¿Cómo funcionan las tarjetas de financiación?
Ante la dificultad de muchas familias para poder afrontar de golpe muchos gastos de golpe, las empresas han tenido que buscar otras formas para poder vender sus productos. Las entidades de crédito ya no dan tantas facilidades como antes de la crisis para obtener financiación, por lo que ahora son las mismas empresas comercializadoras las que actúan como agentes que la facilitan.
Es decir, si antes, normalmente, ante una compra importante se iba a una entidad, se pedía el crédito y, con él, se realizaba el pago, ahora las empresas ofrecen este crédito mediante el pago fraccionado de aquello que venden. Asumen, por lo tanto, un riesgo que entonces recaía sobre las entidades financieras. Para fomentar esta forma de consumo, han creado lo que han llamado tarjetas de financiación.
¿Cuáles son las características de una tarjeta de financiación?
Una tarjeta de financiación destaca por los siguientes aspectos:
- Acostumbra a ser gratuita: las compañías difícilmente harán pagar un importe para disponer de esta tarjeta. Dado que el objetivo es vender, sería extraño hacer pagar un importe a quien quiera hacerlo.
- Acostumbra a establecer unos límites máximos de financiación: una empresa tampoco puede asumir unos riesgos excesivos, ya que podría incurrir en pérdidas si muchos clientes, con el paso del tiempo, no pueden asumir las cuotas mensuales que se han acordado. Por lo tanto, es habitual que se marque un máximo de financiación por tarjeta, de forma que se limita el riesgo por persona a un determinado importe.
- Suele establecer un límite de mínimo de pago al mes: el objetivo final de la compañía es cobrar la totalidad del importe de la venta, pero tampoco quiere que los plazos de pago se alarguen en exceso. Por ese motivo, se marca un mínimo al mes como importe a pagar.
- El cliente no debe cambiar de banco: para facilitar todas las gestiones a los clientes, éstos no deben de cambiar la cuenta bancaria donde se domiciliará el recibo.
- Por determinados pagos, se marcan intereses muy bajos: cada empresa marca los intereses que considera convenientes. No hay un porcentaje fijo general para todas las compañías, sino que cada una elige una forma según crea que sea adecuado para ellos y sus clientes. En algunos casos, se llega a ofrecer financiación sin intereses.
- Actúa como una herramienta de fidelización: el hecho de tener estas facilidades en el pago provoca que el cliente sienta que la empresa le está ofreciendo un trato especial y diferencial y que tiene interés en satisfacer sus necesidades. Además, durante el plazo que se está pagando, lo normal es que, en caso de querer realizar otra compra, se vaya a esta empresa y que no se abra una nueva línea de financiación en otra.
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