Cierre de la hostelería

Andrea Tumbarello, propietario de Don Giovanni, sobre el cierre a las 21:00 horas: «Nos quita la vida»

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El propietario del restaurante madrileño Don Giovanni, Andrea Tumbarello, muestra su rechazo a la medida anunciada este viernes por el Gobierno de la Comunidad de Madrid de cerrar la hostelería a las 21:00 horas para luchar contra en Covid. Tumbarello lamenta que las administraciones madrileñas «hayan llegado a unos compromisos con esta izquierda» que van contra los intereses de un sector muy golpeado por la pandemia.

Pregunta: Andrea, ¿qué le parecen las medidas que ha adoptado la Comunidad de Madrid a partir del próximo lunes?

Respuesta: Bueno, yo hasta ahora he estado muy agradecido al alcalde y a la presidenta de la Comunidad, porque nos sentimos unos privilegiados. Pero lo que he leído hoy es indecible. Es que no se puede. A las nueve de la noche no tiene ningún sentido. ¿Uno es contagioso a las nueve de la tarde o a las once? No cambia nada. Antes nos permitían vivir, poder trabajar. Yo tengo 24 empleados, todos dados de alta. Pago seguridad social, pago la nómina puntualmente, pago a mis proveedores… Esto significa hundirnos. La responsable del Covid no es la hostelería. Porque en el AVE viajamos juntos, en el avión viajamos juntos, en El Corte Inglés estamos una cantidad de gente, te vas a un supermercado… Y esto no tiene sentido. Me da mucha pena que la Comunidad de Madrid, que el Ayuntamiento de Madrid, hayan llegado a estos compromisos con esta izquierda mala. Que nos quiere hundir, que no piensa en los trabajadores que yo tengo y que sigo atendiendo. Esto me parece una cosa impresentable.

P: ¿Qué les supone que tengan que cerrar a las 21:00 horas los restaurantes?

R: Supone que por la noche no podemos trabajar. Supone que ninguno vendrá. Es inútil que digan que tenemos que acostumbrarnos a los horarios europeos. Esto es España, señor. Esto es España. Y a las nueve de la noche la gente… ¡Empieza a salir a cenar! Y como alguien puede tener contagios a las nueve, puede tenerlos a las diez o a las once. Esto no es un local de copas, es un local donde se respetan todas las normas. Como en todos los restaurantes de Madrid. Así que hay que dejarnos vivir. Hay que intentar no hundir la economía española.

P: ¿Se sienten señalados?

R: Sí, nos sentimos señalados. Nos sentimos muy afectados y no entiendo el porqué, dónde está la razón de esto. Cuando España está en el circuito gastronómico mundial, gracias a Dios y gracias a algunas personas. La gastronomía es muy importante. Yo tengo clientes de todo el mundo. Y más que yo, que soy un privilegiado, mis compañeros, que tienen tres estrellas Michelin, que tienen público de todo el mundo que viene aquí a comer. Y que ahora tienen la posibilidad de dar de comer a los españoles. Y esto es prohibitivo, porque, a las nueve de la noche, cerrar las cocinas… Es que es imposible pensarlo en España. Nosotros no queremos cambiar. Nos va bien como estaba. Y nos sentimos unos privilegiados, teniendo la posibilidad de abrir hasta las once. Aunque nos daña, pero da igual, era entendible. A las nueve de la noche no hay quien lo entienda. No hay público. Desde la semana que viene todos los restaurantes de Madrid van a estar vacíos. ¿Qué hago yo con las 24 personas que tengo aquí?¿Los mando al ERTE? ¿Y qué hago con mis clientes que quieren venir a cenar? Esto es una mesa grande de amigos. No se entiende. No somos nosotros los peores. Hay cosas peores solo que… No sé por qué, me gustaría saberlo. Por qué desde el Gobierno, por qué desde la Comunidad lo han decidido. Esta es una cosa que no se puede comentar.

P: Le veo emocionado, incluso…

R: Sí, sí… Estoy muy emocionado, porque gracias a Dios yo tengo colchón y puedo aguantar. Pero muchos compañeros míos van a cerrar el restaurante al que le han dedicado toda su vida, todos sus esfuerzos, los de su familia. Dándolo todo. ¿Y por qué esto?

P: Otra de las medidas que han impuesto en la hostelería es que las mesas van a tener un tope de cuatro personas…

R: A ver, esto es lo menos de todo. Porque yo puedo entenderlo. Haces dos mesas, una de tres y una de dos… Hay familias que tienen cinco o seis hijos, o que vienen con los padres, entonces son ocho. Dos mesas de cuatro. Lo puedo entender. Pero me estás reduciendo aforo. Me estás reduciendo hora… Me estás reduciendo todo. Me estás quitando la vida.

P: ¿Esto supone el fin de la hostelería?

R: Esto supone el fin a vivir. Nos sentimos acosados. «Toda la culpa es de la hostelería» y no es verdad y no es verdad porque, como podrás ver, aquí respetamos todas las medidas de seguridad. Yo soy el primer interesado. Entras y te medimos la temperatura, te damos el gel desinfectante… Está todo súper controlado. Mis empleados hacen su prueba todas las semanas. Yo mismo, cuando entro, me mido la temperatura por respeto. Aunque estoy convencido de que nadie tiene ni idea de lo que es el Covid. El Covid todavía no se controla. Ahora vamos a ver qué pasa con la vacuna. Pero yo soy de la opinión de que si tienes que pasarlo, lo pasas. Y es como una gripe más peligrosa. Hay que tener cuidado, hay que respetar, mascarillas, todo lo que tú quieras… Pero lo que nos están haciendo en este momento, de verdad, no hay quien lo entienda. Gracias a Dios, mi restaurante está lleno esta noche, pero a partir del lunes no estará lleno y yo seguiré teniendo a mi personal, porque no les voy a echar a la calle ni les voy a meter en el ERTE. Y nadie ha pensado en ayudar a la hostelería. Lo que interesa al Gobierno, a este Gobierno mezquino es que lo voten, que sigan votándolo. Que siga dando patrocino a quienes le dan los votos: a los vagos. Tenía que ayudar a las empresas, que damos trabajo. Que estamos aquí pendientes 24 horas, al menos lo que me compete a mí, yo estoy pendiente 24 horas. A mis empleados no les ha faltado nunca nada y esto no es gracias al Gobierno. Hay que tener las ideas muy claras. Yo sé que esto me puede afectar, pero me da exactamente igual, no soy un cobarde.

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