¿Acciona señala el fin de la burbuja renovable? Cuando las barbas de Entrecanales veas pelar…
Acciona Energía cubre en un día el importe mínimo de la OPV al precio más bajo de la banda
Acciona Energía calcula que el recorte del Gobierno a las eléctricas supone un 15% de su beneficio
En España, tenemos unos cuantos (no muchos) visionarios que han creado grandes emporios, como Juan Roig, Amancio Ortega o el desaparecido Emilio Botín. Pero tenemos también otros visionarios a la hora de vender: los Entrecanales. En el mercado se ha convertido casi en un mito que, cuando Acciona se sale de un negocio, es que vienen curvas. Son el mejor detector de burbujas. Y, por tanto, suele salir bien seguir sus pasos. Cuando las barbas de los Entrecanales veas pelar, pon las tuyas a remojar. Y ahora están vendiendo su filial de renovables.
El primer ejemplo de esta capacidad para anticipar (y evitar) las catástrofes la dio Acciona en el año 2000 con la venta de Airtel, la primera operadora móvil que rompió el monopolio de Telefónica. Entre sus fundadores en 1994 estaban por separado Cubiertas y Entrecanales, cuya fusión daría lugar a Acciona en 1997. Llegó a tener casi el 11% del capital, pero en 2000 la británica Vodafone llegó a un pacto con los diferentes accionistas para hacerse con la mayoría. De hecho, le cambió el nombre al actual, Vodafone España.
Estábamos en el año 2000, en el apogeo de lo que se llamó la «burbuja puntocom» tras la revolución tecnológica que supuso la popularización de Internet, la telefonía móvil digital y lo que se llamó TMT: la convergencia de la tecnología, los medios de comunicación y la telefonía en grandes conglomerados, cuya cima fue la billonaria OPA de America Online sobre Time Warner. Hasta la hoy casi quebrada Abengoa se disparó en Bolsa por un proyecto de un Internet de alta velocidad a través del enchufe del que nunca volvió a saberse. Los Entrecanales aprovecharon esa efervescencia para salir de Airtel en varias fases con unas plusvalías estratosféricas de 2.300 millones de euros.
Fue vender Acciona, y en el propio año 2000 ya pinchó esta burbuja, con un derrumbe generalizado del sector en bolsa y el hundimiento de miles de pequeñas ‘start-ups’ tecnológicas e incluso de algunos gigantes que entonces parecían imbatibles, como Yahoo o Netscape. Solo se volvió a hacer una operación en el sector con una valoración cercana a la que había conseguido la constructora en Airtel: la OPA de Prisa sobre Sogecable en 2007, empeño de Juan Luis Cebrián que provocó la ruina del grupo mediático y su rescate por Telefónica, Santander y Caixabank.
La segunda: la burbuja inmobiliaria
La jugada se repitió con la burbuja inmobiliaria a finales de la década. De nuevo, los Entrecanales se olieron la que se les venía encima porque aquella locura de subida de precios del ladrillo era insostenible. Como se recordará, los tipos de interés más bajos de nuestra historia durante mucho tiempo gracias a la entrada de España en el euro, las facilidades de crédito, la gallina de los huevos de oro que encontraron los ayuntamientos en las recalificaciones de suelo y la enloquecida competencia en el sector financiero, en especial unas cajas de ahorros a las que se permitió salir de su territorio natural, formaron el cóctel que emborrachó al país entero durante casi 10 años.
Con media España -no solo inmobiliarias, sino fondos, clientes de banca privada y cientos de miles de particulares-, comprando sobre plano para ‘darle el pase’ con grandes plusvalías, parecía que aquello iba a llegar hasta el infinito y más allá. Solo unos pocos, entre ellos Acciona, comprendieron que eso era el baile de la escoba o el juego de pasarse la cerilla encendida, y no estaban dispuestos a ser ellos los que se quemaran.
En 2007, la constructora redujo drásticamente su inversión en inmobiliaria y, aun así, tuvo que vender parte de su participación en Endesa -donde acumulaba jugosas plusvalías gracias a la batalla de Opas- para compensar las pérdidas que vaticinaba. Aunque en este caso no se forró como en el de Airtel, sí evitó males mayores: que el estallido de la burbuja se la llevara por delante como a miles de empresas del sector, incluyendo gigantes como Metrovacesa, Inmocaral, Astroc, Nozar o, cómo no, el mayor concurso de acreedores hasta el de Abengoa, Martinsa Fadesa.
¿La burbuja renovable será la tercera?
Y ahora, en 2021, Acciona ha iniciado esta semana la OPV para sacar a Bolsa su filial Acciona Energía dedicada a las renovables. Algunos ven en ello una nueva señal de una burbuja a punto de estallar de la que la compañía quiere librarse y, a la vista de su ojo clínico, están vendiendo o recomendando vender los activos de este tipo. Poniendo las barbas a remojar.
Razones no les faltan. Las cotizaciones de las empresas del sector han caído del orden de un 30% desde máximos, y aquí se ha suspendido la OPV de Opdenergy y la que se completó, Ecoener, debutó con fuertes caídas en Bolsa. Aunque la filial de Acciona es mucho más grande y diversificada, este mal ambiente le ha obligado a rebajar su rango de valoración de entre 10.000 y 12.000 millones para dejarlo en la banda 8.000-9.800 millones. Y a rebajar el porcentaje que coloca del 25% al 15%. Con esos ajustes sí ha encontrado demanda suficiente para cubrir la oferta.
Aun así, la filial vale bastante más que la matriz (que capitaliza 6.900 millones), cosa que ha mosqueado bastante a una de las ramas del clan Entrecanales, la Entrecanales Marsans, que vendió el 5,6% en la matriz a finales del año pasado antes de que sus hermanastros les contaran sus planes de sacar a Bolsa la filial de Energía. De haberlo sabido, se habrían esperado y habrían logrado unos ingresos mucho mayores, según fuentes conocedoras de la situación.
Es innegable que la energía renovable está aquí para quedarse y que seguirá creciendo en los próximos años impulsada por los Gobiernos y la UE. Pero Internet también había llegado para quedarse en el año 2000 y miren lo que pasó. La cuestión, como siempre, es el precio, es decir, las valoraciones. Además, a corto plazo sí parece haber signos de que estamos en una burbuja en el sector: todo el mundo quiere desarrollar proyectos de energías renovables, y más aún al calor del maná de los fondos europeos.
No hay sitio para tanta gente
Pero no hay sitio para tanta gente. En OKDIARIO hemos alertado en alguna ocasión del atasco que tiene Red Eléctrica, y el folleto de la OPV de la filial de Acciona lo señala como uno de sus principales riesgos (junto al hachazo que le va a dar el Gobierno por el CO2): «Nuestros proyectos operativos y en preparación se pueden ver afectados por una falta de capacidad disponible en la red, debido a la congestión, sobreproducción de plantas conectadas (…), que pueden causar reducciones del tamaño de las plantas, retrasos en la puesta en marcha de proyectos, incrementos en los costes y posibles pérdidas de las garantías que hemos aportado. Por ejemplo, en 2020 evacuamos 56,4 GWh a la red debido a la congestión en España (en 2019, 103,6 GWh)».
Es decir, como en los casos anteriores, si existe una burbuja renovable (el jurado está deliberando), habrá ganadores y perdedores. Y si estalla, las caídas a corto plazo serán generalizadas; porque siempre lo son. ¿Ocurrirá así? De momento, los Entrecanales venden. Y su historia indica que merece la pena estar atentos.
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