empresas buscan perfiles polivalentes que sean capaces de realizar distintas tareas según las necesidades y demandas del mercado en cada momento. Especialmente al volver de las vacaciones, es recomendable que se estipulen a cada trabajador aquellas acciones en las cuales hayan mostrado un mejor desempeño o que no les resulten tan pesadas de completar.
Fijar objetivos motivantes. Es habitual, una vez toda la plantilla ya ha vuelto al trabajo, de realizar una reunión de equipo. En ella, el responsable debe de marcar los parámetros a seguir durante el año y los incentivos que se pueden conseguir en caso de llegar a donde se ha previsto. En esta línea, es imprescindible que estos objetivos sean realistas. En caso contrario, se generará desmotivación y descontento en el equipo.
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