Economía
Energía

Aena gastará 350 millones en placas fotovoltaicas hasta 2026 para autoabastecerse de energía

Aena invertirá hasta 2026 un total de 350 millones de euros en placas fotovoltaicas que le permitirán autoabastecerse de energía, según ha avanzado este lunes el presidente del gestor aeroportuario, Maurici Lucena. En concreto, las placas se instalarán en una superficie de más de 700 hectáreas y contribuirán al objetivo de la compañía de ser neutra en emisiones de carbono en 2026, con una reducción del 92% en el CO2 emitido por pasajero, para llegar a las emisiones cero en 2040.

Maurici Lucena ha explicado que Aena es una de las empresas de servicios que más energía consumen, por lo que llegar a 2026 siendo neutra en emisiones da idea de la «velocidad de nuestra transición». En este sentido, el pasado 25 de octubre Aena sacó a licitación la construcción de dos plantas solares fotovoltaicas en los aeropuertos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat para abastecer a la red por un importe superior a 110 millones de euros.

Estas instalaciones representan en torno a un 27% de la producción de energía renovable prevista en el plan fotovoltaico del gestor aeroportuario y contribuirán a ese objetivo del autoabastecimiento a partir de energías renovables en todos los aeropuertos de la compañía a partir de 2026, según ha explicado Lucena en una jornada organizada por McKinsey y Europa Press.

Planta en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas

La construcción y puesta en marcha de la planta en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tendrá una potencia total instalada de 142,42 MWp y una potencia nominal de 120 MW, y la de Barcelona tendrá una potencia total instalada de 12,52 MWp y una potencia nominal de 10 MW.

Lucena ha señalado que para el sector del transporte aéreo, especialmente los constructores de aviones y las aerolíneas, el reto de la lucha contra el cambio climático es «más difícil» porque los ciclos de inversión son muy largos y las exigencias de seguridad son muy altas, lo que hace más costosa la transición mediambiental, aunque Aena «lo tiene más fácil».