¿Qué aspectos siempre hay que evitar cuándo se solicita financiación?
Desarrollar una ronda de financiación es un proceso largo y complejo. El emprendedor desea, por encima de todo, conseguir el dinero que precisa para iniciar o seguir la actividad. Este gran deseo puede desembocar en distintos errores que, finalmente, generan el efecto contrario al deseado: que ninguna entidad o inversor privado se fije en nosotros. Para evitar una situación de este tipo, a continuación exponemos aquellas actitudes que es imprescindible evitar cuando existe una necesidad de financiación.
- Presentar proyectos irreales: el inversor tendrá conocimiento sobre los aspectos más destacados e importantes del mercado. Por lo tanto, en caso de presentar proyecciones excesivas, será consciente de ello, tendrá la sensación que existe una voluntad de engaño y desistirá de financiar el proyecto.
- Exagerar los atributos o beneficios de lo que se ofrece: los adjetivos excesivamente grandilocuentes pueden despertar sospechas en aquéllos que están escuchando. Hay que saber combinar la capacidad para transmitir con ilusión y fuerza una idea y proyecto con el realismo propio que busca aquél que va a invertir una importante suma de dinero.
- Fijar plazos cortos o dar un ultimátum: no hay que generar una excesiva prisa al inversor para decidir. Probablemente, esta empresa o persona tendrá en su cartera otras posibilidades de elección y, por lo tanto, tampoco tiene la necesidad urgente de decidir enseguida qué opción escoger. Expresiones como “¡No deje escapar esta oportunidad!” o “¡Hay otros interesados!” y parecidos lo único que consiguen es transmitir una sensación de desesperación y que el financiador no invierta en nosotros.
- Realizar la presentación sin ningún soporte: las palabras, dicen, se las lleva el viento. Por lo tanto, para dejar claros los puntos más destacados del proyecto, hay que realizar la presentación con algún tipo de ayuda que permita, de una forma visual, que queden claras las ideas y procesos principales a desarrollar.
- Responder de malas formas ante posibles dudas u objeciones: es normal que un inversor, antes de decidir financiar una actividad, quiera conocer hasta el más mínimo detalle de ella. Por lo tanto, durante la presentación y en todo contacto que se realice, la profesionalidad a mostrar debe de ser máxima y responder, de la forma más entendedora y clara posible, cualquier cuestión.
- Negar ninguna posibilidad de cambio: hay que tener en cuenta que, en caso de buscar algún inversor que financie el proyecto, éste será el primer interesado en que funcione para, así, poder sacar el máximo rendimiento posible en el plazo que se ha estipulado. Por lo tanto, toda propuesta que venga por parte suya debe de ser estudiada y no ser rechazada de forma directa, aunque suponga una cierta reorientación respecto lo que estaba previsto.
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