El Real Madrid rescató un punto in extremis ante un Elche descarado y valiente gracias a un gol de Bellingham al filo del 90. Xabi Alonso revolucionó su alineación y cambió el sistema pero nada funcionó. El equipo madridista fue por detrás en dos ocasiones y logró el empate en dos barullos a balón parado en el área ilicitana. Los blancos mantienen el liderato pero vuelven a dejar la imagen de un equipo sin fútbol ni alma.
Xabi Alonso había escuchado el runrún. Y el ruido de sables. Y los murmullos filtrados por el club sobre su continuidad en caso de no enderezar a un equipo que ha empezado a torcerse demasiado pronto. Así que Xabi decidió dejar de intentar ser Ancelotti y fue Xabi. Su alineación ante el Elche era una declaración de intenciones y principios. Dos de los díscolos fuera del once del Real Madrid: Vinicius y Fede Valverde. Ambos con coartada porque el brasileño venía de jugar con su selección y el uruguayo había estado convaleciente durante el parón. Tampoco jugaba de inicio Tchouaméni, otro de los tocados.
Por cambiar, Xabi Alonso cambiaba hasta de esquema porque metía una defensa de tres centrales con Asencio, Huijsen y Carreras, con Trent y Fran García como carrileros largos. Compartían el centro del campo Ceballos, Bellingham y Arda Güler, mientras que arriba se repartían el área entre Rodrygo y Mbappé.
Sólo hizo falta ver un par de minutos de partido para comprobar que el Real Madrid salía con un 3-4-1-2 en el que Trent y Fran García eran centrocampistas, Bellingham mediapunta con libertad de movimientos y Rodrygo y Mbappé jugaban como delanteros con el brasileño partiendo más desde la derecha y el francés desde la izquierda. Apretaron arriba ambos equipos de salida porque el Elche es uno de esos equipos de autor que vive del riesgo.
Un partido de vértigo
El partido tenía ritmo e intensidad. Divertido. El primer aviso lo dio Mbappé a los diez minutos. El francés recibió un pase de Asencio en la frontal, controló la pelota y sacó un derechazo que se marchó desviado por poco a la derecha de Iñaki Peña. El Real Madrid había cambiado de actitud, sobre todo cuando tocaba presionar. No se arrugaba el Elche. Y resistía. E incluso pudo haber marcado el 1-0 después de un error clamoroso de Carreras, que se dejó rebañar la pelota por Héctor Fort. El balón acabó en los pies de Rafa Mir dentro del área, pero fue ver la gigantesca figura de Courtois y se le hizo de noche. Finalizó con un tiro raso y flojo que sacó con el pie el meta belga.
La televisión enfocaba al banquillo del Real Madrid en el que Vinicius y Fede Valverde se partían de risa. Respondió el equipo de Xabi con un cabezazo picado de Asencio a un córner botado por Trent. Se marchó desviado por poco. La tuvo después Arda Güler con un disparo desde la frontal que lamió por fuera el travesaño de Iñaki Peña.
Al filo de la media hora perdonó el 0-1 Mbappé en una carrera a la contra en la que se plantó solo ante Iñaki Peña. Su problema no fue el remate final, sino el control previo que se le marchó tan largo que el portero del Elche le achicó el espacio y la jugada acabó con un remate al muñeco. El Real Madrid empezaba a merecer el gol. Y pudo haberlo logrado en el 32 si no hubiera sido porque Iñaki Peña sacó bajo palos, con la rodilla y de forma milagrosa, un remate a bocajarro de Mbappé.
Perdona Mbappé
Respondió el Elche con una acción de André Silva, que volvió a toparse con el pie de Courtois. Con esa ocasión y una tarjeta amarilla perdonada a Ceballos nos fuimos al descanso. Del que regresamos sin cambios en los dos equipos. Y con un paradón (otro) de Iñaki Peña a Rodrygo en el 47. Al Real Madrid empezaron a entrarle las prisas por ganar a un Elche que se resistía a entregar la cuchara. Y con un agarrón de Héctor Fort a Asencio dentro del área que, como era previsible, se fue al limbo. Corto se quedó Florentino en su discurso.
Fede Valverde, Camavinga y Vinicius empezaban a calentar. Y justo entonces marcó el Elche. Fue una jugada magnífica cocinada por los de Eder Sarabia en la frontal. Los jugadores del Real Madrid , con los brazos bajados, no defendían ni con la mirada. Así que Aleix Febas aprovechó un pase de taconazo imponente de Germán para dejar retratado a Trent, que se comió su desmarque, y batió por bajo a Courtois.
Xabi Alonso tocó a rebato y metió de golpe los tres cambios. Dentro Camavinga, Valverde y Vinicius fuera Ceballos, Fran García y Rodrygo. El fantasma de la crisis comenzaba a sobrevolar sobre la cabeza del entrenador del Real Madrid, que cuatro minutos después dio un paso más y metió a Gonzalo por Güler. El equipo pasaba al 4-4-2 con Valverde y Vinicius de extremos y Gonzalo y Mbappé como delanteros.
Xabi lo cambia todo
Una mala elección de Vinicius en el 71 impidió que el Real Madrid empatara el partido. El brasileño eligió pasársela a Mbappé en lugar de tirar, pero su intento de asistencia quedó en nada. Los futbolistas de Xabi Alonso empezaban a desesperarse. En el 76 Aguado estuvo a punto de meterse un golazo en propia puerta pero lo evitó el travesaño. De resultas del córner posterior sí llegaría el empate del Real Madrid en un barullo que resolvió con la puntera Huijsen.
A los de Xabi les quedaban diez minutos más el alargue para intentar llevarse los tres puntos del Martínez Valero. Parecía tiempo suficiente pero nadie en el Real Madrid contaba con que otro canterano madridista enrolado en el Elche, el delantero Álvaro Rodríguez, hiciera la jugada de su vida, regates y amagos incluidos, destruyera la cintura de Asencio y batiera a Courtois con un tiro raso que se envenenó tras tocar en la puntera del central madridista.
Cuando todo parecía perdido volvió a aparecer la flor del Real Madrid. Fue otra jugada a balón parado, un centro al área, un remate de Bellingham que sacó a bocajarro Iñaki Peña, un rechace que rebañó Mbappé sobre la línea de fondo y un remate de Bellingham a puerta vacía para hacer el 2-2.
La última invención de Xabi fue quemar las naves con su quinto cambio: Brahim por Carreras. La tuvo Gonzalo en boca de gol en el 92 tras una buena asistencia de Camavinga, que había pasado a ser lateral zurdo. Fue la última ocasión de otro partido decepcionante del Real Madrid, que sostiene el liderato in extremis gracias al gol postrero de Bellingham, pero un tanto que no debe ocultar los problemas del equipo de Xabi Alonso.