El Real Madrid tiene claro que, más pronto que tarde, deberá afrontar la situación de Vinicius Junior. El brasileño termina contrato en 2027 y, por el momento, mantiene su postura de no renovarlo, algo que ha llevado a Valdebebas a trazar el denominado ‘plan Vinicius’, basado en dos escenarios: renovación antes del verano o venta.
En los últimos meses, el club blanco y el entorno del futbolista han mantenido diferentes reuniones sin lograr desbloquear una situación que parece estancada. Aun así, la entidad madridista ha decidido intentar que el jugador firme un nuevo contrato que lo vincule más allá de 2026, primero por motivos deportivos y después por razones económicas.
El Real Madrid desea seguir contando con Vinicius. Desde las oficinas, sin mirar al banquillo, se sigue considerando que el brasileño es una pieza fundamental para el futuro del equipo. Por ello, el objetivo prioritario continúa siendo que amplíe su contrato.
En el plano económico, el club recuerda que quiere obtener rentabilidad de la inversión realizada cuando fichó al jugador en 2018. Su incorporación, su evolución deportiva y el respaldo institucional y mediático que ha recibido suponen un esfuerzo que el Real Madrid no está dispuesto a perder sin contraprestación. «Si se va ahora y pagan, no pasa nada; pero si se queda sin renovar, corre el riesgo de irse gratis», señalan fuentes próximas a la directiva.
El Real Madrid daba por hecho que, tras el Mundial de Clubes, Vinicius estamparía su firma en un contrato que ya estaba pactado, pero el jugador decidió romper la palabra dada y prefirió no renovar. El brasileño sorprendió pidiendo una prima de renovación que el club considera inasumible, mientras observa de reojo la posibilidad de salir libre en 2027 y percibir una elevada prima de fichaje de otro equipo.
El Real Madrid no olvida
Dentro del club existe cierta decepción por la actitud del jugador. Consideran que se le ha ofrecido un trato diferencial tanto a nivel económico como personal, con un cuidado constante dentro y fuera del campo. Además, destacan los numerosos gestos de apoyo -públicos y privados- que ha recibido, especialmente en momentos delicados.
Con el contrato que Real Madrid y Vinicius acordaron pero nunca firmaron, el brasileño habría pasado a ser el mejor pagado de la plantilla en salario, aunque sin alcanzar las cifras de Mbappé sumando su prima de fichaje. Pero el francés llegó libre del PSG, mientras que Vinicius costó 45 millones de euros. El club incluso estaba dispuesto a romper su propio techo salarial, algo casi sagrado, para satisfacer al jugador, aun sabiendo que ello podría generar debate interno y un posible efecto dominó en la plantilla.
Desde la cúpula blanca la postura es clara: no habrá prima de renovación y, si llega una oferta adecuada, se valorará sin dramatismos. Lo innegociable para Florentino Pérez es que el jugador no se marche sin dejar un beneficio económico. El caso Vinicius, más allá del terreno deportivo, se ha convertido en una cuestión de negocio y de orgullo institucional. El deseo sigue siendo que continúe, y se trabajará para lograrlo, pero si no es posible, no habrá reparos en escuchar ofertas… cuando lleguen, porque por ahora ninguna se ha presentado. No obstante, desde la entidad madridista podrán todo de su parte para buscarlas llegado el momento.