Tras el ‘Brexit’ viene el ‘Crexit’, el pinchazo de la gigantesca burbuja de deuda global
Standard & Poor´s señaló recientemente que la demanda de financiación corporativa alcanzará en 2020 los 62 billones de dólares. El motivo: la política monetaria expansiva. Unos elevados niveles de deuda que cada vez alertan a más agentes y que ya ha sido denominado como ‘Crexit’.
La agencia de calificación norteamericana prevé que el progresivo aumento de la deuda propiciará una importante corrección en los mercados, ya que prácticamente un 50% de los emisores corporativos se encuentran “preocupantemente” apalancados. Según cálculos de S&P aproximadamente un 5% de los emisores de deuda están ya en el límite, e incluso “podrían no sobrevivir a un escenario de estrés sin incumplir con pagos”.
S&P: «El aumento de la deuda propiciará una importante corrección en los mercados»
Los expertos advierten de que uno de los efectos colaterales del ‘Crexit’ es la crisis de confianza y la consiguiente huida de los mercados de la deuda, tanto de los acreedores como de los deudores de menor calidad.
Los expertos ya están alerta
Del total de la deuda corporativa, según Standard & Poor’s, la deuda corporativa de China alcanzaría el 43% en 2020, lo que implicaría una caída en la deuda estadounidense del 24% al 22% y un descenso de la europea del 20% al 16%.
Gonzalo Cañete, analista de Swisswquote, advierte a OKDIARIO de que “en diciembre, tras la primera subida de tipos de la Reserva Federal, se empezó a hablar de que diferentes fondos de capital riesgo (high yield) en Wall Street estaban comenzando a dar impagos: congelaban o cancelaban las retiradas de capital”. Ya por entonces algunos analistas decían que el impago de estos fondos de los bonos de alto riesgo era un síntoma muy característico de que algo fallaba, como ya pasó también en 2007 y 2008, justo antes de que quebrase todo. “Ahora con el ‘Crexit’ pasa lo mismo: se acumula una deuda increíble, y cuando se acumula tanto pasivo para poder seguir el ritmo que lleva la economía, lo que consigues es ganar tiempo, pero el problema se va acrecentando”, señala Cañete. Y es que cuanta más deuda se acumula, como esa deuda lleva una tasa de interés establecida, el crecimiento tiene que ser, como mínimo, igual que la tasa de interés para poder cubrir la deuda y pagar de vuelta el crédito.
Gonzalo Cañete explica que “el ‘Crexit’ se traduce a nivel conceptual en que la deuda, tanto pública como privada, va creciendo más, sobre todo en Europa, Estados Unidos y Brasil, y tienen que generar un crecimiento económico lo suficientemente sólido para poder contrarrestar el crédito que se va acumulando sobre su deuda, porque la deuda que acumula Estados Unidos supera el Producto Interior Bruto norteamericano, la privada lo duplica prácticamente, y a partir de ahí es cuando el ‘Crexit’, antes o después, puede producir este tipo de situación”.
De hecho, desde Swissquote critican la actuación de las instituciones reguladoras: “Como no existe una reacción clara, el crecimiento que estamos experimentando es por una inyección masiva de capital en los mercados, que no se refleja en la economía real”. Y es que, bajo el punto de vista de Cañete, “el capital, en vez de ir a reactivar la economía, que es lo que tendría que haber estado haciendo desde el año 2012, está yendo a realimentar los propios mercados financieros y, como no hay una reacción sobre la economía real, el problema será ver durante cuánto tiempo va a estar girando la noria”.
Santiago Carbó: «Hay temor a que cuando empiecen a llegar los vencimientos de deuda no se cubran por parte de los emisores»
Santiago Carbó, Catedrático de la Bangor Business School, también cree que el miedo “indudablemente existe”. “Hay temor a que cuando empiecen a llegar los vencimientos de deuda no se cubran por parte de los emisores”, explica.
“Ese riesgo existe, pero también se entiende que se ha buscado lo más solvente”, cree Carbó, que reconoce, eso sí, que el grado tan elevado de deuda de algunos agentes, con menor capacidad de crecimiento –no solo estados, también empresas-, podría preocupar: “Yo creo que por ahora es un miedo controlado que empieza a preocupar, pero si el mercado disciplina de alguna manera a los más débiles, a los que no tienen una buena capacidad de deuda/capacidad de crecimiento, se podrá controlar”. “Al final –explica Carbó- es pérdida de empleo, pérdida de capacidad de la empresa… Es algo que se puede trasladar a muchos agentes, nadie puede estar tranquilo”.
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