Economía
Tendrá que hacer provisiones y reducir el crédito

La banca echa pestes en privado de la imposición del Gobierno para bajar las cuotas hipotecarias

«Chapuza», «peronismo puro», «un ataque al libre mercado»… Los calificativos empleados en privado por los ejecutivos de la banca consultados por OKDIARIO sobre la «imposición» del Gobierno para rebajar las cuotas hipotecarias llenarían páginas enteras. En su opinión, «este acuerdo supone una nueva ofensa a la libertad de empresa que distorsiona el mercado, que es el que debería arbitrar los precios», y así piensan que el aumento de los costes para el sector redundará en la necesidad de elevar las provisiones -como ha apuntado la presidenta del Santander, Ana Botín- y  reducirá el volumen de crédito que pone a disposición del público las diversas entidades financieras. «No tiene sentido que los accionistas de los bancos tengan que pagar la cuenta de una política que es claramente electoralista y demagógica».

A su juicio, si el Gobierno quiere paliar la subida de los tipos de interés en lo que afecta a las familias «lo lógico sería que lo hiciera a través del Instituto de Crédito Oficial, que es un organismo público, o por medio de los presupuestos generales del Estado». Esto permitiría a todos los ciudadanos conocer el coste de ayudar a una parte muy concreta de la población y valorar su conveniencia. «Lo que carece de sentido es que la banca tenga que pagar el precio de una ocurrencia electoral que acaba premiando a los ciudadanos que han sido menos prudentes».

Según estas fuentes, «no deja de ser una injusticia volver a favorecer a los clientes que tienen hipotecas variables y que se han venido beneficiando de tipos de interés cero durante los últimos años perjudicando a los más responsables y cautos, que decidieron suscribir en su momento los préstamos a tipo fijo, bastante más elevado, pero a cambio más seguro a largo plazo para la compra de un bien -como es una casa- cuyo coste de amortización puede prolongarse hasta treinta años».

A pesar de las críticas, la mayoría de los bancos acabará suscribiendo el acuerdo, forzado hasta el extremo por la vicepresidenta Calviño. ¿Por qué? Según los medios citados, «somos conscientes de que nuestra reputación pública es muy baja, y a ello ha contribuido decisivamente este Gobierno, que un día sí y otro también alude al rescate financiero de Bruselas por 60.000 millones -que en realidad se dedicó a sanear las cajas de ahorros-, de los que se utilizaron poco más de 40.000 millones, empleados en evitar con éxito el colapso del sistema, cuyo buen funcionamiento es crítico para la economía española».

Más recientemente ha llegado «la decisión de establecer un impuesto al sector a cuenta de unos presuntos beneficios extraordinarios que no son tales, ignorando los años que la banca ha tenido que sufrir con tipos de interés cero y la merma correspondientes en su cuenta de resultados. Pero el hecho es que esta clase de mensajes, repetidos hasta la saciedad, ha minado al máximo nuestra imagen pública, nos hace mucho daño, y nos deja prácticamente inermes ante iniciativas como la de reducir las cuotas hipotecarias. No hay otra que tragar», insisten.

Otros analistas económicos consultados por OKDIARIO abundan en que este acuerdo impide a los ciudadanos percibir las señales de precios, como consecuencia del aumento desorbitado de la inflación, y adaptar su comportamiento a las nuevas circunstancias. «Se está lanzando desde el Gobierno el mensaje letal de que no pasa nada, y que si hay dificultades, el Ejecutivo saldrá inexorablemente en apoyo los que se quejen, aunque en la mayoría de las ocasiones sea sin razón. Y esto es poco saludable desde el punto de vista económico: perjudica la lucha contra la inflación del Banco Central Europeo y, en sentido contrario al que se pretende, sólo ayuda a que la época de tipos de interés altos se prolongue más en el tiempo».