Luka Modric vivirá ante el PSG su enésimo gran baile. Nadie sabe cuántos le quedan al croata, pero lo que es seguro es que ya ha vivido más de lo que le queda como jugador de fútbol. Ante los franceses es una de esas noches en las que se pone el frac, se perfuma con la fragancia más cara y empieza a sentar cátedra desde el centro del campo. Tras su exhibición ante la Real Sociedad con golazo incluido, la vuelta de los octavos de final de la Champions le llegan en un gran momento de forma.
El croata afronta este partido con muchas ganas. Es consciente de que puede estar ante una de sus últimas eliminatorias de Champions, por lo que quiere exprimir al máximo una competición que ha ganado cuatro veces. Siempre vestido de blanco. “Sólo piensa en la remontada”, aseguran los que mejor conocen a un futbolista que no sólo es leyenda del Real Madrid, sino que también es leyenda del fútbol. Un jugador único que ante el PSG puede ser el único integrante sobre el césped de la CMK, un centro del campo legendario, aunque todo hace indicar que Kroos no se perderá esta gran cita.
El que no estará seguro es Casemiro. Una ausencia importante que se tendrá que suplir con el sacrificio defensivo del resto. Y en esto Modric también es un experto. Tras el brasileño, es el jugador que más balones roba en el Real Madrid. El croata recupera más de cuatro pelotas por partido. En concreto, en esta edición de la Champions ya ha quitado a sus rivales 32 balones, 4,57 por encuentro jugado. Unos números que demuestras que Luka es vital en la creación del juego madridista, pero que también es muy importante en el apartado defensivo.
Luka decide su futuro
El Real Madrid siempre ha tenido claro que iba a dejar decidir a Modric sobre su futuro. Tras ver su rendimiento, el club comprendió que si el croata se sentía con fuerzas para jugar una temporada más le iban a facilitar una renovación que ya está en marcha. Luka todavía no ha firmado su nuevo contrato, pero la intención de la entidad madridista es alargar su vinculación hasta 2023. Un año más. Y cuando este concluya, pues ya se verá qué hacen ambas partes.
Lo que Modric tiene claro y no deja de demostrar es que todavía tiene mucho que decir dentro del campo. Su reto es jugar el Mundial de Qatar con su país, donde ya está clasificado, y quiere llegar estando en la élite. También le apetece jugar en el Santiago Bernabéu una vez haya concluido la reforma, algo que sucederá a principio de 2023. En definitiva, Luka jugará en el Real Madrid hasta cuando él quiera y cuando cuelgue las botas el club le permitirá seguir en otras parcelas siempre que él quiera.
