Así han colapsado los taxistas el centro de Madrid para conseguir que el Gobierno claudique
La huelga del taxi han protagonizado cortes de tráfico en Madrid y colapsado una de las arterias principales de la capital para forzar al Gobierno que claudicase a sus exigencias. La capital es una de las ciudades más afectadas por los paros convocados por el sector, que a esta hora y a pesar de que todo parece indicar que aceptarán la propuesta lanzada por el Ministerio de Fomento, mantienen ocupada la arteria principal, el Paseo de la Castellana, desde Colón hasta Cuzco.
La interminable hilera de taxis, a los que cada hora que pasa se suman más vehículos, recuerda al Gobierno el potencial de sus movilizaciones. El boicot previsto a la circulación hasta que las reuniones programadas con el Ministerio de Fomento se aviniesen a sus peticiones pasaba por blindar el cumplimiento estricto de la legalidad: aplicación del Real decreto-ley que modificó este año la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres en lo referente a las licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC).
Los ánimos muy encendidos y pendientes de la solución al conflicto que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ya ha presentado en la mesa de negociación prevista entre el secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes, Pedro Saura, y los representantes de las asociaciones de taxistas.
Mientras los desesperados turistas y los ciudadanos veían cómo en los últimos días se ralentizaban sus desplazamientos por la ciudad en plena temporada alta, sin poder hacer nada, los taxistas advertían de que no se conformarían sólo con buenas palabras. El colectivo estaba movilizado y organizado y recrudecía el tono de sus protestas. Ninguno de ellos estaba dispuesto a levantar el pie del acelerador hasta no obtener un compromiso firme y por escrito de la solución que exigían para su caso.
Los taxistas indignados se apostaron en la principal arteria de la capital madrileña acompañados de sus familias para defenderse de lo que consideran una «competencia desleal» con su modo de vida. Las concentraciones permanentes se coordinaban sin descanso a través de grupos de whatsapp y los profesionales del gremio estaban en contacto permanente a través de sus emisoras y walkies, de los que no se despegaron ni para hablar con OKDIARIO.
OKDIARIO se ha desplazado hasta el corazón de Madrid para hablar con ellos y lo ha hecho en un vehículo de Cabify para pulsar las opiniones de unos y otros y sobre todo, las impresiones de los ciudadanos y consumidores.
Las VTC se defienden
Juan José ha sido alto directivo de una multinacional española hasta que hace 11 años se quedó en paro y tuvo que reciclarse profesionalmente. Le gusta conducir y hablar con la gente.
Afirma que no hace «ni un minuto más de las horas que me corresponden ni cobro un céntimo menos de lo que firmé en el contrato cuando me incorporé a la empresa que presta servicio a Cabify».
Niega las acusaciones del sector del taxi y afirma que los argumentos que utilizan son manipulaciones que lo único que persiguen es seguir blindados en un monopolio que se ha quedado obsoleto. Uber y Cabify han llegado para quedarse «porque los usuarios los han probado y los demandan» y detener eso es imposible, afirma.